Seis aspirantes a vivir como seglares agustinos recoletos y la emisión de sus promesas por parte de Jorge Alejandro Romero llenaron de júbilo a la Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta Santa Magdalena de Nagasaki que los acogió.
El 24 de abril, día de la fiesta litúrgica de la Conversión de san Agustín, emitió sus promesas Jorge Alejandro Romero Quiroz y pasó a formar parte de la Familia Agustino-Recoleta. Después de haber experimentado durante un tiempo la vida de agustino recoleto seglar, conociendo la Regla de vida, Jorge Alejandro, por sus promesas, impulsado por la gracia de Dios y bajo el amparo de María, reina y madre de la Consolación, se comprometió a ser testigo del Evangelio de Jesucristo.
En una emotiva celebración eucarística presidida por Javier Igal Gaínza, agustino recoleto asesor espiritual de dicha fraternidad, y concelebrada por fray David Molina, de la Comunidad San Pío X, Jorge Alejandro renovó sus promesas bautismales y se comprometió a tender a la perfección de la vida cristiana en el espíritu de los consejos evangélicos y de las bienaventuranzas, según la Regla de vida de los Agustinos Recoletos Seglares, y en el espíritu de la Regla de san Agustín, recibiendo el signo distintivo de la fraternidad, que le recordará su vocación y compromisos.
Asi mismo, seis seglares: María Dolores Correa Sosa, María Genoveva Alonso González, Beatriz Esperanza Márquez Meléndez, Eduardo Alberto Castellanos Martínez, Marcela Hernández Uribe y Sergio Armando Azuela Matías iniciaron su período de prueba, los cuales, al sentirse con vocación para ser agustinos recoletos seglares, pidieron ingresar en la fraternidad para comenzar su tiempo de formación y la experiencia de vida previo a la emisión de sus promesas. Por ello recibieron el Manual de la Fraternidad de manos de Sylvia Chávez Gómez, presidenta de la Fraternidad, quien les dio la bienvenida.
Estuvieron acompañados por hermanos de la Fraternidad Seglar queretana, que les dieron una cálida acogida con un abrazo fraterno. Después de la homilía, fray Javier aceptó las promesas de Jorge Alejandro en nombre y vez de fray Miguel Ángel Hernández Domínguez, prior general de la Orden de Agustinos Recoletos, y lo declaró miembro de la fraternidad de Santa Magdalena de Nagasaki e hijo de la Familia Agustino-Recoleta, haciéndolo partícipe de sus bienes espirituales.
Después de la bendición final, fray David Molina dirigió unas palabras de felicitación a los hermanos y de gratitud a Dios porque el carisma agustino recoleto sigue vivo en la Iglesia.
Al finalizar el acto litúrgico se entonó el canto “Ved qué dulzura, qué delicia” y se procedió a la firma de las actas correspondientes.
Después de la celebración litúrgica, se tuvo un convivio fraterno, compartiendo un refrigerio y la alegría de tener nuevos fraternos en la Familia Agustino-Recoleta.