Agosto, mes de gran significado para la Familia Agustiniana, ha traído a los trabajadores, beneficiarios, antiguos alumnos, voluntarios y amigos de la Ciudad de los Niños actividades para promover la espiritualidad agustiniana y la alegría de la experiencia de la vida en comunidad.
El mes de agosto comenzó en la Ciudad de los Niños, proyecto socioeducativo de los Agustinos Recoletos en las inmediaciones de la ciudad de Cartago (Costa Rica), con la celebración de la ya tradicional romería hasta la Basílica Nacional de Nuestra Señora de los Ángeles, situada a poco menos de cinco kilómetros de la institución.
Alrededor de 50 beneficiarios, acompañados de religiosos y colaboradores, se sumaron a esta propuesta con una caminata a pie en tono festivo, alegre y también espiritual. Así, durante el camino oraron y cantaron unidos.
La Feria de la Salud se organizó entre los días 5 y 19 de agosto, en colaboración con centros educativos superiores de Ciencias de la salud y voluntarios profesionales del ramo. Se logró ofrecer dentro de las mismas instalaciones educativas, a quienes lo solicitaron, algún tipo de atención, formación o información sobre prevención.
Este evento tiene su lado espiritual con la celebración de la novena a san Ezequiel Moreno, el santo obispo y misionero agustino recoleto considera patrón y especial protector de los enfermos en cáncer, enfermedad que él mismo padeció y de la que falleció.
Así, del 11 al 19 de agosto las Redes sociales de la Ciudad de los Niños hicieron un esfuerzo comunicativo especial por dar a conocer al santo y promover su testimonio, ejemplo y espiritualidad. Dentro de la vida cotidiana, antes de comenzar la jornada, los propios colaboradores realizaron la novena.
Terminada la novena del santo obispo recoleto comenzó la de san Agustín, que tuvo lugar del 19 al 28 de agosto. Además de a la población de la Ciudad de los Niños (religiosos, colaboradores y beneficiarios), estaba abierta al público en general.
El acto cotidiano central era la Eucaristía de las siete de la tarde en el templo de Nuestra Señora de la Consolación. Como presidentes hubo sacerdotes invitados, lo que dio un toque de variedad: Walter Morales, párroco de San Francisco de Asís de Agua Caliente; Sebastián Abarca, vicario del Santuario Nuestra Señora de Los Ángeles; Marco Segura, agustino; o el agustino recoleto, Alberto Vallecillos, párroco de Nuestra Señora del Carmen en Alajuela.
Finalizada la Eucaristía y rezada la novena, se impartía un breve tema formativo y se ofrecía un café y un momento de diálogo, convivencia y espacio para fortalecer los lazos comunitarios.
Este año se ha celebrado además la primera edición del AgustínFest, el 24 de agosto en el gimnasio, con participación del grupo musical Los Hicsos, con éxito de participación. Además, el día de santa Mónica, 27 de agosto, en el templo y con las luces apagadas, la cantante María Celeste Román y la pianista Nazaret Aguilar dieron un recital en honor a la madre de san Agustín.
El 28 de agosto, solemnidad del santo, se organizó el Día del colaborador. A las diez de la mañana el obispo de Cartago, Mario Quirós, presidió la Eucaristía y centró su alocución en el corazón inquieto de Agustín y de quien sigue su carisma.
El mismo obispo bendijo después las nuevas instalaciones del Centro de Espiritualidad Agustino-Recoleto (CEAR) de Cartago, que ha supuesto la transformación y reforma del antiguo edificio de oficinas y gestión. En breve CEAR Cartago brindará cursos, charlas, motivaciones y jornadas de espiritualidad. Las celebraciones terminaron con un café y refrigerio para todos.
Por otro lado, durante todo el mes de agosto el Colegio Técnico San Agustín organizó las Olimpiadas Agustinianas, con preguntas sobre la vida de san Agustín y el espacio Agustín Creativo, en el que los beneficiarios presentaron dibujos, canciones y creaciones literarias y recibieron diversas premiaciones y diplomas conmemorativos.
El 1 de septiembre concluyó el mes agustiniano con una fiesta en la que fueron homenajeados los antiguos alumnos, se organizó la feria de emprendimientos y, para todos los públicos, actividades lúdicas (inflables, toro mecánico), venta de comidas, deportes o pasacalles.
Todo ello pudo realizarse con el apoyo de muchas personas distintas: los religiosos de la comunidad recoleta, los colaboradores y trabajadores de la institución, amigos y voluntarios y los beneficiarios, que se sumaron con agrado a la programación y participaron con alegría y empeño.