Los días 10, 11 y 12 de mayo, acompañados y ayudados por veinte voluntarios, monitores y asesores, los participantes vivieron un espacio de crecimiento espiritual y de encuentro en comunidad con el objetivo de pasar a la siguiente etapa de vida JAR.
Durante tres días, en la Ciudad de los Niños de los Agustinos Recoletos de Costa Rica, 60 jóvenes tuvieron la oportunidad de vivir el Retiro Corazón Inquieto, que es dentro del Itinerario de las Juventudes Agustino-Recoletas (JAR) la puerta de entrada para la etapa Milán tanto para quienes han completado las etapas previas (Tagaste, Madaura, Cartago), como para aquellos que quieren incorporarse en este momento vital (14-17 años) a las JAR.
El retiro consta de una serie de reuniones plenarias y actividades variadas enfocadas en conocer, sentir y ahondar la vivencia personal y comunitaria del pensamiento agustiniano y del carisma recoleto.
Así, se trataron asuntos como la percepción personal de los demás, el amor de y a Dios, la búsqueda de la verdad, la vivencia de la comunidad y el papel mediador y testimonial de María. Dinámicas, juegos y cantos completaron el cronograma, con la vivencia comunitaria y la promoción de la amistad como valores de base.
Por ejemplo se organizaron toda una serie de juegos de grupo en cuya realización se comprendía mejor cada una de las llamadas “cinco notas de las Juventudes Agustino-Recoletas”, es decir, los “cinco adjetivos” que definen mejor el carisma del joven agustino recoleto: agustiniano, comunitario, orante, misionero y mariano.
Cada uno de los participantes hubo de evaluar en qué nivel vivía cada una de esas cinco notas en su vida cotidiana. Una Eucaristía y una puesta en común para compartir lo vivido por cada uno en esta experiencia de fe sirvieron para clausurar el retiro.
Ahora se espera que los participantes logren llevar a su vida cotidiana el sentimiento de comunidad y de amor al prójimo, ayudando y sirviendo a los demás, viviendo más y mejor esas notas carismáticas. También se les invitó a reforzar su testimonio personal y mostrarse como ejemplos de alegría y acompañamiento a quienes viven las etapas anteriores.
