XV Aniversario del Hogar Santa Mónica de Fortaleza. Agustinos Recoletos. Ceará, Brasil.

El proyecto de la Familia Agustino-Recoleta en Fortaleza (Brasil) que ofrece una nueva vida a las niñas y adolescentes víctimas de abusos ha logrado acoger en todo este tiempo a 225 beneficiarias, teniendo una ocupación máxima de 36 plazas.

El 27 de agosto, fiesta de santa Mónica, madre de san Agustín, es el aniversario de creación del Hogar Santa Mónica, un refugio y espacio seguro de rehabilitación para niñas y adolescentes que, enviadas por las autoridades judiciales, proceden de contextos agresores.

El objetivo es proporcionarles educación integral y sanación de las heridas físicas y psicológicas sufridas, las herramientas necesarias para enfrentar el futuro con confianza, libertad y autonomía tras el infierno que han vivido.

Santa Mónica es una figura significativa: logró que su hijo Agustín, que vivía en un mar de dudas y tomando decisiones aleatorias y sin ningún éxito ni futuro, recuperase una senda vital que lo llevó no solo hasta una estabilidad personal, sino a forjar un estilo de vida imitado y adherido después por miles de vidas a lo largo de la historia, hasta hoy.

Las beneficiarias del Hogar Santa Mónica han sufrido una o varias de estas cosas a la vez: abuso, abandono, desescolarización, desatención familiar, violencia, explotación laboral o sexual, hambre, situación de calle…

Y todo ello ha llegado a tal gravedad y con tales consecuencias, que un juez de menores o un consejo tutelar de la infancia y la adolescencia ha decidido trasladarlas a un lugar seguro, alejado de los agresores, donde recuperar sus vidas y salvaguardar sus derechos.

El problema hasta el año 2009, hace ahora quince años, es que no existía tal lugar en todo el Estado de Ceará, ni público ni privado. Es decir, no había adónde llevar a estas víctimas, por mucho que un juez decidiese que no estuvieran más junto a sus agresores.

La Familia Agustino-Recoleta, después de diez años de trabajo con la sociedad más desfavorecida y consciente de este grave problema por su cercanía y labor pastoral con las familias en las zonas deprimidas de la ciudad, decide poner en marcha uno.

Desde entonces han sido 225 niñas y adolescentes las que han pasado por el Hogar Santa Mónica en sus 15 años de existencia. No son números, son vidas reales, niñas con nombre y apellido, cada una con su historia de dolor, su lucha de adaptación a nuevas formas y nuevas reglas, su recuperación lenta pero gradual.

La atención cotidiana a estas niñas ha supuesto más de 30.000 procedimientos de todo tipo: jurídico, médico, socio-asistencial, pedagógico, psicológico… Incluye terapias, visitas a las familias, recuperación de la vida escolar y superación del fracaso, acompañamiento en formación profesional, clases de refuerzo, cursos adaptados…

Para la Familia Agustino-Recoleta ha supuesto también una novedad, porque representa materializar los valores carismáticos de esta Familia religiosa (comunidad, interioridad, caridad, misión) a un contexto nuevo e impactante, lleno de desafíos.

El Hogar Santa Mónica también ha supuesto una verdadera bisagra de unión de la Familia Agustino-Recoleta con la sociedad local y con las instituciones eclesiales. Así, se sitúa dentro del Condominio Espiritual Uirapuru que, en una zona verde en el centro de Fortaleza, acoge diversos proyectos sociales de la Iglesia en la capital cearense.

También ha obligado a los gestores del proyecto a encontrar el personal adecuado, formado y capacitado para una labor tan especial, específica y compleja, que incluye asistencia social, asistencia psicológica especializada, relaciones con el poder judicial y los poderes legislativo y ejecutivo, acogida y capacitación de voluntarios, continuada necesidad de recursos financieros y una red que complemente la atención de todas aquellas necesidades que aparezcan.

Celebración feliz y acicate de sensibilización

El 27 de agosto el Hogar Santa Mónica celebró sus 15 años de vida con emoción y gratitud junto a muchos amigos, benefactores y compañeros de camino: las otras instituciones del Condominio Espiritual Uirapuru, empresas amigas, voluntarios, colaboradores, la Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta… Y, por supuesto, beneficiarias actuales y del pasado, trabajadores profesionales y equipo directivo.

Hubo un momento de celebración espiritual con una Eucaristía y una cena que terminó con la canción de felicitación de un aniversario y un gran pastel. Había clima de fraternidad, de cariño y de satisfacción por el esfuerzo realizado en estos 15 años.

Al día siguiente, el 28 de agosto, solemnidad de san Agustín, continuaron las celebraciones dado el carisma agustiniano del proyecto social. Fue un día más íntimo para los miembros del Hogar, con una Eucaristía y una comida especial llena de sorpresas.

“Estos 15 años son un testimonio vivo de que el amor, el cuidado y la fe pueden transformar vidas y permitir la construcción de un futuro mejor para nuestras beneficiarias que, de otro modo, hubieran estado condenadas al olvido, abandono y a unas vidas llenas de sufrimiento constante.

Continuamos firmes en nuestra misión, con la mirada puesta en el futuro y con el recuerdo feliz y agradecido de lo que ya hemos hecho. Pero queda mucho, mucho por hacer, porque la lacra contra la que luchamos, la pesadilla y el infierno por el que han pasado nuestras beneficiarias, lejos de frenarse, aumenta. Podemos decir que el Hogar Santa Mónica, a nuestro pesar, es hoy, 15 años después, más necesario aún”.

Moción de felicitación de la Asamblea Legislativa

Con motivo de este aniversario, en la Asamblea Legislativa de Ceará se ha presentado un requerimiento de “Moción de alabanza y alegría” hacia el Hogar Santa Mónica al cumplir 15 años de vida “promoviendo el rescate y cuidado de niñas y adolescentes víctimas de explotación sexual”.

Así lo indicaba el diputado estatal Célio Studart (PSD/CE) al presidente de la Asamblea, por las “dignas, respetables y honrosas” acciones del Hogar Santa Mónica “ante la dramática situación de vulnerabilidad y violencia para las niñas y adolescentes de 7 a 18 años en la ciudad de Fortaleza”.

El Hogar, expresa el diputado, “reduce el riesgo social y familiar” en sus beneficiarias y las protege de otras situaciones de vulnerabilidad de su contexto social, como son “la extrema pobreza y los malos tratos psicológicos y sexuales”.

El diputado también recuerda el extenso “trabajo psicosocial con las familias para promoverlas en un contexto integral, que incluye el mantenimiento del vínculo familiar en orden a una futura reinserción” pero eliminando antes todo riesgo de repetir cualquier agresión.