El agustino recoleto Marciano Santervás (Izagre, León, España, 1947) ha trabajado durante más de dos décadas en las comunicaciones sociales de la Provincia. Hablamos con él con motivo del Jubileo para conocer su experiencia y opinión. Parte 1.
¿Qué importancia tienen en el contexto actual este Jubileo 2025 “Peregrinos de esperanza” y, más en concreto, el Jubileo de las Comunicaciones Sociales?
El objetivo último de cuanto proyecta y realiza la Iglesia es siempre el mismo, la evangelización. En consecuencia, también el Jubileo es “un acontecimiento de gran importancia espiritual, eclesial y social en la vida de la Iglesia” que busca la evangelización y la conversión personal y estructural.
Dicho esto, el sentido del Jubileo de las Comunicaciones ha de comprenderse dentro del sentido general que el papa Francisco expresa en su carta a monseñor Rino Fisichella al encomendarle la preparación del Jubileo:
“El próximo Jubileo puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente”.
Esto lo escribe el Papa tras considerar los graves problemas que vive la humanidad, a los que hace referencia en la bula de institución La esperanza no defrauda. Si este es el sentido del Jubileo en general, el específico para el Jubileo de las Comunicaciones ha de ser que todos los profesionales de la comunicación tomen conciencia del sentir eclesial y de que, por su preparación profesional, contribuyan a crear ese clima de esperanza y confianza que la sociedad en general está pidiendo a gritos.
Ninguna otra profesión o actividad se encuentra en una situación tan favorable para proponer y empeñarse en hacer realidad los “sueños” que el papa Francisco propone en La esperanza no defrauda.
¿Puede el Jubileo influir en la manera en que la Iglesia se comunica?
El papa Francisco, siguiendo la tradición pontificia inaugurada en 1967, publica cada 24 de enero el mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. En el título del mensaje del año 2017 se podía leer: “Comunicar esperanza y confianza en nuestros tiempos”, muy significativo y en línea con el espíritu del Jubileo 2025.
No es bueno para influir en otro el catastrofismo, la crítica acerba. Generar confianza y abrir puertas a la esperanza no es negar la realidad, oscura a veces, compleja casi siempre. Quizá lo que entonces escribía el Papa ayude a que el Jubileo, sobre todo por lo que afecta a los profesionales de la comunicación, influya en la vida de los fieles y de los que acojan los mensajes:
“Quisiera contribuir a la búsqueda de un estilo comunicativo abierto y creativo, que no dé todo el protagonismo al mal, sino que trate de mostrar las posibles soluciones, favoreciendo una actitud activa y responsable en las personas a las cuales va dirigida la noticia. Invito a todos a ofrecer a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo narraciones marcadas por la lógica de la «buena noticia»”.
La buena noticia, en el sentir del Papa, en último término es el mismo Jesucristo, el Evangelio.
¿Crees que los mensajes de la Iglesia son comprensibles para nuestras sociedades?
Mi opinión sobre este tema, siempre pobre opinión, importa poco, pero es de gran valor lo que dijo el papa Francisco en la 57ª Jornada de las Comunicaciones Sociales (2023):
“En la Iglesia necesitamos urgentemente una comunicación que encienda los corazones, que sea bálsamo sobre las heridas e ilumine el camino de los hermanos y de las hermanas.
Sueño una comunicación eclesial que sepa dejarse guiar por el Espíritu Santo, amable y, al mismo tiempo, profética; que sepa encontrar nuevas formas y modalidades para el maravilloso anuncio que está llamada a dar en el tercer milenio.
Una comunicación que ponga en el centro la relación con Dios y con el prójimo, especialmente con el más necesitado, y que sepa encender el fuego de la fe en vez de preservar las cenizas de una identidad autorreferencial.
Una comunicación cuyas bases sean la humildad en el escuchar y la parresia en el hablar; que no separe nunca la verdad de la caridad”.
En estas palabras, Francisco reconoce carencias en el proceso comunicativo eclesial y propone un programa magnífico para todos los profesionales de la comunicación en la Iglesia, que puede estar fallando no tanto en los aspectos técnicos cuanto en el espíritu y actitudes que pone de relieve el Papa.
Todo comunicador busca oyentes, o lectores o espectadores. Si procura encarnar la propuesta papal, cuanto comunique sobre el jubileo -o sobre cualquier otro acontecimiento- ejercerá su influencia, producirá sus efectos.
¿Qué papel han jugado las Nuevas Tecnologías de la Información en la Familia Agustino-Recoleta?
En la respuesta a esta pregunta lo prudente es no aplicar el metro, sino mantenerse en el terreno de la valoración y, por consiguiente, en el mundo de la probabilidad.
Mi opinión es que la Orden ahora ya no podría funcionar sin el uso de las Redes Sociales y las nuevas tecnologías aplicables a las Comunicaciones Sociales en general. Por tanto, han supuesto un cambio notable, imperceptible para algunos.
Pero es preciso reconocer que la Orden se despertó tarde a esta modalidad electrónica de comunicación; que hubo pronto algunos pioneros, cuyas actuaciones no eran comprendidas por los demás, que otros muchos entraron en las nuevas formas comunicativas sin el adecuado conocimiento y que otro grupo, más o menos numeroso, se ha mantenido casi al margen en este proceso de cambios continuados, que implican un cierto esfuerzo y aventura.
Han sido más de dos décadas directa o indirectamente involucrado en la comunicación de la Provincia de San Nicolás de Tolentino. ¿Cuáles fueron los principales objetivos que se propuso alcanzar? ¿Se pueden distinguir etapas, conquistas o avances?
Como presidente de los Medios de Comunicación de una institución de la Iglesia, la Provincia de San Nicolás de Tolentino de los Agustinos Recoletos, los principales objetivos vienen dados por la misma institución: la evangelización, por ser una institución dentro de la Iglesia católica, la comunión de los religiosos y de la Familia Agustino-Recoleta, y la difusión del carisma y de las obras de la propia Familia.
Estos tres objetivos se concretaban en otros de carácter más práctico, recogidos en unos Estatutos y se plasmaban en un Plan de acción anual, todo ello aprobado por el organismo competente.
Lógicamente, en los más de veinte años que estuve cerca de este servicio, he de distinguir varias etapas:
La primera arrancó con el final del siglo XX, en que solo se pensaba en los medios escritos convencionales, como la revista familiar OAR al habla, que nació en 1970, el boletín de amistad Canta y Camina, que vio la luz en 1986 —ambos siguen publicándose periódicamente— y otros folletos.
Desde 2004 se produjo un salto cualitativo, al inaugurarse esta página web, que se presentó en público como tímida adolescente el 19 de marzo y ha sufrido varias renovaciones desde entonces; la más reciente en 2023 cuando, después de grandes esfuerzos para lograr conservar toda la información publicada desde sus comienzos, se cambió la arquitectura interna de Laravel a WordPress, sistema con que funciona hoy.
En 2009 se abrió el espacio audiovisual en YouTube y, para poder lograr mejor los objetivos principales y otros de gran importancia, desde 2014 se accedió a las Redes Sociales: primero a Facebook y X, después a Instagram (febrero de 2023).
También se abrió en 2014 una red especialmente querida para la Provincia: el Centro virtual de oración San Ezequiel Moreno.
En estas Redes se encuentran la inmensa mayoría de los cibernautas, sobre todo el sector joven, pero también gente de edad.
¿Destacaría algún momento o proyecto de la Provincia en materia de Comunicación?
La gestión de la Comunicación pública en la Provincia de San Nicolás de Tolentino se ha realizado siempre en equipo, aunque no todos los miembros del equipo asumieran -ni podían asumir- la misma carga de trabajo. Todas las decisiones de cierta trascendencia se dialogaban y valoraban en reuniones de la Comisión de Comunicación y Publicaciones (CCP) de la Provincia.
Dicho esto, sin duda el proyecto más acariciado ha sido el Centro virtual de oración San Ezequiel Moreno, que en los primeros meses tuvo una acogida espectacular, a juzgar por los visitantes y la actividad que desarrolló.
Ciertamente se le prestó una atención esmerada con publicaciones casi diarias y manteniendo contacto personalizado con los visitantes. Como presidente de la CCP, encomendaba a alguno del equipo para que se dedicara de forma especial a atender esta página; incluso se contrató a una persona con el objetivo principal de crear contenidos de pastoral e implementar el Centro virtual de oración. Desde hace un tiempo ha menguado la publicación de contenidos con las consecuencias imaginables.
¿Por qué este cariño especial a esta página que no es propiamente la institucional? San Ezequiel Moreno (1848-1906) es un santo agustino recoleto, español de Alfaro (La Rioja), misionero en Filipinas y en Colombia; fue obispo de Pasto, ciudad de los Andes colombianos, y murió de un cáncer en el paladar y fosas nasales tras horribles sufrimientos, que soportó con santa paciencia.
En 1992 fue canonizado por san Juan Pablo II en Santo Domingo y lo propuso como modelo de evangelizador. También se le considera patrón y especial intercesor de los enfermos de cáncer.
La intención al crear esta página fue entrar en contacto con ese mundo del dolor y la enfermedad, sin reparar en el credo o ideología que pudiera animar al visitante, conscientes de que el lenguaje del sufrimiento —como el del amor— lo entienden todos los seres humanos; además, se buscaba promover la oración por los enfermos y de los enfermos, para lo que se acude a las Agustinas Recoletas contemplativas para pedirles oraciones por los enfermos y familiares que lo solicitan.
Es una página, por tanto, en que queda involucrada buena parte de la Familia Agustino-Recoleta y en un ámbito que proporciona encuentros humanos y espirituales de gran intensidad y significación.