Los agustinos recoletos vivimos en comunidades donde compartimos la vida y nos ayudamos a crecer unos a otros; oramos juntos, buscamos a Dios, convencidos de que Él habita en el interior de cada uno y servimos a la Iglesia allí donde nos necesita.
Los Agustinos Recoletos somos un grupo de personas que formamos una Orden religiosa, según el estilo de vida que san Agustín pensó para sus monjes.
Quizá te llame la atención que nuestro nombre sea compuesto, que nos llamemos “recoletos” y no “agustinos” a secas. La cosa comenzó allá por el siglo XIII, cuando los monjes que vivían al estilo de Agustín decidieron unirse y caminar juntos. Tres siglos más tarde, en el siglo XVI, en la Iglesia corren aires de reforma y fuertes deseos por volver a la idea inicial de los fundadores de la Órdenes religiosas. Así surge el movimiento “recoleto”, “más recogido”. Dentro de los Agustinos la Recolección agustiniana irá aumentando en número de religiosos hasta que en el siglo XX se constituya como una Orden independiente, la de Agustinos Recoletos.
Desde aquel momento inicial de 1588, los agustinos recoletos hemos vivido juntos, en comunidades de al menos tres religiosos, donde compartimos la vida y nos ayudamos a crecer unos a otros; oramos juntos, buscamos a Dios, convencidos de que Él habita en el interior de cada uno.
Nos sentimos parte activa de la Iglesia. Trabajamos en colegios, misiones, parroquias, proyectos sociales… para poner, día a día, nuestro granito de arena por un mundo más habitable, más humano y más justo. Intentamos hacer vida el famoso “ama y haz lo que quieras” de San Agustín.
Los rasgos básicos de nuestra manera de vivir -la comunidad, la interioridad y la misión-, no son algo exclusivo de los religiosos; son también para los laicos que se sientan llamados a vivir el evangelio con esos rasgos agustinianos.
En la práctica, serían tres los caminos: el de los laicos, bien sea en el movimiento juvenil denominado Juventudes Agustino-Recoletas (JAR); bien, para las personas de más edad, en lo que llamamos Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta, formada por laicos comprometidos que deciden dar un paso más serio mediante unas promesas públicas de oración y de vida.
El tercer camino es el de la vida consagrada por entero. Aquí están los frailes agustinos recoletos -que pueden ser ordenados sacerdotes-, las agustinas recoletas contemplativas y las agustinas recoletas de vida activa, en sus varios institutos. Todos, laicos y consagrados formamos una sola familia, la Familia Agustino-Recoleta.
¿Te animas a conocernos?