Toma de hábito de los tres primeros recoletos chinos: José Shan, Lucas Yuo y Gregorio Li. De pie está Joaquín Peña

Los misioneros agustinos recoletos dedicaron especial esfuerzo, dedicación y entusiasmo a la formación de agustinos recoletos chinos. El seminario San Agustín comenzó siendo una escuela de condiciones precarias pero pronto los misioneros lograron tener un verdadero seminario menor.

Seminario San Agustín

El 29 de abril de 1929 se abrió en Kweiteh una escuela, preludio del seminario, en unas casas de la misión que no reunían, sin embargo, las condiciones adecuadas. A pesar de ello fue el estímulo para fomentar entre los misioneros la promoción vocacional en sus lugares de misión. Javier Ochoa, en su primera visita pastoral, encomendó a cada uno de ellos seleccionar a los adolescentes y jóvenes mejor cualificados para ser sacerdotes. El primer grupo de niños serán puestos bajo la dirección del joven seminarista José Shan, que había estudiado en el Seminario de Kai-Feng desde el año 1921. El 25 de setiembre llegaba el primer Rector del seminario, Joaquín Peña, que será el responsable del seminario durante 18 años.

De nuevo Joaquín Peña escribirá el año 1932, siendo ya rector del seminario, en la revista Todos misioneros el relato de los trabajos hasta disponer de un seminario de tres casas apto para recibir a los candidatos a sacerdotes (Fotos). En ese año eran ya catorce. Joaquín Peña permanecerá al frente del seminario durante 16 años. Su preparación en las disciplinas eclesiásticas, sus cualidades como formador y su ejemplaridad aseguraron una formación científica, espiritual y religiosa sólida. Además de rector y profesor tenía también la encomienda de ser maestro de novicios y director espiritual de los profesos.

Organización de la formación

La mayor parte de los misioneros agustinos recoletos llegados a China habían cultivado su vocación para ser sacerdotes y religiosos siendo adolescentes, o apenas salidos de la niñez, en el seminario o colegio apostólico de San Millán de la Cogolla o de Lodosa (España). De ahí que estén convencidos de la conveniencia de obrar también así en la misión invitando a los niños a esas edades a entrar en el seminario. Era la edad más propicia para fundamentar una buena formación que no podrían recibir permaneciendo en sus pueblos o lugares de origen.

Al organizar la formación académica de los candidatos en la misión de China atenderá- fundamentalmente Joaquín Peña- a las mismas directrices y a las orientaciones que da la Iglesia. La formación estaba distribuida en tres etapas: Gramática y Latinidad, Filosofía y Teología. En la primera de ellas se daba prioridad a los estudios literarios y particularmente el latín y la lengua nativa, porque concurren eficazmente al perfeccionamiento de la facultad de pensar y preparan para el estudio de las ciencias filosóficas y teológicas. Los seminaristas ocuparán mucho de su tiempo en el estudio de la lengua latina y la lengua china. Para ello Joaquín Peña contará con dos maestros chinos.

Además, los misioneros habían recibido en los seminarios de España clases de música y algunos de ellos participaban en el coro o en la pequeña orquesta (como Mariano Gazpio) que amenizaba las fiestas o acompañaba el culto o eran buenos organistas y hasta capaces de hacer incursiones en la composición musical (como Luis Arribas). También, por tanto, incluyeron en la formación la musical.

Los candidatos que perseveraron recibieron una formación seria y en algunos casos alcanzaron un nivel sorprendente. Testigo de esto es Venancio Martínez cuando, recién llegado a la misión y al seminario, en diálogo con Joaquín Peña, su profesor de latín, descubre que la redacción escrita por aquellos niños es excelente y no porque haya sido corregida, es la original. Ejemplo de esto lo tenemos en Nicolás Shi, futuro obispo de la diócesis de Sangqiu, que envía al prior provincial una poesía en latín y acorde con las exigencias de la métrica latina, el día de su profesión. El director del Boletín de la provincia la juzga con todos los méritos para publicarla. Nicolás tiene 19 años. Los mismos tiene su compañero de profesión José Wang que también será consagrado obispo y que remite al provincial una hermosa carta en latín, según valora en una nota el mismo director del Boletín.

Por supuesto junto con la formación académica los misioneros tenían un especial interés en la formación de la piedad de los candidatos y en la espiritualidad carismática. Una formación no meramente teórica sino práctica y afectiva en la que estaban presentes las devociones que permanecerán en los futuros agustinos recoletos chinos. Tenemos hoy noticias de la devoción al Sagrado Corazón, a la Virgen María, a los santos propios de la espiritualidad recoleta como Agustín y Santa Mónica y, heredada de los mismos misioneros, la devoción a la patrona de las misiones, Teresa de Lisieux.

Seminaristas
El día de campo con Venancio Martines en la Pascua de 1937

Sobre todo en el noviciado aquellos jóvenes recibían una formación en la que se sentían estimulados a una exigencia que aceptaban con alegría y orgullo y que será de tanta ayuda para ellos en los momentos de sacrificio y persecución. Cuando a Nicolás Shi le corresponda ser a su vez formador será clara esa exigencia, ese espíritu probado y de sacrificio. El estímulo fundamental les venía del testimonio de sus formadores y de los misioneros. Les veían dedicar horas y días al aprendizaje del chino, no escatimar el tiempo de oración, atender sin cansancio a su ministerio, vivir con la frugalidad exigida por la falta de medios y comodidades, asumir junto con la gente los peligros de frecuentes incursiones de bandidos en los poblados…

Pero además se ganaban su admiración por algo que se ve con claridad en otro de los misioneros que fue su formador: Venancio Martínez. Cuando este misionero relataba su experiencia en China, y más concretamente con los niños y adolescentes del seminario menor, llama la atención su admiración por ellos. Es cierto que por su talante positivo y optimista no es de extrañar que se ganase su simpatía y les profesase estima y afecto pero también los otros misioneros se expresaban con admiración al hablar de la cultura, las costumbres, las cualidades, la capacidad de sufrimiento de quienes recibían el anuncio del evangelio. Con interés y disfrute leerían los lectores de Todos misioneros el relato en el que Venancio cuenta el día de vacación con los seminaristas con motivo de la pascua (Foto TM 1937 0329). “Todos quieren estar junto al padre. Me aturullan a preguntas”, dice el misionero y formador. Esa cercanía la manifestaban los niños y adolescentes también hacia los otros misioneros como lo describe también en el mismo relato cuando se encuentran con ellos a la vuelta del paseo.

El padre Venancio llegó a la misión el 30 de octubre de 1935. No cumplido un año de estancia, el 15 de septiembre de 1936, fue nombrado vicerrector y maestro del seminario. De Venancio dirá Nicolás Shi: «Él ha traído al Seminario la actividad y vivacidad, enseñando a los seminaristas música y cantos sagrados, cada día guiándolos a practicar gimnasia, y prestándoles mucha simpatía y cariño, y por tanto los seminaristas le querían mucho».

Varios de los misioneros trabajaron en la formación de los futuros religiosos chinos durante algún tiempo. Así Guillermo Ugarte como profesor en dos cursos desde 1943 a 1945 y Francisco Lizarraga como maestro de los profesos desde 1947 a 1949. Pero además los primeros agustinos recoletos chinos recibieron pronto la confianza de los misioneros y los superiores para encargarse de la formación. José Shan El primer sacerdote chino de la misión fue nombrado tras su ordenación (1938) vice-rector y profesor, ayudando al padre Joaquín en su misión formativa. Los sacerdotes chinos Gregorio Li y Lucas Yuo, a su regreso a China en 1947, fueron profesores por un año. Gregorio Li llegaba a la misión con la experiencia de formador tenida en el colegio apostólico de Lodosa desde 1943 a 1945.

A partir de 1942 no ingresan candidatos en el seminario menor. El bloqueo sufrido por China impide recibir la ayuda necesaria para el mantenimiento del seminario. Ya desde 1940 Javier Ochoa había sopesado la decisión de cerrarlo. El empeño y dedicación de Joaquín Peña y la confianza inquebrantable en la Providencia de los otros misioneros hizo posible la continuación del acompañamiento a los candidatos que permanecían en el seminario menos.

Estudio de la teología y formación para ser sacerdotes

El primer agustino recoleto chino, José Shan, pidió estudiar la filosofía y la teología en Kweiteh. Una vez aceptada su petición será su formador Joaquín Peña quien también será su profesor. Lucas Yuo y Gregorio Li serán enviados a Roma el año 1936, una vez hecha su primera profesión, para estudiar en el Colegio de Propaganda Fidei. Seis agustinos recoletos chinos estudiaran la filosofía y teología en China, sea en la misión o en Kaifeng o en Hongkong. Ocho salieron de China para cursar la teología en España o Italia y permanecerán ya fuera de su país hasta su fallecimiento.

Además de reconocer a Pio XI como el “Papa de las misiones” son muchos los que le reconocen también como gran impulsor de los estudios eclesiásticos y la formación del clero. Su Constitución apostólica publicada en 1931 elevaba las exigencias para la obtención de títulos académicos en las universidades y facultades eclesiásticas. Pero además en ese y otros documentos insistía en la exigencia de la formación sea en el plano académico sea en las virtudes propias de los que habían de evangelizar y ser líderes de las comunidades católicas. Ese movimiento renovador de una situación decadente en el siglo XIX y principios del siglo XX -especialmente en España, según el criterio de la mayor parte de los analistas de la historia de la formación, pero también en los muchos países misionados desde España- se extendió a todos los países y seminarios de la Iglesia. También fueron sensibles a él las órdenes y congregaciones religiosas.

Pio XI preocupado al mismo tiempo por la evangelización de los pueblos y la formación sacerdotal miraba con solicitud al colegio Urbano de Propaganda Fidei al que acudieron a estudiar la teología los primeros sacerdotes agustinos recoletos chinos.

La Provincia de san Nicolás de Tolentino responde a esa sensibilidad eclesial. Ya en los años anteriores manifestaron algunos religiosos la necesidad de un bien elaborado Plan de estudios para los candidatos a agustinos recoletos. Pero en los años 1938 y 1940 el prior provincial promueve esa elaboración, colaborando en ella todos los que en ese momento se dedicaban a la formación en los seminarios de la Provincia. Con su publicación podemos conocer tanto las materias que estudiaron los agustinos recoletos en su carrera eclesiástica cursada en España como las orientaciones, normas y exigencias que pueden sorprenderé positivamente incluso a lectores actuales. En la misma dirección insistirá el prior general en su circular de 1945.

Joaquín Peña volcado en la formación de los seminaristas de Kweiteh y responsable de su estudio de la teología como profesor atenderá a todas esas orientaciones, intentando adaptarlas a la situación concreta del seminario de la misión.

Comienzan a producirse los frutos de ese itinerario formativo. Primero en los tres primeros agustinos recoletos chinos. En 1938 se fue ordenado presbítero José Shan. Lucas Yuo y Gregorio Li serán ordenados sacerdotes el 8 de abril de 1942. En 1948 Nicolás Shi, Lucas Wang y José She. El 3 de marzo de 1950 serán ordenados sacerdotes en Manila, los padres José Wang, Pedro Kuo y Marcos She, que regresaron a China. Habían salido de China por decisión del provincial, después de consultar con los mismos misioneros, ante la situación crítica en ese tiempo con la subida al poder el partido comunista. Con ellos salieron también otros ocho seminaristas que serán los que terminen sus estudios y se ordenen en España: Pedro Ge, Agustín Yang, Pedro Tung, Felipe Liu, Francisco Chiao, Mauricio Ying, Melecio Ho y Benito Suen.

El seminario había sido clausurado por el nuevo gobierno. Todas las obras impulsadas por los misioneros se interrumpieron por decisión del gobierno y la salida de misioneros extranjeros del país. Los seminaristas que querían continuar cultivando su vocación al ministerio se les propuso como alternativa formar parte de la iglesia patriótica. Dos de ellos al menos, de los que se tiene noticia, persistieron en su propósito de ser agustinos recoletos.

Primer edificio del Seminario San Agustin – Foto publicada en Todos Misioneros en el año 1932
Seminario menor de Kweithe
Toma de hábito de los tres primeros recoletos chinos: José Shan, Lucas Yuo y Gregorio Li. De pie está Joaquín Peña
Los primeros seminaristas con sus formadores
Seminario menor nuevo, tal como se conservaba el año 1989
Visita del General Jesús Fernández en el año 1933. Acompañan al general Miguel López, Jesús López, Javier Ochoa y Joaquín Peña y 25 seminaristas