Convivencia vocacional en CDMX

Los días 10 y 11 de febrero siete jóvenes alumnos y ex alumnos del fray Luis de León, miembros de las JAR de este centro educativo, tuvieron una primera convivencia vocacional en el postulantado San Agustín de CDMX.

Los siete jóvenes junto con el promotor vocacional fray Isaac Almaraz y fray David Molina, orientador local, partían por la mañana del sábado 10 de febrero desde la casa de acogida de vocacionables San Pío X, en Querétaro, hacia el postulantado San Agustín donde fueron recibidos por la comunidad agustino-recoleta local.

La convivencia comenzó con una refección fraterna. A continuación, los vocacionables convivieron un rato con los postulantes. Después fray David Molina les impartió una charla formativa sobre la vida consagrada y el carisma agustino-recoleto. David puso el acento sobre todo en la importancia del don de la vocación a ser persona y a la vida cristiana. Seguidamente, los siete jóvenes practicaron deporte, participaron en un acto mariano organizado por los postulantes y concluyeron la jornada con una película.

Al día siguiente los vocacionables comenzaron la jornada con el rezo del oficio de lecturas y laudes, y después hicieron deporte. Cerca del mediodía se trasladaron a la capilla Nuestra Señora de la Merced, de Ciudad de México, para participar de la Eucaristía. La convivencia concluyó con la comida del mediodía.

La convivencia vocacional no se ajustó a lo señalado por el itinerario vocacional agustino recoleto, y estuvo coordinada por el promotor vocacional Isaac Almaraz y el coordinador de pastoral fray David Molina, que tenían el propósito inicial de facilitar que las personas acompañadas maduraran en su opción vocacional, la semilla que el Señor sembró en su corazón. Es decir, ambos trataron de crear una cultura vocacional entre los estudiantes del colegio queretano.

Por último, durante esta convivencia se pretendió que estos jóvenes experimentaran y tuvieran un primer acercamiento al ritmo de la vida de un postulantado y de esta manera afianzaran su llamado a la vida cristiana.