Los muros exteriores del proyecto socioeducativo de la Familia Agustino-Recoleta en Fortaleza muestran ahora pinturas de colores vivos y creativos que animan al espectador y transmiten optimismo y esperanza: es decir, el mismo objetivo que el propio Hogar.
La rehabilitación de espacios y el mantenimiento de edificios, caminos, parques e instalaciones del Hogar Santa Mónica es una tarea casi diaria, necesaria porque cuando se quiere renovar vidas es importante tener preparada toda la infraestructura necesaria para ello.
El Hogar Santa Mónica es un espacio social y educativo, acogedor y transformador, donde hasta 30 niñas reciben la atención integral solicitada por las autoridades judiciales para que superen las secuelas de un contexto agresor previo: abandono, abuso, desescolarización, explotación, violencia física o psicológica, etc.
En el Hogar Santa Mónica las beneficiarias viven a jornada completa y reciben atención integral: vuelven a la escuela formal, reciben alimentación y alojamiento, participan en terapias personales y grupales, aprenden a afrontar los acontecimientos vividos y obtienen nuevas herramientas para conseguir un futuro diferente, mejor, digno, estable y saludable.
Es importante el trabajo interno con cada beneficiaria, aprendiendo y practicando valores como la simpatía, la empatía, el compartir, el diálogo, el respeto, la salud y el aseo, la limpieza, el orden, la disciplina, la atención, la responsabilidad…
Y para ello las instalaciones de apoyo son muy importantes. El Hogar Santa Mónica está ubicada dentro del Condominio Espiritual Uirapuru de Fortaleza (Ceará, Brasil) y cuenta con un gran perímetro de seguridad con muro.
Dentro de este perímetro se encuentran todas las instalaciones: tres albergues diferenciados por la edad de las beneficiarias que viven en ellos, aulas y biblioteca, espacios de juego y zonas verdes, zona de atención psicosocial, despachos, cocina, centro de eventos…
Recientemente, esos muros exteriores han sido revitalizados con una pintura vibrante que inspira alegría, bienestar y creatividad. El autor, artista plástico voluntario, consiguió ese toque de magia y fantasía valiéndose de temáticas variadas: naturaleza, personajes de cuentos, personajes de la Familia Agustiniana, escenas cotidianas…
La elección de los colores se basó en estudios que muestran que los colores cálidos y vibrantes, como el amarillo, el naranja y el rojo, estimulan la energía y el entusiasmo; por el contrario, los tonos verdes o azulados aportan tranquilidad y relajación.
El objetivo es influir positivamente en el estado de ánimo y comportamiento, aumentando aún más la belleza del espacio que acoge el proyecto, una gran zona verde dentro de la ciudad, y transmitiendo ese mensaje de esperanza y optimismo.
El arte transforma espacios y vidas, juega un papel fundamental en el desarrollo emocional y cognitivo, estimula la imaginación y ahora los mismos muros expresan el deseo de acogida desde el punto inicial de entrada al Hogar.
El cambio fue recibido con entusiasmo y el equipo técnico ya siente cambios en las beneficiarias, más felices y comprometidas con las actividades. Hay un sentimiento renovado: el Hogar Santa Mónica aparece como un mundo de colores y fantasía, lleno de energía contagiosa y alegre. Además de un simple cambio estético, la iniciativa refuerza el compromiso con el bienestar y desarrollo integral de las beneficiarias.