El retiro de Adviento de las Fraternidades Seglares Agustino-Recoletas de México tuvo lugar el pasado 30 de noviembre en la Parroquia de San Nicolás de Tolentino (Churubusco) de Ciudad de México.
El pasado 30 de noviembre se reunieron en la Parroquia de San Nicolás de Tolentino de la Ciudad de México en torno a 85 laicos miembros de la Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta acompañados por siete religiosos recoletos para celebrar el retiro anual de Adviento.
Además de ser una jornada de reflexión y oración preparatoria de las fiestas navideñas, el encuentro fue feliz ocasión para que trece personas, terminado su periodo de formación, emitieran públicamente sus promesas bautismales, mostraran su deseo de pertenecer a la Familia Agustino-Recoleta y fueran acogidas como nuevos miembros de las Fraternidades de Cuernavaca (Morelos), Avante y Churubusco (Ciudad de México).
En la oración inicial se tuvo como tema central la paz y corrió a cargo de la Fraternidad de Tecamachalco, poco antes de que la presidenta del Consejo nacional de Fraternidades en México, Lourdes Laraque, y la presidenta de la Fraternidad de Churubusco, Guadalupe Ruiz, diesen la bienvenida oficial a todos y agradeciesen su presencia.
A continuación hubo una presentación de la nueva encíclica Dilexit Nos del Papa Francisco, a cargo del religioso asistente de la Fraternidad anfitriona, el agustino recoleto Carlos López, y una dinámica de integración propuesta por la Fraternidad de Avante.
Sergio Sánchez, agustino recoleto y presidente del Secretariado de Espiritualidad de la Provincia de San Nicolás de Tolentino, encargado de la atención a las Fraternidades Seglares, dio el tema formativo del día, titulado “Semillas de Esperanza”. Tuvo en cuenta tanto las particularidades del tiempo de Adviento como la programación de la Iglesia Universal, a punto de iniciar el Jubileo 2025 “Peregrinos de esperanza”.
La Eucaristía de clausura estuvo presidida por Martín Luengo, vicario para México y Costa Rica de la Provincia de San Nicolás de Tolentino. En ella hizo la recepción oficial y la entrega de la insignia y la Regla de vida a los trece nuevos miembros de la Fraternidad Seglar, que estaban vestidos de blanco para la ceremonia.