Fiesta de Santa Rita 2024. Agustinos Recoletos. Marcilla, Navarra.

Santa Rita es una de las santas más populares, especialmente en la Familia Agustiniana. El convento de Marcilla ha acogido a devotos de toda la zona en su fiesta, engrandecida por las bodas de oro de cuatro miembros de su Fraternidad Seglar.

El convento de Marcilla es desde la fecha de su canonización, el año 1900, uno de los focos de devoción de santa Rita en esa zona media de la Comunidad Foral de Navarra, en un entorno de unos 30 kilómetros.

Nada tiene de extraño, en consecuencia, que la Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta ligada a la comunidad conventual, aun habiendo surgido con ocasión del XVº Centenario de la muerte de san Agustín (1930), lleve el nombre de Santa Rita de Casia.

Más que el estudio y conocimiento del Obispo de Hipona, su aglutinante primero fue el culto y devoción a la Santa de los Imposibles. En Marcilla, ser terciaria –como se llamaba y aún se llama a las integrantes de la Fraternidad– equivalía a ser devota de santa Rita en grado eminente.

Esa es, seguramente, la razón de que, a lo largo de su historia casi centenaria, sus miembros han sido siempre mujeres. Y esa también, la razón de que su calendario anual gire en torno al 22 de mayo, fiesta litúrgica de santa Rita. Y este año, la fiesta ha reunido características muy especiales, que la convierten en auténtico hito.

Centenario de la misión en China

Debido al primer Centenario de la Misión de los Agustinos Recoletos en Shangqiu (Henan, China), las actividades previstas en Marcilla para solemnizar y difundir esta efeméride se concentraron en estas fechas privilegiadas, con el objeto de aumentar lo más posible su radio de difusión.

Al atractivo de la ya tradicional tómbola misional organizada precisamente por la Fraternidad Seglar, se añadió la proyección del documental Sembradores de esperanza y la muestra al público de la exposición itinerante del Centenario en diez lonas, que pudo adornarse con una serie de objetos chinos procedentes de los fondos del Museo Misional local.

Bodas de oro

Cuatro miembros de la Fraternidad, además, cumplían en este año 2024 los 50 años de la emisión de sus promesas: dos –Celia Navarro y Blanca Catalán– en este mismo día del año 1974 y otras dos –Josefina Jimeno y Kechu Sobejano– en octubre.

El año 1974 marca el arranque de un movimiento de renovación y alto crecimiento de la Fraternidad, por iniciativa e impulso del agustino recoleto Pastor Paloma, fraile filipino entonces profesor de Sagrada Escritura en el Centro Teológico de Marcilla.

El momento central de las bodas de oro fue dentro de la eucaristía principal del día, a las 18 horas. La multitud concurrió y llenó a rebosar el templo conventual y participó de la vistosa procesión por el complejo, presididos por el nuevo arzobispo de Pamplona y Tudela, Florencio Roselló Avellanas.

Este fraile mercedario, elevado de forma sorprendente a la Sede de Pamplona, en los 100 días de ejercicio venía manteniendo un auténtico maratón por las parroquias y santuarios de la Diócesis, pero aún no había hecho acto de presencia en Marcilla, por lo que era muy esperado.

Concelebraban con él los sacerdotes de la comunidad y algunos otros diocesanos del entorno. Como acólitos y portadores de las andas colaboraban los novicios del convento recoleto de Monteagudo, situado a 50 kilómetros.

La procesión, entre cantos, se desarrolló por los jardines delanteros del convento y abrió la Eucaristía. En la homilía monseñor Roselló glosó con amplitud y detalle la figura de la Santa.

Inmediatamente después, las cuatro hermanas, que ocupaban un lugar preferente, subieron al presbiterio para renovar sus promesas según la fórmula establecida en el Ritual de la Fraternidad.

Mensaje del prior general

En el momento de la acción de gracias, el prior de la comunidad y asistente de la Fraternidad de Marcilla, Pablo Panedas, hizo entrega a las cuatro fraternas de una bendición apostólica y leyó un mensaje del prior general de los Agustinos Recoletos, fray Miguel Ángel Domínguez.

En él se recordaba la exigencia del papa Francisco en su Audiencia al Capítulo General de los Agustinos Recoletos del año 2022 de “colocar el carisma en manos de los laicos”. Así, el prior general indicaba que estas Bodas de Oro “son una prueba concreta del deseo que los Agustinos Recoletos han tenido siempre de transmitir el propio carisma también a los laicos”.

Les daba después las gracias “por caminar con nosotros, por tratar de encarnar en vuestras vidas los valores fundamentales de nuestra espiritualidad agustino-recoleta”. Y reiteraba su reconocimiento y el de toda la Orden: “Les agradecemos su ejemplo de perseverancia, esfuerzo y dedicación y agradecemos públicamente que hayan sido luz para otras personas en el camino de la fe a lo largo de estos 50 años”.

La presidenta de las Fraternidades Seglares de España, Maricela Valles, también participó en la fiesta e impuso la insignia de la Fraternidad a cada una de las cuatro homenajeadas.

La fiesta de santa Rita, de por sí festiva y multitudinaria siempre, ha sido este año especialmente emotiva y, de alguna forma, histórica por la efeméride. Y, al mismo tiempo, abre el período preparatorio del centenario de la Fraternidad de Marcilla dentro de siete años, en 2030.