Pastoral da Criança. Prelatura de Lábrea, Amazonas, Brasil.

El obispo de la Prelatura de Labrea (Amazonas, Brasil) escribe en este 25 de marzo, fiesta de la Anunciación y Jornada Pro-Vida, cómo en su Prelatura se ha luchado por la vida desde el primer momento de evangelización.

Por fray Santiago Sánchez, agustino recoleto, obispo de la Prelatura de Lábrea.

La misión en la Prelatura de Lábrea (Amazonas, Brasil) está en la línea de la mirada del papa Francisco a la Amazonia, con la firme promoción de una Ecología integral, es decir, la defensa de toda la Creación, la defensa de la vida dada por Dios que vio que todo era bueno. Y, sobre todo, la vida humana, porque vio que era muy buena.

Evangelizar no se limita al ámbito espiritual, es tarea integral, global, debe promover la vida y continuar la tarea de la Creación. En esta Prelatura de Lábrea, los primeros sacerdotes que evangelizaron el valle del Purús y, desde hace un siglo, los misioneros recoletos, maravillados ante la naturaleza virginal y exuberante de esta selva amazónica, lucharon por la defensa de la vida.

Una vida que estuvo, está y estará amenazada desde todos los flancos: enfermedades tropicales, alimentación precaria, trabajo esclavo, aislamiento, falta de auxilios, escasez de recursos y de políticas públicas, desigualdad brutal, violencia contra los indígenas… Y también destrucción del bioma con el único objetivo de conseguir beneficios económicos para unos pocos, minería ilegal, deforestación, contaminación de aguas…

Enormes desafíos que nunca desalentaron a los misioneros: buscaron con imaginación y creatividad defender y promover esta parcela que Dios y la Iglesia les encomendaron. Para el ser humano, los problemas venían ya en el mismo inicio de la vida: la mortalidad infantil y durante el parto eran tremendas. No pocos misioneros y misioneras se convirtieron en parteros por necesidad, al ver con sus ojos tanta tragedia.

La Iglesia en Brasil se unió contra esa adversidad: la Pastoral da Criança (Pastoral de la Infancia) nació en diciembre de 1983 auspiciada por la Conferencia Episcopal (CNBB) a iniciativa de la pediatra Zilda Arns Neumann y del obispo de Londrina (Paraná), Geraldo Majella Agnelo.

Vista su necesidad y el éxito de su propuesta, llegó enseguida a los lugares más recónditos, también a esta Prelatura. Acompaña primero a las embarazadas, muchas adolescentes, inexpertas y casi siempre solas porque los padres biológicos les abandonan al saber del embarazo. El acompañamiento pre-parto se hace con matronas voluntarias locales y de gran experiencia.

Alumbrada la criatura, ¿cómo mantenerla? Con frecuencia el pecho materno no es suficiente, más si la madre es adolescente. Es urgente evitar una desnutrición muy peligrosa para madre y bebé. Con ingredientes sencillos, baratos y al alcance de todos, se les enseña a producir complementos alimenticios multicalóricos y nutritivos.

Con voluntarios locales formados, en cuanto se detecta un embarazo vulnerable por edad o condición socioeconómica se pone en marcha un acompañamiento que incluye:

  • Visita a la gestante una vez al mes en su hogar, para vigilancia de la situación de la gestante en su vida cotidiana (higiene, alimentación y detección de cualquier situación que ponga en peligro el embarazo, la gestante o el bebé).
  • Formación pre-parto y guía para saber cómo obrar en caso de que haya problemas.
  • Nacida la criatura, una vez por mes encuentro de todas las madres y niños de una población/barrio/área con estas acciones:
    • Pesaje de control y medición de la muñeca del bebé con tiras que marcan al voluntario si el crecimiento es el adecuado.
    • Momento de apoyo humano y espiritual, intercambio de experiencias, charla sobre salud preventiva y temas de interés.
    • Merienda calórica y nutritiva para madres y niños.
    • Entrega de suplementos para continuar tomándolos en el hogar.

La Pastoral da Criança tuvo un fuerte arraigo en la Prelatura, enseguida se vio lo necesaria y eficaz que era. Muchas de las beneficiarias después se ofrecieron como agentes voluntarias. La mortalidad infantil y los problemas en los partos disminuyeron visible y considerablemente.

Pero con este crecimiento intenso y rápido, la misma Pastoral pasó por desafíos: burocratización, necesidad ingente de recursos, veto a determinados remedios caseros, avance de la atención sanitaria pública y de las ayudas estatales que quitaba algo de sentido a la Pastoral, pérdida de su esencia “pastoral” convertida en ONGD…

Justo en estos días hemos recibido la visita de los coordinadores nacional y regional de la Pastoral da Criança para animar, revitalizar y promover su espiritualidad. En esta Jornada Pro-Vida mi apelo es poner en primer lugar eso: la vida. Vivir no es solo subsistir. La vida exige toda su dignidad y valor, porque es el primer don de Dios.

La Pastoral da Criança es solo el inicio, el cimiento. Hemos de seguir cultivando la vida. Superado ese primer trance de abrir los ojos, debe ser igual de digna esa vida de nuestros pequeños, y por eso ofrecemos la Catequesis, la Infancia misionera, el servicio litúrgico de los monaguillos, la Adolescencia misionera

Cuando ya aparecen los peligros de la vida adulta aún a edades tempranas, siguen los proyectos de la Pastoral del Menor (Centros Esperança, Lacir, Proyecto Gabriela) y de la Pastoral de la Juventud.

Y para los jóvenes y adultos que están en las redes de otras formas terribles de atentar contra la vida y su dignidad, están la Pastoral de la Sobriedad o la Fazenda Esperança para dependientes químicos…

¡Está tan amenazada la vida de principio a fin! Toda nuestra Misión es una lucha por la vida, por la vida digna, por la vida íntegra.

Como Iglesia sinodal, caminamos juntos con el magisterio del Papa, con las directrices de la Iglesia de Brasil, con los propios objetivos que nos marcamos en la Prelatura en nuestras Asambleas… La fuente de todo esto es solo una: el Evangelio de Cristo y su ley del Dios-Amor.

Que la Virgen Madre de Dios, Madre de la vida, nos fortalezca en nuestro caminar por la vida. ¡Feliz Jornada Pro-Vida!