Del 14 al 22 de diciembre doce jóvenes de las Juventudes Agustino-Recoletas de la Parroquia de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote de la ciudad de Chihuahua se desplazaron a la sierra para compartir su fe y reforzar sus lazos carismáticos recoletos.
El sábado 14 de diciembre doce jóvenes pertenecientes a las Juventudes Agustino-Recoletas (JAR) de Ciudad Chihuahua se trasladaron hasta el pueblo de Miñaca, situado dentro de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de La Junta, iniciando así su misión de invierno 2024.
Alrededor de las cuatro y media de la tarde ya estaban en su destino y se instalaron en la Capilla de Nuestra Señora de Fátima de la pequeña comunidad serrana, donde recibieron de inmediato una cálida bienvenida que les hizo sentir como en casa.
Durante la siguiente semana estos jóvenes iban a compartir vida y fe con la comunidad local. El 15 de diciembre, tras la celebración de la misa del II domingo de Adviento, ofrecieron unos primeros temas de formación a la comunidad poco antes de hacer un recorrido por la localidad para conocer a las familias y situarse mejor.
El 16 de diciembre iniciaron el programa establecido en los días de preparación previa. Así, por las mañanas se visitaban las casas con el objetivo de presentarse, compartir una pequeña reflexión con el evangelio del día e invitar a participar de las actividades de las tardes.
Estas comenzaban a las tres con la catequesis para niños, jóvenes, y adultos. A las cinco se celebraba la Eucaristía y se concluía la jornada asistiendo a las tradicionales posadas organizadas por el pueblo.
Por la noche, ya en grupo, había programada una evaluación en la que, quien lo deseaba, relataba sus vivencias y aprendizajes de la jornada y se ajustaban los detalles para el día siguiente.
El sábado 21 por la tarde se organizó una posada con pastorela. Fue un momento único de convivencia con la gente en el que hubo oportunidad de expresar un profundo agradecimiento por su cariño, generosidad y hospitalidad.
El domingo 22, tras la celebración matutina y la recogida y limpieza del lugar, se repartieron despensas de alimentos y bienes de primera necesidad a las familias más vulnerables; la comida se hizo con la comunidad agustino-recoleta de La Junta, para después continuar camino hasta la capital del Estado, hogar de los participantes de esta misión de invierno.
Una experiencia que permitió a estos jóvenes vivir en comunidad, practicar los dones de la fraternidad y la solidaridad, crecer y aprender juntos y reforzar sus propios lazos como miembros de las Juventudes Agustino-Recoletas.