La institución socio-educativa de los Agustinos Recoletos en Costa Rica ha aprovechado para promover actividades educativas que envuelven espiritualidad, representaciones teatrales, trabajo en equipo, manualidades y una experiencia intensa vivida en ambiente de familia.
Los días no lectivos no dejan de ser educativos en la Ciudad de los Niños, el proyecto socioeducativo de los Agustinos Recoletos en Costa Rica. El objetivo es que sus beneficiarios crezcan en todos los sentidos: en los conocimientos de la educación reglada y profesional, pero también en valores, carácter, comportamiento personal y social, espiritualidad y sentido de vida.
La Semana Santa proporciona cada año un espacio temporal en el que se dejan de lado las clases teóricas y prácticas, los horarios apretados, la rutina y lo cotidiano para dar paso a experiencias más espirituales, diferentes, donde se comparten tareas y escenificaciones, vivencias y horarios relajados, trabajo en equipo, celebraciones vistosas y momentos de reflexión personal y silencio.
El viernes 22 de marzo tuvo lugar un viacrucis organizado por las Juventudes Agustino-Recoletas (JAR) en el que se colocan las catorce estaciones por todo el complejo de la Ciudad. Cada estación se prepara con cariño y atención y se escenifica todo con una gran vistosidad que proporcionan las mismas velas y antorchas que lleva cada participante.
El Domingo de Ramos una gran procesión rememora, como la liturgia del día, la entrada de Jesús en Jerusalén. Todos se visten caracterizados como en la época bíblica de los acontecimientos, y en la procesión no falta el burro, los ramos de olivos y palma, los cánticos.
Este día las JAR participaron en una de las estaciones del viacrucis de la Parroquia de Agua Caliente de Cartago, la localidad donde se ubica el centro. Se usaron paños blancos y morados, la cruz agustiniana y muchos beneficiarios de la Ciudad quisieron asistir. El agustino recoleto Eduardo Chávez fue el encargado de proponer el texto de reflexión. Gracias al párroco de Agua Caliente, padre Walter Morales, por esta invitación.
El lunes santo se preparó una jornada de Cine Fórum en que los beneficiarios pudieron escoger qué película querían ver de entre cinco opciones: El manto sagrado, La Cabaña, La pasión de Cristo, Éxodo, Dioses y reyes, Pablo el apóstol de Cristo y Dios no está muerto. No faltaron las palomitas y el refresco, junto con el posterior intercambio de ideas.
El martes santo se preparó una Cena Judía para 90 comensales en recuerdo de la cena pascual, una experiencia inmersiva en la que todo tiene un motivo: los utensilios y su posición, los platos que se degustan, los textos que acompañan a cada plato…
El miércoles santo hubo un Viacrucis viviente por tercer año consecutivo, en cuya preparación y puesta en escena participan más de 70 personas: la oración de Getsemaní, el prendimiento de Jesús, su primer juicio en el Sanedrín, el segundo ante Poncio Pilato y el camino hacia el Gólgota.
Se mezclaron en un ambiente de sobrecogimiento la piedad popular, el esfuerzo de los actores, la música en directo… Se situó el Calvario a un costado del Templo de Nuestra Señora de la Consolación, donde tuvo lugar el momento más intenso con la muerte de Jesús que, aun sin haber sido planeado, ocurrió exactamente a las tres de la tarde, la hora nona bíblica.
Una novedad de este año ha sido la participación de la nueva Hermandad de Jesús Nazareno de Ciudad de los Niños, compuesta por beneficiarios del centro y que representaron a la tropa romana de 30 efectivos
“Agradezco a todos los involucrados que aportaron su grano de arena para esta actividad que año a año crece y llega a más personas. Han sido meses de trabajo y planificación, pero también de oración y preparación espiritual para que sea glorificado Cristo en todo lo que realicemos”, indicó Luis Daniel Víquez, profesor de la Ciudad y coordinador general del Viacrucis.
El profesor Víctor Quirós representó a Jesús: “Es una experiencia que abraza y carga. Sentir el miedo y la incertidumbre a la muerte son emociones que asustan. Ahí te das cuenta del verdadero sentido del Amor de Dios, porque solo alguien que te ama realmente se entrega sin importar esos miedos”.
Jimena Cerdas, psicóloga de la Ciudad, encarnó el papel de la Virgen María: “Vivenciar el dolor de María es una oportunidad para ser más humanos, un acto de empatía, de demostrar que el dolor es parte de lo que somos y cómo podemos resignificarlo desde la confianza de que todo tiene un propósito, no necesariamente visible y evidente a nuestros ojos”.
El mismo miércoles santo, alrededor de 40 beneficiarios visitaron a sus compañeros en los albergues y residencias para explicarles qué se celebraba el Triduo Pascual. La actividad tuvo como nombre MisionAR y hubo catequesis, charlas y testimonios personales.
El jueves santo la gran celebración de la Cena del Señor y la vistosa ceremonia del lavatorio de los pies tuvo lugar en el Gimnasio a las cinco de la tarde. Después se llevó en procesión al Santísimo hasta el monumento, que quedó abierto hasta las diez de la noche para la oración personal.
El viernes santo la celebración de la Pasión y Muerte tuvo lugar a las tres de la tarde en el Gimnasio. Y todo quedó en silencio hasta la Vigilia Pascual, el sábado por la noche, durante la cual once jóvenes recibieron los sacramentos de la iniciación cristiana tras haberlo solicitado libremente y haber sido convenientemente formados en la catequesis.
El domingo de Pascua fue de gran alegría y de agradecimiento por estos días intensos y de trabajo para la preparación, ensayo y colocación de lo necesario para cada uno de los momentos vividos.