Marciano Santervás, agustino recoleto.

El agustino recoleto Marciano Santervás (Izagre, León, España, 1947) ha trabajado durante más de dos décadas en las comunicaciones sociales de la Provincia. Hablamos con él con motivo del Jubileo para conocer su experiencia y opinión. Parte 2.

A la hora de comunicar, redactar o expresar ideas para el gran público, ¿cuáles son los desafíos que más has sentido en carne propia?

Siempre que he tenido que publicar me ha surgido el mismo interrogante: ¿Mi mensaje será captado por el receptor? ¿Me habré expresado de forma adecuada? ¿El contenido del mensaje dirá algo al receptor?

Ciertamente, toda comunicación es una vía de doble sentido, pero el comunicador debe facilitar la comprensión del mensaje y no limitarse a enviar mensajes confusos, abstrusos, no suficientemente sopesados o incorrectos gramaticalmente.

Sin embargo, nunca me han preocupado los “like” o buscado la aprobación, porque creo que, como representante de una institución eclesial, he de publicar ciertos mensajes, gusten o no gusten, como, sin lugar a comparaciones, tantas veces tiene que hacer el Papa y deberían hacer otras autoridades civiles o religiosas cuando se transgreden valores éticos básicos.

¿Según tu experiencia, se usan dentro de la Orden los medios de comunicación con una mentalidad positiva y un conocimiento suficiente?

Es difícil y peligroso responder a esta pregunta para evitar afirmaciones falsas o muy arriesgadas, dado que los agustinos recoletos somos más de 900. No obstante, me atrevo a afirmar que ha habido en un pasado no remoto bastante recelo sobre los medios digitales, que se consideraban algo extraño a la propia cultura, y su uso una forma de “perder el tiempo” o de “no aprovecharlo” de la forma más adecuada.

Se ponía el énfasis en el posible mal uso y los riesgos que entrañan, pero esto, en gran medida, se ha debido a la falta de formación tanto en el proceso de formación inicial como en el de la formación permanente, lo que ha conducido a cometer errores de bulto.

Pienso sobre todo en las Redes Sociales, donde los más atrevidos se han movido pensando tal vez que en ellas “¡ancha es Castilla!” y han olvidado que un religioso, si no oculta su auténtico perfil, es visto como miembro de una institución, como institución, para bien o para mal.

En todo caso, lo más grave ha sido que no se aprovecharan las inmensas posibilidades que para la pastoral y la propia formación ofrecen estas nuevas tecnologías.

¿Crees que hemos encontrado los lenguajes apropiados para divulgar conceptos como ‘comunidad’, ‘interioridad’, ‘sabiduría’, ‘itinerario’, ‘espiritualidad’ o ‘carisma’?

Con miedo a equivocarme y hacer juicios precipitados, creo que las palabras entrecomilladas, de significado dispar, no han encontrado aún el lenguaje apropiado de divulgación; es más, dudo que algunos, que necesitan ante todo de la experiencia personal, incluso prolongada, solo serán comprendidos cuando haya mediado esa experiencia.

Que un audiovisual o un relato pueden servir de ayuda, parece incuestionable; pero no deja de ser difícil. Por eso, como tantas veces dice el papa Francisco, promovamos y cultivemos la cultura del encuentro, las relaciones interpersonales, si bien para llegar a estas puedan servir de vehículo los medios electrónicos.

Durante años aparecía escrito en un libro oficial de la Provincia: “Por la comunicación a la comunión” y la comunión, según el Papa Francisco, “no es el resultado de estrategias y programas, sino que se edifica en la escucha recíproca entre hermanos y hermanas”.

Pienso que las “recetas” que Francisco va prescribiendo en sus Mensajes para la Jornada de las Comunicaciones Sociales, analizados y orados por una comunidad y en comunidad, ofrecen los elementos fundamentales para comprender los términos propuestos en la pregunta. Para su divulgación, sin rechazar otros modos, el más valioso el testimonial.

Los equipos de gobierno de la Provincia y los Capítulos, ¿son conscientes de la importancia de la Comunicación Social?

Me centro en la respuesta en el equipo de gobierno provincial, dejando de lado otros equipos de gobierno de las demarcaciones provinciales.

Puedo afirmar que en los 15 años que he estado como presidente de la CCP el gobierno de la Provincia ha aprobado sin enmienda alguna tanto los Estatutos como el Plan de acción de la CCP y nunca ha puesto objeción alguna a la acción de la Comisión ni han escatimado recursos para su desenvolvimiento; es decir, se han fiado de las personas de la Comisión y de cómo desempeñaban su trabajo.

No obstante, creo poder afirmar que algunos de los miembros del gobierno provincial, por no sentirse con la formación suficiente en el mundo de la comunicación, han adoptado la postura del “laissez faire”, por lo que no han interferido en las acciones comunicativas, pero no han sido animadores ni han propiciado la formación de los religiosos en este campo, a pesar de que en algún Capítulo provincial se decidió fomentarla.

Entrar en la valoración de los Capítulos es aún más complejo, por su naturaleza eventual, por el alto número de miembros, por el origen y edades tan diferentes de los capitulares y por su grado de formación en este campo de la comunicación.

¿Es importante el trabajo en equipo en la comunicación pública?

En este punto mi respuesta es sin ambages: el trabajo en equipo es esencial en la comunicación pública de cualquier institución agustino-recoleta, en cuya Familia el valor de la comunión y la vivencia en comunidad pertenecen a su quintaesencia.

En la Provincia un Equipo o Comisión es un grupo en comunidad de acción, en el que todos contribuyen a conseguir un objetivo y manifiestan la condición comunitaria de la Provincia con su acción en común.

No se puede hablar de trabajo en equipo yuxtaponiendo actuaciones individuales no conocidas ni consentidas por el equipo, sin mantener un diálogo constructivo y crítico sobre la acción conjunta del grupo. Si se quiere que una obra perdure, no hay que dejarla en manos de una sola persona.

En todo grupo humano que se propone un objetivo, el diálogo, la variedad de propuestas y la valoración de los medios para conseguirlo son imprescindibles. El papa Francisco con frecuencia está exhortando a construir la cultura del encuentro para una comunicación constructiva.

Un equipo se forma no por designar a sus miembros, sino a partir del diálogo que mantienen; si no hay diálogo, el equipo es tal solo de nombre.

¿Qué herramientas de comunicación crees más importantes en el trabajo que has desarrollado hasta el año pasado?

Depende en gran manera de los contenidos y del público al que se dirige. Todos son válidos y valiosos. Ninguno es desechable. No obstante, en abstracto, las Nuevas Tecnologías de la Información, las comunicaciones accesibles por dispositivos electrónicos, parecen ser hoy las más importantes por el número de usuarios y la facilidad de acceso a los contenidos.

Dentro de esta modalidad, las Redes Sociales se llevan la palma, por lo que la ausencia de perfil en ellas te cierra el acceso al “continente digital”, en expresión de Benedicto XVI, donde navegan millones y millones de personas, sobre todo jóvenes, con sus inquietudes y con sus variopintas problemáticas.

Si en las Redes Sociales la Provincia no se encuentra o no está como debe estar, está cayendo en una flagrante irresponsabilidad. Internet en general y las Redes Sociales son el mejor foro para pregonar la verdad, la paz, el Evangelio de Jesús, y para deshacer toda la desinformación interesada que circula por nuestro mundo.

Me viene en este momento lo que dice san Gregorio Magno de los predicadores que no cumplen con su deber: que son como “perros mudos”, que no se atreven a hablar y proponer y defender la verdad.

¿Estamos dentro de la Familia Agustino-Recoleta ‘al día’ con el uso de estas Nuevas Tecnologías de la Información?

La edad de una persona y su formación no justifica todo su comportamiento, pero sí lo puede condicionar.

Este presupuesto explica que, por la misma edad, haya un alto porcentaje de la Familia que no esté “al día” ni en el conocimiento ni en el uso de estas herramientas, lo cual no es tan transcendental si la mentalidad se mantiene abierta a las nuevas formas comunicativas, no se rechacen como algo snob, y, cuando se precisa, se acuda al “profesional” para requerirle su ayuda.

Es cierto que fondo y forma, contenido y forma de expresarlo son importantes, y que las herramientas de la comunicación hay que concebirlas como formas de expresión de los contenidos, de los mensajes, que son lo fundamental; pero si el mensaje no se emite de forma adecuada, puede resultar estéril o incluso contraproducente.

Además de en Comunicación pública, cuentas con una importante experiencia vital en la pastoral educativa. ¿Atendemos bien a los jóvenes en cuanto a su uso de los medios?

Hace ya casi 25 años que dejé el mundo de la educación, que ha evolucionado de forma espectacular en cuanto al manejo de las herramientas electrónicas en la educación, por lo que quiero pensar que nuestros alumnos jóvenes están bien atendidos en el conocimiento de las tecnologías informáticas. No lo sé si también lo están en su uso.

Con todo, por lo que he dicho más arriba, me resulta más preocupante si los contenidos y valores educativos responden a las orientaciones de la Iglesia y a los valores básicos del carisma agustino recoleto o, más bien, nuestro alumnado es experto en el manejo pero mero consumidor acrítico de contenidos; y, por otra parte, se suma al caudaloso río de los que llevan un ritmo de vida acomodada, frívola y falta de inquietudes humanas y trascendentes.

Tanto el gobierno de la Provincia como el profesorado tendrán que realizar un sereno discernimiento y, si fuera necesario, tomar las medidas pertinentes para que nuestros centros educativos sean de verdad referentes en cuanto a la preparación académica, pero también faros que emiten destellos de luz por los valores que preconizan, aunque eso exija ir contracorriente.

¿Qué aprendizajes te llevas como más valiosos de tu etapa en los medios de la Provincia?

Voy a ser breve porque ya he hablado mucho, quizá más de la cuenta, y he podido molestar a alguno. Resumo mi respuesta en algunos puntos concretos:

  • Lo primero que he aprendido es comprender que ser presidente de un órgano de la Provincia es prestar un servicio, no a tu gusto y gana, sino de acuerdo con la condición y líneas de acción que marca la misma Institución.
  • Haber estado en este mundo me ha obligado a “estar al día” en temas y técnicas que, de otro modo, seguramente habría puesto al margen en mi vida.
  • Además, me ha permitido entrar en contacto con numerosas personas, lo cual es un enriquecimiento, que ojalá haya sido mutuo.
  • Me ha obligado a “mendigar” mucho y, por tanto, a depender de otros en mi trabajo, lo que me ha llevado también a saber agradecer de corazón a tantos y tantos como han respondido a mis peticiones. A todos, desde aquí, les doy las gracias.
  • He percibido nítidamente la necesidad de trabajar en equipo, de mantener un fluido diálogo en el que no solo se hablaba, sino que se escuchaba, porque en el equipo del que me tocó formar parte hubo siempre uno o dos profesionales de la comunicación, a los que era de justicia escuchar, y ¡qué diálogos más positivos! Pero todos los miembros intervenían antes de tomar una postura común por la que, una vez acordada, se luchaba en conjunto.
  • Quizá por educación, la obra bien hecha ha sido una aspiración, por lo que la corrección ortográfica y la buena estructuración de los textos, así como, dentro de lo posible, la buena imagen, han sido mi preocupación y objeto de mis cuidados, aunque más de cuatro veces habré fallado. Pero es que las faltas ortográficas, sean de la índole que sean, resultan puñetazos a los ojos medianamente cultos, y una institución no puede flojear en este punto elemental por respeto al otro y elegancia y buena imagen propia.

¿Tienes expectativas para el futuro de la comunicación en la Iglesia? ¿Algún consejo para quienes continúan en esta labor?

Pienso que en la Iglesia se han dado pasos de suma importancia para una comunicación que, en cuanto a las formas, sea asequible a todos.

El lenguaje del papa Francisco es una buena muestra y, si los católicos se toman la molestia de leer los mensajes de las ya aludidas Jornadas de las Comunicaciones Sociales y los ponen en práctica, la Iglesia, con comunicadores “a lo Francisco”, va a robar audiencia o seguidores a muchos youtubers.

Pero entiéndase bien, la Iglesia no va a vender baratos sus mensajes por conseguir más o menos “me gusta”, pues la belleza del Evangelio y la verdad atrayente de la persona de Jesús ni tienen precio de venta en el mercado de la comunicación, ni pueden faltar en tan concurrido mercado.

Termino de responder a esta pregunta invitando al paciente lector a orar por la comunicación en y de la Iglesia. Para ello me sirvo de unas peticiones de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos:

  • “Por el Papa Francisco, los líderes de la Iglesia y los cristianos de todo el mundo: que comuniquen las Buenas Nuevas de Jesucristo con coraje y convicción.
  • Por todos los involucrados en el trabajo de comunicaciones y los medios: que su trabajo sirva a la causa de la verdad y la justicia y nos ayude a superar la división.
  • Para que las personas de todo el mundo puedan escuchar las buenas nuevas de Dios para el mundo.
  • Señor, ¡escúchanos!”