Algunos de los tesoros de la historia de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de la Orden de Agustinos Recoletos y de los ambientes y espacios donde ha desarrollado su tarea a lo largo de la historia y en la actualidad.
Situada al noroeste del estado de Chihuahua, con 30.784,12 km2 (similar a Galicia o Guanajuato), la mayor parte de su población vive en una altiplanicie a 2.200 metros de altitud cruzada por la Sierra Madre Occidental de norte a sur, lo que forma cerros, valles, barrancos y quebradas.
Su paisaje es de ensueño, con bosques de coníferas y una colorida población. Conviven las culturas precolombinas (tarahumaras, pimas y huarijíos); los menonitas, casi un estado paralelo; mestizos y blancos, no pocos de apellidos y rasgos anglosajones, descendientes de los buscadores de oro.
Pablo VI creó la Prelatura en 1966 con las parroquias más serranas de las diócesis de Chihuahua, Ciudad Juárez y Ciudad Obregón. Justo Goizueta, entonces vicario de México, fue nombrado primer administrador.
Los Agustinos Recoletos se hicieron cargo de las parroquias de Santa Ana, Nicolás Bravo, Ciudad Madera, El Terrero, Gómez Farías y Mesa del Huracán; se sumaron después Namiquipa (1967), Ciudad Guerrero (1968), Bachíniva (1970), Temósachic (1971), La Junta (1971) y Yécora (1971).
Casi un centenar de frailes
–hasta 23 en la época con mayor número-, casi todos jóvenes, recorrieron la sierra regalando los mejores años de su vida.
Promueven las vocaciones de manera que el clero local va asumiendo Temósachic (1972), Santa Ana (1977), Yécora (1981), Mesa del Huracán (1982), Ciudad Madera (1989), Nicolás Bravo (1990) y Gómez Farías (1990).
La catequesis y los sacramentos consumían casi todo el tiempo por las grandes distancias, la multitud de núcleos dispersos (hasta 60 en La Junta) la escasez de personal y la falta de una pastoral más organizada y orientada. Sí se promovieron los Cursillos de Cristiandad, la Adoración Nocturna o el Encuentro Matrimonial.
Los frailes repartieron mucha comida y medicinas; repararon, reconstruyeron o edificaron más de una treintena de edificios entre templos, salones y casas parroquiales.
La población sufría un alto grado de analfabetismo, incomunicación, gran porcentaje de alcoholismo, la explotación laboral y la violencia del narcotráfico. La emigración fue una constante.
El 17 de noviembre de 1995 se constituyó la Diócesis de Cuauhtémoc-Madera con el territorio de la Prelatura más otros municipios, una especie de confirmación de trabajo bien hecho para los Recoletos. Quedan dos comunidades: La Junta y Ciudad Cuauhtémoc. En la Catedral de Madera hay vestigios recoletos, como sus vidrieras de los santos de la Familia Agustino-Recoleta (foto, san Ezequiel Moreno ).