Semana Vocacional 2024 • Las Juventudes Agustino-Recoletas (JAR) son un espacio donde los jóvenes pueden llevar a cabo un discernimiento vocacional en un entorno promotor de su propio protagonismo y capacidad de decisión.
Por Ivana Serrano, JAR
La Pastoral Juvenil debe tener al joven como centro y artífice, destinatario y protagonista; es de los jóvenes y para los jóvenes. Ellos son los principales agentes de evangelización de otros jóvenes, no son simples receptores pasivos de actividades plasmadas en un itinerario o cronograma.
Ser discípulo de Cristo implica aprender a ser apóstoles, y esto verdadermente se aprende haciendo, caminando, en movimiento.
El Manual de las Juventudes Agustino-Recoletas, cuando se refiere al perfil del joven agustino recoleto, detalla que el joven debe aspirar a construir un proyecto de vida capaz de dar respuesta a una vocación, poniendo sus dones al servicio de los demás.
La vocación es una llamada; una llamada de Dios al corazón del ser humano. Y siempre que Dios llama, exige una respuesta: hay que decidirse y optar. Con su gracia, Dios nos capacita para la misión que nos encomienda si le decimos que sí. Ahora bien, si decimos que no, respeta nuestra libertad.
¿Sabe esto el joven JAR? ¿Es consciente de que la vocación es el sueño que Dios sueña para él y con él? La pastoral vocacional es, en este contexto, la pastoral de todas esas preguntas que todo joven debería estar capacitado para responder:
- ¿Qué me gusta?
- ¿En qué momentos experimento que mi tiempo vuela?
- ¿Qué me apasiona?
- ¿Qué es lo que me hace sonreír y llena mi ánimo de generosidad?
- ¿Cómo se me pasa el cansancio?
- ¿Con qué vibra mi corazón?
- ¿Vivo en plenitud?
- ¿Saboreo la vida?
- ¿Disfruto cada día?
- ¿Despierto con energía?
- ¿Con qué sueño…?
Dentro de las JAR hemos de interpelar a nuestros jóvenes e invitarlos a ponerse delante de Dios a partir de lo que estos interrogantes muevan dentro de ellos.
Esto les permitirá haces más suyos sus sueños, precisamente porque estarán enraizados en el sueño de Dios que lo busca de manera única y personal. Dios late en sus vidas y, en sus latidos, lo que desea es que vivan en plenitud.
Pero esto puede ser avasallador para un joven de hoy. Corre el riesgo de verse como un concepto poético y romántico; en un atentado a la propia realidad. Por esto, muchas veces encontramos jóvenes que renuncian a sus sueños, o bien se desaniman para seguir soñando; porque soñar es muy grande y las nuevas generaciones sienten vértigo y ansiedad ante lo demasiado grande.
¿Vía de solución? Pues que la búsqueda de esa felicidad que encierran los sueños comienza su andadura por lo pequeño, por lo simple. Es decir, aquello que hace sonreír de un modo distinto, las palabras al leerse se ven a la primera que están cargadas de sentido, las miradas que te hacen sentir querido y acogido (¡dale like al hermano!), la alegría sincera y sencilla…
El deseo de Dios es un proyecto por descubrir y se descubre desde los pequeños sueños cotidianos que nos motivan, que nos ponen en camino, en coherencia ante el mismo Dios.
A través del deseo experimentamos que nuestra vida late con sentido, con pasión, con fuerza y con entrega. Por esta razón, una pastoral juvenil que no sea vocacional no estará a la altura de los jóvenes. Trabajemos para que en las comunidades la Pastoral Juvenil anime a los jóvenes JAR a dar respuesta a sus interrogantes, a soñar siempre con los ojos bien abiertos y el corazón en llamas.