Gef Pa'Go, Guam.

Gef Pa’go es un centro de salvaguarda y promoción de la cultura chamorra en Guam. Cuando se cumplen 50 años de la segunda llegada de los Recoletos a la isla, este centro cultural en cuya creación colaboraron los misioneros recoletos acaba de recibir un importante espaldarazo a su labor.

Inalåhan (antes de 2021, Inarajan) es un pueblo de casi 2.300 habitantes ubicado en la costa sureste de Guam, territorio estadounidense en el Pacífico en el que los Agustinos Recoletos han servido al Pueblo de Dios durante casi 150 años en dos etapas. Y los Agustinos Recoletos han tenido mucho que ver con el esfuerzo coral de conservar y promover la cultura guameña.

Guam y la Recolección: una historia común

Los tres primeros misioneros recoletos llegaron a Guam procedentes de Manila en 1769 y al año siguiente se unieron tres más procedentes de México. A finales del siglo XVIII los Recoletos atendían a unos 6.000 feligreses desde cuatro centros misionales: Agaña, Agat, Merizo y Umátac.

Su servicio duró hasta 1899, cuando fueron expulsados por el capitán Richard P. Leary, nuevo gobernador que inició la larga etapa de la isla como base militar de los Estados Unidos, terminada la hegemonía de la Corona española.

De esta primera etapa destaca la figura de fray Aniceto Ibáñez (1828-1892), recoleto que estuvo más de 30 años en la isla y dominaba el chamorro y el carolino. Debido a su enorme preocupación por la educación, compuso e imprimió una Cartilla-Silabario, una Gramática y un Diccionario de la lengua chamorra.

Los tres libros se presentaron en la gran Exposición Filipina de Madrid de 1887. La Universidad de Guam e instituciones culturales de Micronesia continúan estudiándolos. También publicó varias obras religiosas bilingües, en chamorro y español. Sin duda, fue un primer hito en la conservación y promoción de la cultura local.

En el siglo XX: el Centro Gef Pa’go

Hace ahora cincuenta años, en 1974, los Agustinos Recoletos volvieron a Guam a instancias del obispo Felixberto Camacho Flores quien, buscando clero, contactó con esta Orden, que respondió positivamente y encomendó el ministerio a la Vicaría de Filipinas de la Provincia de San Nicolás de Tolentino.

Los Agustinos Recoletos añadieron así otros 25 años de servicio en Guam al Pueblo de Dios, hasta 1989. El agustino recoleto Thomas Joseph Devine (Boyle, Roscommon, Irlanda, 1943) hoy reside en Oxnard, Califonia, Estados Unidos, y fue uno de los miembros de aquella comunidad que retornó a la isla del Pacífico:


“Llegué el 28 de agosto de 1974 a Guam junto con los religiosos recoletos Pedro Erce, Andrés Álava, Julio Espinosa y Anthony Gillespie. El primer año yo estuve en Agaña, sirviendo en la Catedral, y a los 10 meses me enviaron al sur, a Inalåhan.

En Agaña enseñaba en la Escuela Secundaria Nuestra Señora de Guam, de las Mercedarias. De los 35 estudiantes de una de las aulas, la casi totalidad originarios del lugar, solo cinco hablaban el chamorro.

Era un ambiente plenamente americano, se parecía mucho a cualquier barrio de Los Ángeles. Hasta 1962, nadie podía residir ni visitar la isla sin permiso de la Armada. Aún hoy hay más de 20.000 militares mientras que la población total no llega a los 170.000 habitantes. Y a partir de 1967 PanAm abrió vuelos regulares con Tokyo, comenzando así el turismo en isla.

Cuando llegué a la Parroquia de San José de Inalåhan observé que el chamorro se hablaba bastante más. Y una serie de factores que nos hicieron pensar en la necesidad de atraer ese turismo que estaba en fase inicial en Guam.

En concreto, el 1 de noviembre de 1975 un terremoto de 6,1 grados causó daños materiales y un pequeño tsunami; y con peores consecuencias, alrededor del 80% de los edificios de la isla resultaron dañados por el tifón Pamela, el 21 de mayo de 1976, con vientos de casi 120 km./h durante 18 horas y 856 mm. de lluvias, que hicieron de ese mes el más húmedo de Guam en toda la historia.

Era necesario arreglar también el templo parroquial. No era tan antiguo, de los años 30 del siglo XX, pero la fachada se agrietó sin llegar a caerse y hubo que remodelar todo completamente.

Pusimos un suelo de estilo italiano y vidrieras con motivos agustinianos. Fray Julio Espinosa puso un órgano que inauguramos para el tricentenario de la Parroquia en 1980. Desde entonces cada año hubo conciertos especiales que gran asistencia de público.

La Iglesia por entonces tenía un importante lugar dentro de la vida de la comunidad. Nos habíamos fijado en el impacto del Micronesian Cultural Center de Hawaii y pensamos que en Guam podría existir algo parecido que serviría para varios objetivos: proteger y promover la cultura e identidad local; ofrecer nuevas oportunidades para las familias; atraer más turismo y visitantes; y ofrecer a los más jóvenes el recuerdo y la experiencia de su propia cultura.

Yo había estudiado de joven en España a Ortega y Gasset y estaba concienciado sobre la importancia de la cultura popular para mantener la identidad, algo que pensé podría aplicarse a la situación de Guam después de aquellas catástrofes.

En Inalåhan es en donde mejor se había conservado esta tradición guameña. De este modo, comencé a entrevistarme con los responsables de la Oficina de Turismo local, se unió el gobierno municipal y muchas personas que se fueron interesando individualmente.

En una de las reuniones se decidió el nombre de Gef Pa’go, Aldea Vieja en chamorro, que recuerda a su vez al término castellano “pago”: “Distrito determinado de tierras o heredades, especialmente de viñas u olivares; pueblo pequeño o aldea; lugar en el que ha nacido o está arraigada una persona; lugar, pueblo, región”. Antes se habían barajado otros nombres como “Lanchon Antigo” (Rancho antiguo) que, aunque finalmente fue descartado, todavía puede encontrarse en algunas referencias en Internet.

Guam tiene características culturales muy especiales. Algunas de sus costumbres son únicas y curiosas, como las formas tradicionales para obtener la sal del mar, el aceite para las lámparas, los aguardientes y el azúcar de la caña; o sus ricas y vistosas danzas y bailes tradicionales…

Gef Pa’go viene a mostrar la vida de una aldea de finales del XIX con todos los elementos necesarios para la vida ordinaria de la familia y de la sociedad, así como las distintas ocupaciones laborales tradicionales.

Hasta un centenar de personas se involucraron en el proyecto, muchos de ellos ancianos que con su presencia y talento permitieron recuperar muchas tradiciones. También hubo jóvenes que colaboraron durante el verano a la construcción del complejo. Un programa de desarrollo del Gobierno de Estados Unidos financió buena parte de las tareas”.


Premio Lewis

Recientemente se ha concedido el Premio Lewis de Música, dotado con 500.000 dólares, a este esfuerzo conservador de la danza y música guameña. Se trata de un programa privado de promoción de artes escénicas entre los jóvenes que concede recursos para la promoción social a través de la música.

Se trata de un reconocimiento nacional de gran impacto por los recursos que ha atraído y que servirán para promover la conciencia y el orgullo por la herencia chamorra a través de las artes escénicas. El programa se aplica desde la Escuela Secundaria y los estudiantes seleccionadas representarán a Guam en los principales eventos y festivales folclóricos.

Pasada la pandemia y el tifón Mawar (mayo 2023), esta financiación recaerá justo en programas de base para la juventud local a través de la promoción cultural, algo muy importante y de gran impacto para una comunidad local del tamaño de Guam.

Gef Pa’go

Música, danza, artesanía y cocina tradicional es lo que espera a los visitantes de la Aldea Cultural Gef Pa’go, un esfuerzo por preservar la cultural local y transmitir las tradiciones a las nuevas generaciones que está gestionado por la Fundación Inalahan.

Entre las cosas que se pueden ver, tocar o, incluso, aprender a hacer, están las cuerdas de corteza de árbol tejidas a mano, los típicos sombreros y los cuencos de fibras naturales, los famosos dulces de coco propios de la isla…

Al lugar no solo llegan turistas sino también escolares de toda la isla que pueden así comprender mejor su historia, reconectarse con sus antepasados y beber del verdadero espíritu chamorro.

Junto a la entrada recibe al visitante una estatua del Jefe Gadao que, según la leyenda, desafió a un jefe rival a un campeonato de fuerza. Los dos subieron a una canoa y comenzaron a remar furiosamente en direcciones opuestas hasta que la partieron por la mitad.

También es muy especial la gastronomía guameña: barbacoa, kadon pika (estofado picante de pollo y verduras), arroz rojo o kelaguen (combinación parecida al ceviche de limón, cebolla, pimiento picante, sal, coco rallado combinados con marisco, calamar, pulpo, ternera, pollo).

Y triunfa especialmente en Gef Pa’go la elaboración del caramelo de coco. El azúcar se calienta y se derrite, se agrega el coco y una vez que está cocido a la consistencia adecuada se forma en bolas o rectángulos. Es un dulce pequeño y agradable para darse un capricho.