La solidaridad es camino de ida y vuelta: siempre hay alguien que necesite más. Aunque el Amazonas brasileño sea a priori lugar de recepción de la solidaridad de otros, este valor siempre puede aprenderse y practicarse independientemente de las circunstancias.
Desde un punto de vista generalista, de poco detalle, la solidaridad suele concebirse como una actividad de redistribución de los recursos: quienes más tienen comparten con quienes sufren vulnerabilidad o de falta de oportunidades. Y en general, podría serlo.
Sin embargo, en detalle, la solidaridad es un camino de ida y vuelta. Cualquier ser humano, independientemente de sus circunstancias, es al mismo tiempo sujeto activo y pasivo de solidaridad. Como valor de sociabilidad y empatía, la solidaridad se aprende, tanto en lo teórico como en lo práctico. Y como valor universal, no hay ser humano, por situación muy dura que viva, que no pueda aprender y practicar la solidaridad.
La Red Solidaria Internacional Agustino-Recoleta ARCORES celebra cada año su Jornada Corazón Solidario con un doble fin: sensibilizar sobre la solidaridad como valor indispensable y la colaboración práctica con algunos proyectos concretos.
El Centro Esperanza de Pauiní (Amazonas, Brasil) es uno de los proyectos socioeducativos de la Familia Agustino-Recoleta, en este caso desarrollado en conjunto con la Prelatura de Lábrea. Ofrece a los menores un espacio seguro en donde recibir alimentación, aprender en talleres semiprofesionales y culturales, fortalecer los vínculos sociales y la ciudadanía consciente, practicar deportes y disfrutar de ocio sano.
Es la manera de alejar a sus beneficiarios de las calles y prevenir algunas lacras que se dan en la región, producidos por la falta de recursos, esperanzas y oportunidades. La población más joven, sin ese apoyo, es un semillero para las actividades ilícitas o para iniciarse en distintas dependencias.
En el Centro Esperanza encuentran compañeros y amigos y, guiados por monitores, aprenden y practican valores sociales para como adultos ser ciudadanos conscientes, sujetos de derechos y responsables con sus obligaciones.
Del 22 al 26 de julio el Centro Esperanza, como parte de la Familia Agustino-Recoleta, ha celebrado la Jornada Corazón Solidario 2024. Los beneficiarios se sintieron parte de una Campaña internacional, unidos a personas de todo el mundo; la solidaridad une corazones y propósitos y se construye un mundo mejor sin importar las barreras de fronteras, idiomas o acceso a recursos.
La Campaña siguió los mismos temas, lemas y formaciones propuestos por ARCORES, este 2024, “Grandes en lo pequeño”, con la humildad como tema central: cómo estar cerca de los más vulnerables; reconocerse como parte de un todo; saber escuchar; vivir y materializar que todo, incluso lo más pequeño, suma; las ventajas de la austeridad como norma de vida; y aprender de los otros.
Después de las distintas formaciones y actividades lúdicas de refuerzo, el día 26 se preparó una fiesta solidaria con juegos y venta de comida y bebida para apoyar los tres proyectos de la campaña este año, de los Agustinos Recoletos y las Misioneras Agustinas Recoletas en Argentina, Ecuador y Sierra Leona.
De esta forma, un proyecto que habitualmente recibe financiación externa se ha sumado a la Campaña para ser solidario con otros. Junto con la semana recreativa, los jóvenes beneficiarios han disfrutado de la alegría de compartir, la felicidad de la generosidad y el ánimo de entregarse.