En la Prelatura de Lábrea o en la Diócesis de Río Branco, donde la Familia Agustino-Recoleta tiene presencia, se han llevado a cabo actividades sobre emergencia climática y sus consecuencias en los más vulnerables y el apoyo a los pueblos indígenas.
La Campaña Junio Verde que lleva a cabo la Iglesia brasileña a instancias de su Conferencia Episcopal (CNBB), intenta movilizar a los católicos en su compromiso con la ecología integral y a toda la sociedad y a las Administraciones para que apliquen la Política Nacional de Educación Ambiental.
La inspiración para esta campaña es la encíclia Laudato Si’ del papa Francisco (2015) y se lleva a cabo desde el año 2021, cuando fue presentada por parte del presidente de la CNBB a la Comisión de Medio Ambiente del Senado de Brasil.
En el ámbito de la Amazonia, la Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM) y los obispos de la región motivaron la realización de distintas actividades en todas las Prelaturas y Diócesis, varias de ellas con presencia de la Familia Agustino-Recoleta.
Antes, en Brasilia, la Iglesia brasileña preparó su participación, iniciativas e ideario para la COP 30 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2025), que tendrá lugar en Belém do Pará el año próximo.
En Manaos, la capital de Amazonas, se promovió una noche ecológica durante la jornada del Día del Medio ambiente en el Espacio Loyola, con el tema “Pueblos originarios y territorialidad amazónica”. También se celebró un seminario sobre “Amistad social y compromiso sociopolítico de la fe en la construcción del bienestar de los Pueblos”.
En Río Branco, diócesis donde el obispo es el agustino recoleto Joaquín Pertíñez, se celebró un encuentro del Grupo Ambiental Padre Paulino centrado en la crisis climática que vive el estado de Acre, con la importancia de buscar formas de prevención para la población más vulnerable, que es la que más sufre los cambios.
En Lábrea (Amazonas, Brasil), Prelatura que cumplirá en 2025 su primer centenario y en la que desde sus inicios trabajan los Agustinos Recoletos, el 18 de junio se celebró una audiencia pública organizada por el Consejo Indigenista Misionero (CIMI) en la que participaron líderes indígenas junto a Jônatas Andrade, juez del Consejo Nacional de Justicia (CNJ).
El tema tratado y debatido en esta audiencia pública fueron los derechos y las políticas públicas volcadas en el apoyo a los pueblos indígenas en la región de Lábrea, que tradicionalmente han sufrido persecución, exclusión social y las consecuencias del voraz apetito por el lucro de los productos existentes en sus tierras, como el caucho, la madera o la castaña.
Los líderes indígenas presentaron al magistrado demandas cruciales para la supervivencia de su forma de vida y denunciaron los principales problemas que ahora mismo se dan en sus tierras. Estaban representadas las principales organizaciones indígenas locales (FOCIMP, OCAPIL, OJIL, OADAPIM, APIAABV) y varias aldeas de las etnias apurinã, paumari e madiha-deni.
También se trataron temas como el diálogo intercultural, el respeto a la diversidad y las necesidades fundamentales que viven estas poblaciones, especialmente vulnerables a la falta de presencia del Estado en la región y a las difíciles comunicaciones, que facilitan las actividades ilegales y los ataques al medio ambiente.
Además, el 7 de julio se celebró la XXI Romería de la Tierra, de la Selva y de las Aguas, con el tema “Crisis climática: los pueblos de la selva y de las aguas claman por la cura de la tierra”. Comenzó a las 6:30 de la mañana en la plaza de la Catedral y llevó su mensaje de concienciación y de defensa de la casa común por toda la ciudad, visitando cada una de las comunidades de base.
La Romería terminó con una Eucaristía campal presidida por el agustino recoleto Luis Antonio Fernández en la que todas las pancartas con los lemas y frases de concienciación que acompañaron la manifestación quedaron expuestas.