Algunos de los tesoros de la historia de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de la Orden de Agustinos Recoletos y de los ambientes y espacios donde ha desarrollado su tarea a lo largo de la historia y en la actualidad.
Todo, por amor de Dios y de la Virgen del Carmen! Este desahogo del prior de San Sebastián de Manila en un momento de apuro, sintetiza los motivos, desvelos y trabajos que acompañan a la Provincia en la construcción de la actual iglesia de San Sebastián, el espléndido monumento con que quiso honrar a la Virgen del Carmen.
El deseo de ofrecer un templo digno y capaz de resistir el embate de los elementos, que en 20 años habían destruido los dos anteriores (1863 y 1880), animó a emprender esta obra tan original como costosa, enteramente con hierro, sin reparar en gastos ni en obstáculos técnicos y administrativos, hasta verla concluida en un plazo de apenas ocho años.
El éxito de esta empresa fue fruto de la ilusión de cuantos participaron: desde el ingeniero Genaro Palacios, autor del proyecto, hasta los superiores que no dudaron en financiarla; y un buen número de religiosos que, con su trabajo y su óbolo, contribuyeron a realizarla.
La concurridísima inauguración tuvo lugar el 15 de agosto de 1891, presidida por el arzobispo de Manila.
Es una basílica de 55 metros de largo por 25 de ancho y torres de 52 metros de altura. Se necesitaron 1.350 toneladas de hierro, una especie de inmenso mecano fundido por piezas en Binche (Bélgica), transportado por barco en distintos viajes hasta Manila y de nuevo montado allí por técnicos de la compañía fabricante.
El mobiliario y la decoración del interior sí fueron trabajados in situ por artesanos locales, entre ellos los jóvenes valores de la Academia de Dibujo y Pintura de Manila que entonces comenzaba. Solo vinieron del exterior, de Linnich (Alemania), las espléndidas vidrieras con los misterios del rosario.
Esta magnífica obra ha redundado en gloria de los frailes y esplendor de Manila y, sobre todo, en honor de la Virgen del Carmen, cuya devoción se ha propagado desde aquí por todo el Archipiélago.
Durante un siglo ha sido la única iglesia enteramente de hierro en Asia. En 1973 fue declarada Monumento Histórico Nacional y eso le valió ser restaurada con fondos públicos en 1982. El 16 de mayo de 2006 fue incluida en la Lista tentativa para su posible designación como Patrimonio de la Humanidad.