El 16 de marzo el Postulantado San Ezequiel Moreno de Pozos de Santa Ana acogió, por primera vez desde 2020, la edición anual del Bingo de la Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta. El primer y segundo premio fueron donados a la Ciudad de los Niños por quienes los ganaron.
La Familia Agustino-Recoleta en Costa Rica ha querido recuperar en este año 2024 la plena presencialidad de sus actividades habituales. Y una de las que anualmente más personas reune es el Bingo organizado por la Fraternidad Seglar en las instalaciones del Postulantado San Ezequiel Moreno de Pozos de Santa Ana (San José).
Desde el año 2020 y hasta el año 2023 este Bingo se había suspendido o celebrado de un modo virtual con el objetivo de preservar la salud de los participantes. Sin embargo, la importancia del encuentro personal y una vez que la pandemia del coronavirus ha sido superada, para 2024 todos querían volver a compartir de modo real el juego, la ilusión y, lo más importante, la convivencia.
Durante dos meses los organizadores volvieron a preparar todo en modo presencial. Como siempre se esforzaron en que todo estuviese dispuesto y preparado hasta en los más pequeños detalles, con una última semana de preparación llena de trabajo y de ilusión.
El polideportivo del complejo de los Agustinos Recoletos en Pozos de Santa Ana se llenó completamente de sillas, mesas y, lo más importante, personas, en concreto más de medio millar. Este número no fue capaz de ahogar el espíritu de familia y cercanía, el calor de los abrazos y de los reencuentros. Aquello estaba lleno gente, pero nadie se sintió “masa”.
Los participantes, muy puntuales, llegaron a la cita. Algunos madrugadores intencionalmente almorzaron en el lugar aprovechando los platos tipicos elaborados y ofrecidos por los miembros de la Fraternidad Seglar.
El postre también procedía de la Familia: la repostería se le encomendó a las Agustinas Recoletas contemplativas del cercano monasterio de Lindora, quienes se lucieron con su puesto de venta con un nombre muy especial: “Santo antojo”.
Además de acercar la cocina mexicana a Centroamérica, fue una bonita oportunidad para todos colaborar y ayudar a las monjas de clausura en la obtención de los recursos que necesitan para desarrollar su vida y vocación.
A las 13 horas el agustino recoleto Ángel San Casimiro, obispo emérito de Alajuela y residente en la comunidad de Pozos de Santa Ana, dio la bienvenida a los presentes y abrió el acto con unas emotivas palabras y con su bendición.
También estaba presente el agustino recoleto Víctor González, asesor de la fraternidad y prior de la comunidad local, que ofreció todo su apoyo y aportó la logística necesaria para el evento.
Fue una gran fiesta digna de la Familia Agustino-Recoleta. Era muy visible la vitalidad de todos a la hora de participar: religiosos, monjas contemplativas, postulantes, vocacionados y los verdaderos artífices de todo, los miembros de la Fraternidad Seglar.
Quienes ganaron los premios más importantes (primero y segundo) decidieron en ese mismo momento devolverlos a la Ciudad de los Niños para que procedieran a su venta comercial y obtuviesen así recursos para su tarea social. Se trataba de piezas elaboradas en el Taller de Ebanistería de este centro socioeducativo de los Agustinos Recoletos en Cartago, Costa Rica.
Además, muchas empresas locales y regionales hicieron sus donaciones para este evento.
El mejor resumen del bingo: fueron muchas almas y un solo corazón en un espacio propicio para el encuentro, la convivencia, la diversión y la práctica del valor de la fraternidad agustiniana y recoleta.