Reseña histórico-biográfica de algunos de los principales personajes de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de la Orden de Agustinos Recoletos desde su fundación hasta la actualidad.

Nació en Cáseda (Navarra, España) en 1910, profesó en Sos del Rey Católico el día de la Recolección de 1926 y fue ordenado sacerdote en Roma en 1934, donde se licenció en la Universidad Gregoriana.

Tras un breve paso como profesor del seminario menor de Artieda (Navarra), llega en 1935 al Seminario San Agustín de Kansas City (Estados Unidos), donde enseñó filosofía y teología y fue regente de estudios. Tanto él como estos ministerios pertenecían a la Provincia de la Candelaria, hasta 1943, cuando nace la de San Agustín.

En 1953 enseña en Suffern (Nueva York), tanto en la casa recoleta de Tagaste como en el seminario de Darlington (Mahwah, Nueva Jersey).

Dede 1959 y por 24 años enseña filosofía en el Donnelly College (Kansas City) y es formador de las Siervas de María. En 1983 vuelve ya de forma definitiva a Suffern. Además de en casa, da clases en la Universidad de Seton Hall de South Orange y a las Agustinas Recoletas de Irvington.

Gran divulgador de san Agustín y de la espiritualidad agustino-recoleta, sus publicaciones y artículos han llegado a casi todos los rincones de la Familia Agustino-Recoleta. Era un intelectual cercano y alegre, sonriente y ocurrente.

Se dice que en la mesa de Benedicto XVI nunca falta el Enchiridion Theologicum Sancti Augustini que Moriones escribió en latín en 1961. En 1990 aprendió a manejar el ordenador y comenzó a escribir Teología de San Agustín, que terminó en 1993. En cinco capítulos y 744 páginas ofrece un resumen de la teología del santo obispo de Hipona. Se lo dedicó al Santo Padre, quien se lo agradeció con una cariñosa carta.

Su atención a la Fraternidad Seglar era admirable, cariñosa y constante. Preparaba a los candidatos antes de hacer las promesas para que fueran miembros conscientes de la Familia Agustino-Recoleta. Pensando en ellos escribió los tres volúmenes de la Espiritualidad Agustino-Recoleta. Saboreaba toda conversación con sus hermanos religiosos y laicos, cosa que apreciaba y para la que estaba tan dotado.

En 2009, casi a punto de cumplir 98 años de vida y 82 años de profesión religiosa, falleció.