Las dos sedes donde se ha celebrado el curso han sido la Parroquia de Nuestra Señora de la Consolación del barrio Boyacá Real de Bogotá (21 de julio al 4 de agosto) y el convento del Desierto de la Candelaria (Boyacá), a siete kilómetros de Ráquira (5 al 24 de agosto).
El agustino recoleto José Antonio Hernández (Malinalco, México, 1990) ha sido uno de los participantes en el Mes especial de preparación para la profesión solemne, que ha tenido lugar en Colombia entre los días 21 de julio y 24 de agosto.
“Vivir estos días en estos lugares ha sido una experiencia muy grande, he sentido una integración espiritual y humana con hermanos de lugares muy diferentes. Aparte de la formación inicial, hemos tratado temas como los consejos evangélicos, la sabiduría de la comunidad, la interioridad o la eclesialidad.
Son temas muy importantes en la vida del consagrado. Vivir esta formación ha sido un reencuentro conmigo mismo, con Dios, con mi comunidad recoleta, que me acoge me recibe, me integra.
La vivencia personal de los valores carismáticos de la Familia Agustino-Recoleta hace que la propia comunidad se enriquezca; nos enriquecemos los miembros entre nosotros mismos y la comunidad como un todo. Estamos muy felices por la formación recibida estos días, y por buena integración entre nosotros, aunque no nos conocíamos previamente todos. Agradecemos lo que hacen por nosotros y por nuestra formación”.
El Mes especial de preparación para la profesión solemne acoge anualmente a los religiosos profesos candidatos a realizar la profesión solemne en toda la Orden de Agustinos Recoletos, una vez que están en la última etapa de su formación inicial y participando ya de la experiencia de inserción comunitaria y pastoral.
Dura alrededor de cinco semanas y su objetivo fundamental es convertirse en toda una experiencia vital que gira en torno a los valores carismáticos de la Recolección Agustiniana. Más allá de datos o de adquisición de conocimientos, el curso viene a reforzar en cada uno de los participantes los aspectos vocacionales que les han llevado a querer comprometerse como religiosos agustinos recoletos de por vida.
En este sentido el “aprendizaje” se conjuga con verbos como vivenciar, sentir, buscar, fundamentar. Los ejes esenciales son la comunidad y las relaciones interpersonales, la interioridad y trascendencia, el sentimiento de ser “peregrinos”, miembros de una Iglesia, y la vivencia real de los consejos evangélicos: los afectos y la sexualidad desde el voto de castidad; el control de las ansias de poder y el ejercicio de la humildad de corazón desde el voto de pobreza; el refuerzo de la idea del servicio y disponibilidad desde el voto de obediencia.
Los siete participantes han elaborado su Proyecto personal de vida durante las cinco semanas, incorporando los diversos temas tratados conforme avanzaba el tiempo. Además han mantenido un acompañamiento personalizado.
Los siete participantes (Judd Casocot, Mc Airel Sadang, Joseph Neil Enclonar, Jeferson Sá Silva, Carlos Riera, José Antonio Hernández y Bernardo Contreras) pertenecen a las Provincias de San Nicolás de Tolentino, Santo Tomás de Villanueva y San Ezequiel Moreno y son naturales de Filipinas, México, Venezuela y Brasil.
Han estado acompañados por un equipo formativo de cuatro miembros coordinados por Fabián Martín, consejero general. Hasta ocho ponentes han participado, ya sea de modo presencial (Danilo Janeguitz, Héctor Manuel Calderón, Kenneth Onda, Jhon Eduard Olarte, Fabián Martín) o virtualmente (Jaazeal Jakosalem, Antonio Carrón y el prior general, Miguel Ángel Hernández, que habló sobre “Ser hoy agustino recoleto”).
Las dos sedes donde se ha celebrado el curso han sido la Parroquia de Nuestra Señora de la Consolación del barrio Boyacá Real de Bogotá (21 de julio al 4 de agosto) y el histórico convento del Desierto de la Candelaria (Boyacá), a siete kilómetros de la ciudad de Ráquira (5 al 24 de agosto).
También ha habido tiempo para conocer las huellas de la Recolección Agustiniana en Bogotá, visitar el monasterio de las Agustinas Recoletas contemplativas fundado por la Federación de México, conocer el convento de La Popa de Cartagena de Indias, peregrinar a la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.
La semana final estuvo dedicada a los ejercicios espirituales agustinanos, ofrecidos por fray Fabián Martín y fray Enrique Eguiarte.
Para fray Airel fue fundamental la reflexión sobre los consejos evangélicos: “Durante años he buscado vivir los votos, pero definidos según mis preferencias o elecciones. Durante el curso he visto que no debo centrarme en mis estándares, sino a seguir el ejemplo de Cristo, vivir sin excusas como lo hizo Él, no para mi complacencia”.
Fray Joseph destacó haber encontrado la experiencia del Mes “formativa, con temas intensivos y completos; y reveladora, porque me abre los ojos a las realidades Recoletas más allá de mi experiencia personal en Filipinas, amplía mis horizontes y contribuye a mi crecimiento como miembro de una Familia amplia y extendida”.
Fray Judd, destacó haber conocido las “similitudes y diferencias culturales entre los filipinos y los latinos: compartimos valores de amabilidad, hospitalidad, respeto y religiosidad; pero nuestras prácticas litúrgicas y nuestra culinaria difieren bastante”.
Durante la estancia en el convento del Desierto de la Candelaria los participantes en el Mes de preparación tuvieron la oportunidad de vivir el 420º aniversario del nacimiento de la Recolección Agustiniana en América precisamente en ese mismo lugar, con la fundación el 12 de agosto de 1604 de la vida monástica y regular de varios ermitaños bajo la dirección espiritual de fray Mateo Delgado.