Ezequiel Moreno es uno de los religiosos agustinos recoletos que mejor han sabido encarnar la espiritualidad y el carisma de esta Familia religiosa. Juan Pablo II lo propuso en su canonización como modelo de entrega a Dios y de evangelizador. Proponemos algunos aspectos de la vida del santo especial protector de los enfermos de cáncer.
La consagración religiosa constituye el núcleo de la personalidad de Ezequiel Moreno, que sigue en esto la estela de otros santos de su familia religiosa, como el mismo san Agustín o santo Tomás de Villanueva: no quiso ser otra cosa que religioso, aunque luego la vida lo llevó a asumir otras tareas y formas de vida.
Nacido el 9 de abril de 1848 en Alfaro (La Rioja, España), de niño soñó con ser agustino recoleto como tantos de sus paisanos que, desde 1855, llamaban a las puertas del noviciado recoleto de Monteagudo, en Navarra, a solo 31 kilómetros de su casa.
Ezequiel soñaba desde niño con mundos lejanos, no por ayudar a su familia con riquezas o por tener una vida de aventuras, sino porque quería ser misionero. Con 17 años, terminado su noviciado, profesa; y, desde ese momento, la comunidad agustino-recoleta será su único horizonte y proyecto vital los restantes 43 años de vida.
Siempre vinculado a esta comunidad religiosa, no se separará ya de una Familia cuya historia, ilusiones y proyectos sigue con pasión, orgulloso de sus triunfos, preocupado por sus dificultades, apenado cuando no pueda gozar de su presencia y, al final de sus días, deseoso de refugiarse en uno de sus conventos para volver a los brazos del Creador.
Como consagrado fue de continente en continente y varió continuamente de responsabilidad según se lo pedían: para su Orden fue misionero, párroco, administrador de una finca, prior local, vicario provincial en Mindoro (Filipinas), provincial por delegación del comisario general de la Orden para la restauración de la Recolección en Colombia; y para la Iglesia, fue vicario apostólico y, finalmente, obispo. Pero siempre y en todo, comportándose como religioso agustino recoleto.
En sus años de formación asimiló, se encariñó e identificó los principios, criterios, valores y actitudes del carisma agustino recoleto; condicionado, eso sí, por tiempos de desorden administrativo, pobreza teológica, confusión carismática, injerencia opresiva del Estado, falta de libertad de organización sin capítulos ni priores generales, sin guías ni mentores; incluso la vinculación de la Orden con Roma dejaba que desear.
Eran también tiempos de espiritualidad individualista y sacerdotal. Solo el influjo de las Constituciones, el valor pedagógico de los conventos y la acción de religiosos con mayor clarividencia y predicamento aseguraban la presencia de elementos agustinianos y recoletos en la vida cotidiana de aquellos religiosos del siglo XIX.
Era también una espiritualidad sencilla, menos problematizada, más atenta a la realidad que a la teoría, a los hechos que a las ideas o las palabras. Veían como sagrados la voz de la ley y de los superiores; la oración prolongada y el recogimiento; la disciplina de los sentidos, la separación del mundo y el control de las pasiones con la penitencia corporal; la humildad y la sobriedad; triunfaban las devociones al Sagrado Corazón o a la Virgen María, la adoración eucarística. Hijo de su tiempo, Ezequiel compartía esa espiritualidad y a ella ajustó su vida.
Y Ezequiel supo reflejar en su vida real el ideal agustiniano con el matiz recoleto: primacía de la caridad y del amor hacia las personas, referencia continua a Dios, cultivo de la interioridad, preferencia por la oración afectiva, referencia continua a la Iglesia, denuncia del egoísmo, alta consideración por las cosas comunes y el aire de familia, visión de la ley como pedagogía y no como imposición que coarta…
En definitiva, en la vida de Ezequiel Moreno brillaron con claridad los tres elementos más característicos de la espiritualidad señalados por las Constituciones de los Agustinos Recoletos: la interioridad, la comunidad y el apostolado.
SIGUIENTE PÁGINA: 3. Ezequiel, para el Pueblo de Dios
ÍNDICE DE PÁGINAS: SAN EZEQUIEL MORENO
- 1. Introducción
- 2. Ezequiel, fraile agustino recoleto
- 3. Ezequiel, para el Pueblo de Dios
- 4. Ezequiel, el amigo de los enfermos
- 5. Ezequiel y su carácter personal
- 6. Ezequiel y la oración
- 7. Ezequiel, modelo para hoy
- 8. Ezequiel, santo
- 9. Lugares y espacios sobre san Ezequiel Moreno
- 10. Oraciones, estampas y otros materiales
- 11. San Ezequiel Moreno: vídeo biográfico