Encuentro anual 2024. Fraternidad Seglar OAR. California, Estados Unidos.

50 personas acompañadas del asesor religioso se reúnen en Oxnard bajo el lema “Viviendo en armonía como comunidad” en una jornada de oración, reflexión, formación, encuentro, presentación de nuevos miembros y ocio compartido.

El pasado sábado 27 de julio las Fraternidades Seglares Agustino-Recoletas de California (Estados Unidos) mantuvieron su encuentro anual en el priorato San Agustín de Oxnard. Se trata de uno de los momentos más importantes de convivencia, oración y formación en la agenda de cada una de las Fraternidades.

En el encuentro anual, convocado por Raúl Ramírez, presidente regional de la Fraternidad Seglar de la Costa Oeste, tienen especial protagonismo los nuevos miembros y candidatos de cada una de las Fraternidades, que tienen la oportunidad de conocerse y presentarse.

Al mismo tiempo, quienes asisten por primera vez tienen la oportunidad de descubrir que más allá de su Fraternidad local hay muchas personas que, como ellos, desean vivir los valores agustinos recoletos y proceden de lugares diferentes: es la consecuencia de tener una gran familia distribuida por todo el mundo y de la que forman parte personas de tantas culturas y naciones.

Otro momento especial se da en la renovación de las promesas bautismales conjunta que, en cada encuentro anual, los miembros de la Fraternidad de California reafirman en unidos y en público, en señal de afirmación, identidad y apoyo mutuo.

La parte formativa se centró en el tema “El carisma agustiniano compartido: laicos y religiosos agustinos recoletos”, ofrecido por el asesor espiritual de la Fraternidad en California y prior de Oxnard, la comunidad que acogió a todos, el agustino recoleto Rafael Castillo. La Eucaristía estuvo presidida por Marlon Beof, vicario de la Provincia en Estados Unidos.

El ambiente de fraternidad y hermandad se disfrutó en todo momento. Como siempre, se reforzaron enormemente los lazos del conocimiento mutuo que posibilita pasar de la fraternidad a la amistad: hubo tiempo para orar juntos, para reflexionar sobre los temas propuestos, y también para conocerse mejor personalmente, comentar aspectos personales, reconocer y admirar los dones de los hermanos y apoyarlos y animarlos en sus dificultades cotidianas.