Algunos de los tesoros de la historia de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de la Orden de Agustinos Recoletos y de los ambientes y espacios donde ha desarrollado su tarea a lo largo de la historia y en la actualidad.
Situado en la calle Fresas, frente al parque de San Lorenzo, al poniente de la Colonia del Valle de la Ciudad de México, su primera piedra se colocó en 1962. Con diseño de los arquitectos Fernando López Cardona (vanguardista e innovador, supervisor del hundimiento y restauración de la Catedral de la Ciudad de México) y de Carlos Ríos López, en 2015 el templo recibió la medalla del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
En la construcción de su atrevida cubierta contaron con la asesoría de Félix Candela Outeriño (1910-1997), arquitecto hispano-mexicano especialista en estructuras basadas en el uso extensivo del paraboloide hiperbólico.
Debido a su particular ubicación con frente a dos calles, pero sin esquina, el templo cuenta con dos plazas de acceso que vestibulan la entrada.
Es de planta semicircular con cinco grandes vitrales con diferentes temas de la doctrina cristiana. En su interior presenta un espacio protegido por una gran cubierta tipo cascarón, de hormigón, que permitió librar un importante espacio abierto sin la presencia de columnas intermedias.
La propia forma de la cubierta proporciona resistencia y permite un espesor mínimo, lográndose una mayor economía y eficiencia constructiva.
El espacio interior confluye tanto visual como estructuralmente hacia el altar central, donde los diferentes gajos que integran la cubierta se concentran en una gran columna inclinada que soporta la imagen de un Cristo en la cruz.
De esta columna irradian las trabelosas y los tragaluces que posteriormente se convierten en los vanos de acceso rematados por vitrales polícromos.
En su sótano cuenta con un área de criptas, mientras que en su parte posterior se localizan las instalaciones que incluyen la residencia de la comunidad, los salones parroquiales y las oficinas de atención al público.