Del 31 de enero al 2 de febrero, miembros de la etapa JAR Cartago del Colegio Romareda de los Agustinos Recoletos en Zaragoza vivieron un encuentro de “kerygma vocacional”, con el objetivo de sembrar la cultura vocacional en estos adolescentes de entre 11 y 12 años.
El albergue Fray Luis de León de los Agustinos en Guadarrama, Madrid, ha acogido durante un fin de semana a un grupo de 33 miembros de las Juventudes Agustino-Recoletas (JAR) de la Etapa Cartago del Colegio Romareda de los Agustinos Recoletos en Zaragoza, cuyo objetivo principal ha sido sembrar la cultura vocacional.
En septiembre, durante un encuentro de encargados de pastoral vocacional de los ministerios de la Provincia, se decidió promover la cultura vocacional en los ministerios y en sus acciones pastorales, y organizar un retiro con base en el Plan de Animación Vocacional de los Agustinos Recoletos.
El grupo JAR Cartago del Colegio Romareda, llamado Club de Corazones Inquietos, cuyos integrantes ya han pasado previamente por las etapas Tagaste y Madaura, ha sido el escogido para tener este encuentro, convivencia y retiro vocacional.
EL objetivo era recibir el llamado “kerygma vocacional”, el primer anuncio sobre lo que es la vocación humana y cómo prepararse para el discernimiento y responder las grandes preguntas que sustentan un proyecto de vida cristiano consciente: ¿Qué estoy llamado a ser?
La persona, al recibir este anuncio, entiende que su vida no es resultado de la casualidad, sino fruto del amor y creación de Dios. Cada ser humano es incondicional y definitivamente amado por Dios, y por eso está también destinado a amar, lleva esa marca en su interior.
Toda vida tiene un sentido que hemos de descubrir. En este contexto la libertad personal adquiere una nueva comprensión, nuestras decisiones se coordinan hacia ese objetivo: amamos porque somos amados, hemos nacido del amor.
Los JAR participaron con mucha ilusión, pues era para ellos la segunda experiencia de retiro y convivencia como pequeña comunidad, una nueva oportunidad que los cohesiona, anima y ayuda a comprenderse y conocerse mejor.
La primera jornada fue de integración, para lo que se aprovechó la misma experiencia del viaje y traslado. Llegados a Madrid, visitaron la Catedral de la Almudena enfatizando una de las notas distintivas del movimiento juvenil recoleto, el cariño a María, madre de Jesús. Ya en Guadarrama se formaron los distintos grupos de trabajo.
El sábado el tema principal fue “Sembrar el encuentro con Cristo”, con dos pasos: “arar” o preparar la tierra, esto es, preparar el corazón para un encuentro personal con Jesús y conocer y amar el silencio como proceso previo a la escucha interior; y, después, “sembrar”, o sea, llevar a cabo ese encuentro vivo, personal y comunitario con Jesús.
Cada uno de estos encuentros se valió de la diversión y la alegría como recursos creativos y didácticos. Hubo una yincana y una celebración del perdón para completar el programa. Los participantes valoraron mucho la cercanía y el ambiente durante todo el encuentro.
El equipo organizador que acompañó a estos 33 miembros de las JAR estaba compuesto por tres religiosos recoletos y dos madres, que se encargaron de que todo estuviese a punto para que los jóvenes JAR pudieran dedicar su tiempo y motivación a comprender mejor en sus vidas de un modo práctico la cultura vocacional.