
En noviembre del año 2021 se aprobó la instalación de celdas fotovoltaicas en el tejado sur del convento noviciado de Monteagudo (Navarra, España) para sumarse al movimiento de lucha contra el cambio climático, aprovechando los fondos Next Generation de la Unión Europea y con coparticipación activa del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, el Ministerio para la Transformación Ecológica y el Reto Demográfico y el Gobierno de Navarra.
El convento noviciado de los Agustinos Recoletos en Monteagudo (Navarra, España) se ha sumado a los esfuerzos ante el reto climático aprovechando las excelentes condiciones de la ribera del Ebro para la obtención de una energía limpia e inagotable, como es la solar.
Los beneficios son de calado. Más allá del ahorro directo en la factura energética de este convento, donde suelen vivir entre 20 y 30 personas cada año según el número de novicios que haya, se contribuye a la eliminación de emisiones de CO2 y los Agustinos Recoletos se suman a la propia petición del Papa Francisco de «cuidar de la Casa Común» y de «vivir una ecología integral».
La cooperación con las instituciones públicas ha sido fundamental para este nuevo paso en la defensa de la Tierra. Así, el Gobierno de Navarra ofrecía subvención procedente de los fondos europeos Next Generation para operaciones de esta naturaleza, por lo que la Provincia de San Nicolás de Tolentino de los Agustinos Recoletos, propietaria del convento, cumplimentó los requerimientos para solicitar la subvención.
En junio de 2023 el Gobierno de Navarra resolvió conceder la subvención del 75% de la inversión. La inversión total del proyecto ha ascendido a 28.193,04€, por lo que el importe de la ayuda pública es de 19.434,00€ y la inversión de la Provincia religiosa ha sido de 8.759,04€.
Ante el reto del cambio climático, cuyas principales víctimas son las comunidades y personas más empobrecidas y de modo particular el Sur Global, la adopción de cualquier medida para disminuir en todo lo posible el uso de las energías emisoras de carbono constituye un pequeño paso más para hacer un mundo mejor, más humano, más fraterno, menos contaminado, una Casa Común más digna para todos.