IV Centenario del nacimiento de la Beata Inés de Benigànim.

El acto central, el domingo 9 de febrero por la mañana, fue una misa presidida por el arzobispo de Valencia, Enrique Benavente. Ya por la tarde tuvo lugar una procesión conjunta con las principales imágenes procesionales de la región y miles de participantes.

Fue la primera beata valenciana y su devoción se extendió por toda aquella región debido a su fama de hacer milagros y curaciones. El domingo 9 de febrero se vivió una jornada multitudinaria en el IV centenario del nacimiento de la Beata Inés de Benigànim.

Esta jornada estuvo precedida por un solemne novenario y actos lúdicos y culturales, así como la exposición de arte sacro en la parroquia. El viernes 7 de febrero, a las seis de la tarde, se trasladó el Cristo de la Sangre hasta el monasterio de la Beata con un Viacrucis Inesino de 14 estaciones escenificadas. Esa jornada presidió la Eucaristía el obispo auxiliar, Arturo García.

El sábado 8 de febrero los actos comenzaron a las 8 de la mañana con un Rosario de la Aurora. A las 12 hubo misa solemne y a las cuatro de la tarde la Ruta teatralizada de la Beata Inés, desde la casa natalicia hasta el monasterio. A las 20:30 horas hubo una vigilia de adoración organizada por el grupo Hakuna local.

El 9 de febrero de 1625 nació la Beata, y 400 años después los vecinos de Benigànim comenzaron esta jornada con una tradicional ‘despertà’ a las 4:30 de la madrugada, con cohetes a ritmo del pasodoble Benigànim es glorioso junto a otros himnos, coplas, pasodobles y marchas que madres y abuelas han ido pasando a través de los generaciones. Las campanas de todas las iglesias de la localidad voltearon al mismo tiempo.

A las 11 hubo una ofrenda floral y a las 11:30 comenzó la Misa en la plaza del monasterio de las Agustinas Descalzas, donde vivió la Beata y donde se conservan sus reliquias. El arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, destacó en su homilía los valores de sencillez y humildad repasando fragmentos de su biografía. Apeló ante la abarrotada plaza por la oración y el reconocimiento de milagros de la Beata para que llegue a ser canonizada.

El goteo de devotos y peregrinos fue constante y se unieron en una multitudinaria, histórica y extraordinaria procesión a partir de las 17:30 horas que recorrió las calles del pueblo, adornadas con guirnaldas por los propios vecinos para recibir a la Beata.

Esta manifestación religiosa tuvo sus inicios en los años 50 del siglo XX, cuando una devota donó una nueva imagen procesional del artista Carmelo Vicent. Como es costumbre, decenas de vecinos voluntarios escenificaron Els miracres, escenas de la vida de la Beata, vistoso elemento que despierta mucha simpatía.

Desde la Parroquia de San Miguel salieron las imágenes que habían formado parte de la exposición, traídas por peregrinos y cofradías para procesionar junto a la Beata Inés: el Cristo de Carcaixent, la Beata Inés de Benicull, la Esperanza de Guadasséquies, Santa Ana de Bellús, la Santa Faz de Llutxent, el Nazareno de la Pobla del Duc y el Santísimo Cristo del Mont Calvari del Genovés, así como las imágenes locales del Cristo de la Sangre y la Divina Aurora.

La procesión culminó con una apoteósica llegada, entre efusivos vítores y espectaculares fuegos artificiales al ritmo del pasodoble dedicado a la Beata Inés y del canto del “cumpleaños feliz”.

El Ayuntamiento organizó eventos lúdicos, un acto institucional y colgó una lona conmemorativa en uno de sus balcones. En 1999, en una sesión extraordinaria, nombró a la Beata Sor Josefa María de Santa Inés hija predilecta y alcaldesa honoraria y perpetua del municipio.

Otra de las iniciativas ha sido la publicación en las redes sociales de las Agustinas Descalzas de San Juan de Ribera de testimonios de favores recibidos a través de la intercesión de la Beata.

Relata una crónica de la prensa local: “Cuando lo cuentan, la gente que lo escucha siempre tiende a pensar que se exagera. Hasta que lo ven. En este rincón de la Vall d’Albaida llamado Benigànim, todo lo que tiene que ver con la Beata Inés parece estar revestido de una gracia especial, suena a mágico. Y lo es. Porque en Benigànim la Beata es la mujer, el personaje, los cuadros e imágenes, la fiesta, un lugar… es parte del calendario. Benigànim cuando celebra a la Beata no es un pueblo, es una utopía; una rareza de nuestra época, un fenómeno fuera de tiempo y lugar, que nos hace especiales”.