La misión de Shangqiu, Henan, China, que ahora cumple un siglo, es el germen y la causa por la que los Agustinos Recoletos han servido, muchos años después, a los fieles chinos en Madrid, y han permitido el contacto de la Familia Agustino-Recoleta con la cultura china en España.
En España viven, según las estadísticas (2023), más de 200.000 chinos; en 1961 eran poco más de un centenar. Siguiendo una tendencia mundial de expansión migratoria desde la República Popular, a partir de los años 90 del siglo XX, y aún más en el presente siglo, su presencia aumentó progresiva y considerablemente.
Madrid es la ciudad donde se aprecia más esta presencia, con todo un barrio (Usera) y un polígono industrial (Cobo Calleja, Fuenlabrada) copados con sus viviendas y negocios, de manera muy visible en los carteles de las calles o en las características físicas de los viandantes.
En China los católicos son una minoría exigua, porcentaje que se traslada a sus migrantes. Al llegar a España, los pocos chinos católicos se encontraron con una amplia comunidad católica, templos y servicios religiosos abundantes. Pero la gran dificultad era la lengua. Los migrantes de primera generación no se sentían confortables para celebrar su fe en una lengua que usaban con poca frecuencia; los chinos, aun fuera de su país, suelen vivir con y entre chinos.
Un pequeño grupo, doce personas, deciden espontáneamente reunirse para orar en la casa de unos misioneros cerca de la Plaza de Manuel Becerra; esporádicamente un sacerdote chino que estudia en Salamanca, G. Z., les celebra la Eucaristía; pero, tres meses después, les pone en contacto con un agustino recoleto chino residente en Madrid, José Y. T. Su presencia en la ciudad les facilitaba un acceso más habitual a los sacramentos en su lengua.
El recoleto chino propone a su comunidad recoleta de Santa Rita la posibilidad de ofrecer servicios litúrgicos a los católicos chinos en las instalaciones parroquiales, solicitud que es aceptada. Desde el 27 de septiembre de 2007 hay Misas habituales en chino.
Poseedores o trabajadores de tiendas de proximidad, restaurantes y comercios abiertos los siete días de la semana en horarios amplísimos, el estilo de vida no facilita a los católicos chinos acudir al templo. A la primera misa en Santa Rita asistieron menos de diez; el boca a boca hace que en semanas lleguen a unos 30; y el día de Navidad de 2007 llegan al centenar.
Otro religioso agustino recoleto chino, Juan María G. K. P., se suma al servicio pastoral, primero desde su comunidad de La Elipa y desde 2009 en el mismo Santa Rita, comunidad a la que es destinado. Ese 2009 se logra atender espiritualmente a unos 400 fieles.
Pronto se añaden otros servicios basándose en las necesidades de los fieles. Para su integración, más de 300 personas aprenden español en cursos que ofrece la Parroquia; también hay asesoría legal, acompañamiento de traducción para ir al médico…
En 2010 y hasta 2014 otro religioso recoleto chino, Juan G. H. C., coordina los servicios pastorales, ayudado por un recoleto español que había trabajado durante casi medio siglo en Taiwán, Manuel Piérola.
El año 2011, tras varias reuniones con el delegado de Migraciones de la Arquidiócesis de Madrid, Antonio Martínez, se procede a constituir oficialmente una Capellanía china en Madrid, con sede en Santa Rita y el compromiso de fortalecer la atención en las parroquias de Cristo Rey y Nuestra Señora de la Soledad de Usera, a donde los recoletos se desplazan habitualmente.
La Capellanía se va construyendo como una comunidad en la que se comparte vida y fe y cuyos miembros se apoyan mutuamente. Se organizan encuentros, actos culturales y excursiones, fiestas en las celebraciones más especiales del calendario litúrgico.
También se suman lectores, cantores, acólitos, catequistas, ministerios de servicio con los fieles más comprometidos. La presencia de Misioneras Agustinas Recoletas y otras religiosas chinas de diversas Congregaciones en Madrid aporta nuevas colaboradoras.
La pujanza de la Capellanía en Madrid atrae a chinos católicos de lugares como Valencia o Bilbao, que solicitan atención. Un recoleto chino de la comunidad de la Casa de Formación San Agustín de Las Rozas, Juan Y. Z. X., comienza a atenderlos mediante diversos viajes.
La Capellanía, además, se integra en la red de Capellanías nacionales de la Arquidiócesis de Madrid, con encuentros de capellanes y acceso a servicios comunes y a toda una red de apoyo para migrantes en general.
En 2014 se nombra un nuevo capellán, el agustino recoleto Guillermo Z. W., con la colaboración de Manuel Piérola y, desde 2016, Juan Y. Z. X., trasladado a la comunidad de Santa Rita y que de este modo puede también visitar con más frecuencia Usera.
En 2017 se decide el traslado de la sede de la Capellanía China a la Parroquia de Nuestra Señora de la Soledad de Usera. En la decisión prima la mejor atención a los fieles, en su mayoría residentes en esa zona. El arzobispo nombra un vicario parroquial chino en la Soledad que se encargará de la organización y gestión de la Capellanía.
Los recoletos continúan colaborando: hasta 2021 José G. Y. G. y, actualmente, Pablo M. Y. C. y Pablo J. Y. X., miembros de las comunidades de Las Rozas y Santa Rita, respectivamente. En Santa Rita continúan las Eucaristías en chino, se organizan encuentros con jóvenes, celebraciones de festividades importantes, ejercicios espirituales…
Han sido 17 años de una historia rica de experiencia y de fe en la Capellanía China en Madrid. Los fieles chinos pueden vivir su fe con un gran compromiso y sintiéndose Iglesia, en su propia lengua, pero no encerrados o sin conexión con la Iglesia local, fortaleciendo los lazos con las Parroquias. En los últimos tiempos incluso un grupo de mujeres chinas participantes de la Capellanía se han interesado por participar de la Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta.
Los Agustinos Recoletos que realizan su ministerio en Madrid se sienten en comunión con los que atiende la misión de Shangqiu en Henan, China. Que esa histórica misión, que ahora cumple un siglo, se haya mantenido viva, es el germen y la causa por la que en Madrid se ha podido servir años después a los fieles chinos; y la presencia de recoletos chinos ha permitido generar espacios de diálogo, comprensión, atención y conocimiento de chinos en España que, de otro modo, difícilmente hubieran tenido contacto con la Familia Agustino-Recoleta.