Reseña histórico-biográfica de algunos de los principales personajes de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de la Orden de Agustinos Recoletos desde su fundación hasta la actualidad.
Diego Cera (1762-1832) representa dignamente a los cientos de religiosos que acertaron a aunar el celo religioso con el interés por el bienestar material de la gente. Sus iniciativas fueron muchas y muy variadas, aunque haya pasado a la posteridad, sobre todo, como organero.
En 1793 ultimó en Manila el primer piano fabricado en el Archipiélago, ofrendado por la Provincia a la Reina. Al año siguiente construyó un órgano grandioso para Intramuros de Manila. Entre 1802 y 1813 trabajó en la fabricación de otros dos para la catedral y la iglesia de San Agustín.
Pero fue en 1824 cuando dio fin a su obra maestra, un órgano construido casi íntegramente con cañas de bambú, que él mismo se había preocupado de escoger y curar en la playa de su parroquia de Las Piñas.
En 1925 todavía conservaba 953 tubos, de los que 832 eran de caña y 121 de metal. Entre 1973 y 1975 fue restaurado en Bonn, en Alemania. A partir de esa fecha, el pueblo de Las Piñas organiza anualmente un festival de música barroca al que suelen acudir grandes figuras de la música contemporánea.
Se le atribuye también la construcción, entre 1814 y 1824, de sendos órganos en Argao (Cebú) y Baclayon (Bohol). Y dan noticia de la escuela que creó: artífices filipinos, discípulos suyos, construyeron entre 1830 y 1850 órganos similares para las parroquias boholanas de Dimiao, Loay, Loboc y Loón; y, poco más tarde, otro para la de Santo Tomás de Batangas.