El monasterio de San Agustín de Nakwamekwi de Lodwar, Turkana, perteneciente a la Federación de México de las Agustinas Recoletas contemplativas, cuenta con un miembro más en su comunidad tras finalizar su noviciado con la profesión simple.
La comunidad contemplativa agustino-recoleta de Lodwar, en Kenia, cuenta con un miembro más tras la profesión el pasado 4 de septiembre, solemnidad de Nuestra Señora de la Consolación, de la ugandesa Joan Amoding Ojilon.
Joan llegó al noviciado de Turkana recomendada por una religiosa de su país, solicitando hacer una experiencia vocacional por sentirse atraída hacia la vida contemplativa y no contar con la posibilidad de hacer este primer acompañamiento en su propio país.
Terminado ese primer encuentro y el proceso vocacional inicial, tanto ella como la comunidad de Lodwar pensaron que estaba preparada para iniciar su noviciado, que terminó con unos ejercicios espirituales dirigidos por sor Irene Carrera y que tuvieron como eje central textos del libro bíblico Cantar de los Cantares y los comentarios agustinianos sobre los “nombres de la esposa” recogidos por el agustino recoleto Enrique Eguiarte.
Joan ha querido fortalecer durante esos días de ejercicios previos a la profesión su amistad con Dios a través de la vocación contemplativa y de la vida de comunidad, escondida en el corazón de Dios, en la oración y en el silencio, hasta que el 4 de septiembre todo cambió a fiesta y alegría en Lodwar.
Joan pronunció en ese día su compromiso de seguir los consejos evangélicos con la comunidad contemplativa agustino-recoleta que la recibía. Lo hizo con voz segura y juvenil durante una Eucaristía que comenzó a las 10 de la mañana, presidida por el vicario general de la Diócesis de Lodwar, Joseph Ekalimon, y concelebrada por diez sacerdotes: seis combonianos, tres diocesanos y Desmon Miller, misionero de San Patricio y pionero de esta misión Católica.
Los católicos del lugar y los amigos del monasterio de clausura vivieron la celebración de forma muy emotiva, con alegría y agradecimiento al Señor por suscitar vocaciones contemplativas. Lodwar es un lugar semidesértico, pero floreciente en jóvenes deseosos de consagrarse a Dios en la vida religiosa.
El coro de la parroquia local de Jesús Resucitado, atendida por los Combonianos, cantó en swahili acompañados por la danza de alabanza al Señor. Los presentes estuvieron muy antentos a los varios signos de la ceremonia de profesión: la entrega del velo negro, de la corona de flores y de la Regla y Constituciones de las Monjas Agustinas Recoletas; la consagración de sor Joan mediante la fórmula de la profesión religiosa; la aceptación por parte de la comunidad a través de las palabras de la priora y el abrazo de bienvenida y la acogida fraterna de las monjas.
Joan incluso pudo contar con la alegría de que uno de sus hermanos vino desde Uganda para representar a toda la familia y acompañarla de cerca en este paso vital tan importante. Por su parte, sor Joan agradeció y solicitó las oraciones por la perseverancia de su vocación y por las intenciones de su comunidad.