Algunos de los tesoros de la historia de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de la Orden de Agustinos Recoletos y de los ambientes y espacios donde ha desarrollado su tarea a lo largo de la historia y en la actualidad.

Los misioneros recoletos en Filipinas elaboraron diccionarios y gramáticas de bisaya, zambal, cuyuno o chamorro (Islas Marianas), así como catecismos, novenas o sermones. Destacaron Tomás de San Jerónimo, Rodrigo de San Miguel, Juan Félix de la Encarnación, Aniceto Ibáñez, José María Learte, Nicolás González, Ramón Zueco y Manuel Vilches.

Gregorio Sanz publicó Embriología Sagrada (1856) y Antonio Úbeda una novela costumbrista, Teresa (1852) y un Catecismo en bisaya-cebuano. Ya se ha hablado de la Historia General de Juan de la Concepción.

El plan de formación de 1879 elevó a siete años los estudios de los religiosos antes de su ordenación y mejoró su calidad. Junto con una mayor apertura a los estudios universitarios civiles, comunes a partir de 1930, se propiciaron las vocaciones literarias.

Toribio Minguella (1836-1920, foto), Nicolás Casas (1854-1906), Ezequiel Moreno, Pedro Fabo (1873-1933), Marcelino Ganuza (1865-1944) o Eugenio Cantera (1880-1953) publicaron gramáticas, biografías, estudios históricos y filológicos, sermones, conferencias, artículos o poemas.

Otros recoletos (Santiago Matute, Samuel Ballesteros, Regino Maculet, Julián Moreno, Bernardino García, Doroteo Ocón, Esteban Azcona, Teófilo Garnica, Pedro Corro, Vicente Peña) firman en revistas y periódicos de Colombia, Venezuela, Panamá y España.

En Filipinas publicaron asiduamente Gregorio Ochoa, Vicente Soler, Francisco Sádaba, Fabián Otamendi y, sobre todo, Aurelio Lacruz (1873-1941), colaborador en El Comercio, El Mercantil, El Excelsior, La Defensa y el Boletín Católico de Cebú. En 1923 fundó el semanario Estudio.

En 1909 nació el Boletín Oficial de la Provincia de San Nicolás de Tolentino gracias al empeño de Fernando Mayandía. En 1905, en Granada comenzó a publicarse Santa Rita y el Pueblo Cristiano, revista que sigue viva. Todos Misioneros (1928) llegaba desde China, y Ángel Sáenz funda en Caracas La Madre Cristiana (1927-1968).

En 1954 se funda Marcilla, revista continuada por Mayéutica, órganos del centro filosófico teológico. También las universidades de Bacólod y Cebú, así como el Colegio San Sebastián de Manila, crearon sus órganos escritos, de vida más bien corta.


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