JAR Chihuahua. Misión de invierno 2023.

La Misión de invierno de las JAR Chihuahua se ha llevado a cabo en Pauirachi, localidad de poco más de 200 habitantes, a 15 kilómetros al norte de La Junta. Allí se dirigieron ocho jóvenes JAR sin saber muy bien qué les esperaba.

El 16 de diciembre ocho jóvenes de las Juventudes Agustino-Recoletas de la Parroquia de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote de la capital del estado de Chihuahua se trasladaron hasta el pueblo de Pahuirachi, en el municipio de Guerrero.

Con poco más de 200 habitantes, Pahuirachi está a 2.104 metros de altitud, a 15 kilómetros al norte de La Junta, donde hay una comunidad de Agustinos Recoletos que atiende la Parroquia local.

Los propios jóvenes JAR cuentan su experiencia en este relato.


Llegamos a las cuatro de la tarde y nos acomodamos en la casa de Chalia, una persona sencilla que nos dio posada durante nuestra estancia, por lo que le estamos muy agradecidos. Al desempacar los equipajes la gente ya nos invitaba a compartir su vida diara, nos hacían sentir parte de su pueblo.

Ese primer día participamos de la peregrinación con el rezo del rosario que hacen cada día en el pueblo y tuvimos una deliciosa merienda. Aprovechamos para presentarnos y hablar de las actividades que habíamos preparado. Por la noche siempre teníamos la misma rutina: cena, evaluación del día y organización del día siguiente.

El domingo 17 de diciembre comenzamos con una pequeña oración, el desayuno, rezamos laudes y fuimos a explorar el pueblo y a presentarnos por las casas. Nos invitaron a comer tortillas y hasta nos prestaron un balón que hizo más ameno el recorrido. Nos llamó la atención el buen número de adultos mayores solos.

De vuelta en casa comimos unas ricas enchiladas, nos preparamos para la misa y participamos con el pueblo en su rosario y peregrinación. Luego preparamos las actividades del día siguiente para niños, jóvenes y adultos. Después de la cena tuvimos nuestro momento de formación y de corrección fraterna y cerramos la jornada con una oración.

El lunes 18 de diciembre comenzamos con muchas ganas, era nuestro primer día de actividades. Comenzamos con una Eucaristía a la que no fue mucha gente. Nos emocionamos durante el visiteo a las casas. Compartimos el evangelio y la conversación con dos lindas familias y nos comprometimos a ayudar a preparar la posada para los niños que una de ellas quería organizar.

A mediodía rezamos el Ángelus y regresamos a casa para preparar la catequesis. Comimos y nos dirigimos al templo. Solo participaron seis niños y tres jóvenes, pero eso no nos desmotivó. Cantamos con ellos, nos presentamos mutuamente y hablamos sobre Juan el Bautista. Luego hicimos manualidades con los niños y reflexiones con los jóvenes.

De nuevo participamos en el rosario y la peregrinación del pueblo y recibimos a una misionera JAR de Chihuahua más que no había podido acompañarnos hasta ese día. Esa noche una madre con sus dos hijos nos invitaron a cenar un rico pozole en una velada llena de risas. De vuelta en casa, nuestro momento de formación personal y de oración antes de dormir.

El martes 19 de diciembre participaron más personas en la Eucaristía de la mañana. Durante la visita a las casas nos dimos cuenta de la gran necesidad de acompañamiento espiritual. Nos recibían con café y gran cariño. A la catequesis de la tarde llegaron más niños y menos jóvenes (participó solamente uno). Esta día hablamos sobre la Anunciación. Los niños hicieron angelitos de cartón y los jóvenes redactaron una carta a María. La tarde fue igual a las anteriores: rosario y peregrinación, formación personal, oración.

Durante la visita a las casas del miércoles 20 de diciembre una de las señoras que nos abrió sus puertas nos habló de cómo vivía su fe y nos mostró las necesidades del pueblo. A la catequesis vinieron muchos niños, tres jóvenes y, por vez primera, dos adultos. El tema fue la visita de María a Isabel y el canto del Magníficat. Esa noche los jóvenes nos invitaron a jugar baloncesto en el parque y nos divertimos muchísimo. Chalia nos hizo tamales para cenar. Como comunidad JAR este día participamos de una Lectio Divina.

El jueves 21 de diciembre nos impactó el número de personas que participaron en la Eucaristía. En el visiteo a las casas tuvimos una plática muy profunda y emotiva con una señora. Este día la catequesis fue sobre el Nacimiento. La cena fue en una casa a la que fuimos invitados a un rico asado y nosotros llevamos un postre de manzana.

El viernes 22 de diciembre era nuestro último día de actividades. Entregamos varios obsequios de recuerdo a las familias y sus reacciones nos llenaron el alma. Preparamos además unas coronas para el vestuario de los Reyes magos y preparamos la posada en el templo.

Comenzó con una pastorela con los niños; cada familia trajo un plato para compartir, quebramos la piñata y hubo juegos para todos (niños, jóvenes y adultos) con premios. Cuando cantamos las alabanzas finales nos impresionó que los niños las cantaron con nosotros: ¡las habían aprendido! Por la noche preparamos las despensas y paquetes de ropa que íbamos a repartir al día siguiente. Por nuestra parte, leímos las cartas que nos habían escrito nuestros papás y esto nos llevó a un momento de mucho sentimiento.

El sábado 23 de diciembre fueron muchas personas a la Eucaristía. La despedida y el agradecimiento fueron mutuos, con palabras de reconocimiento y lágimas. Limpiamos la casa donde nos hospedamos y con la ayuda de dos jóvenes del lugar repartimos las despensas.

Llegamos de vuelta a nuestras casas muy agradecidos y contentos. Pauirachi está lleno de personas sencillas y hospitalarias, de mucha fe, de corazón abierto y hambriento de Dios, con muchas ganas de llenarse de espíritu. ¡Gracias, esperamos volver un día!