El agustino recoleto Pablo Panedas visitaba hace 30 años los vestigios de la gesta misionera recoleta en Palawan, archipiélago filipino donde los religiosos sembraron el evangelio y construyeron sociedad e Iglesia.

La foto del comienzo de este artículo cumple ahora 30 años y me sirve de calidoscopio en el que se entremezclan recuerdos, emociones y sueños. Nos traslada a Filipinas, a un rincón apartado y recoleto –valga la reiteración–.

Desde la atalaya del Colegio San Ezequiel Moreno nos zambullimos en la quietud de un atardecer donde todo es equilibrio y calma: tierra, playas, mar, cielo, nubes… Nos regresa a la pureza original de la vegetación espontánea, las casas de caña y nipa, como las primitivas, la navegación a remo y la pesca artesanal, las voces frescas de los escolares…

Olvidamos la fatiga del tortuoso viaje desde Taytay y la travesía en lancha a motor de la bahía de Malampaya. Saboreamos los zumos y la fraternidad con que nos abruman las Augustinian Recollect Sisters.

Hoy son ellas, pero hasta ayer y durante siglos fuimos nosotros, los Agustinos Recoletos. En 1623 llegó el primero: no a este sitio en concreto, Liminangcong, pero sí a esta zona del norte de Palawan, y a la bahía de Bacuit, entre las montañas que se ven al fondo, a tan solo 25 kilómetros en línea recta que se convierten en 65 por carretera.

Desde hace 70 años, el Bacuit de las historias recoletas se conoce como El Nido y con ese nombre figura en todas las guías internacionales de turismo, debido a los nidos que las salanganas esconden en lo alto de los acantilados.

El diccionario de la Real Academia Española recoge la voz “salangana”. La define como una especie de vencejo propio del Extremo Oriente cuyos nidos contienen ciertas sustancias gelatinosas mezcladas con saliva que son comestibles.

De estos productos que hoy son delicatessen al alcance de pocos bolsillos hablaban los frailes misioneros, aunque ellos resaltaban más bien las proezas de los nativos escaladores.

El turista busca, sin duda, tranquilidad; para eso vuelve a la naturaleza persiguiendo sabores y experiencias exóticos, ajenos a su ambiente.

Liminancong, para los Agustinos Recoletos, sin perder lo exótico, no es ajeno sino casa propia, donde nos encontramos con los hermanos del pasado y las hermanas del presente. Y nos hacemos, en fin, la ilusión de tocar con la mano el Paraíso terrenal antesala del Cielo.

El Nido es un municipio de la provincia de Palawan, Filipinas. Según el censo de 2020, tiene una población de 50.494 habitantes. Se encuentra 238 kilómetros al noreste de Puerto Princesa, capital provincial, y el término municipal ocupa el extremo norte de la isla de Palawan. Limita al norte con el estrecho de Linacapán; al este con el mar de Joló, y al oeste con el mar de la China Meridional.

Las industrias principales de El Nido son la pesca, la agricultura y el turismo. La recolección de los nidos comestibles también es una actividad económica, aunque es estacional.

Liminangcong es un barrio rural del municipio de Taytay. En mayo de 2010 el barrio contaba con 5.460 habitantes.