Celebramos en este día la festividad de la Inmaculada Concepción de María, fiesta popular y fecha emblemática dentro del Adviento. Artistas y poetas han cantado a María como la bella, sin mancha. Festejemos a nuestra Madre del cielo.
El venerable Mariano Gazpio (1899-1989) y José Antonio Ciordia, agustinos recoletos, se acercan al misterio de la Inmaculada Concepción de María con fervor y devoción. El primero en la predicación al pueblo recoge la doctrina de la Iglesia sobre el dogma mariano de la concepción sin pecado; el segundo, en un poema de metro corto, juguetón, plagado de imágenes, canta la belleza de María inmaculada. Ambos honran e invitan a honrar a la Virgen Madre.
Fragmentos de escritos de Mariano Gazpio sobre la virgen María
«Era el día 8 de diciembre de 1854 y en la basílica vaticana de Roma el Sumo Pontífice Pío IX, rodeado de imponente número de cardenales y obispos, en presencia de más de cincuenta mil fieles, con gran gozo de todo el orbe católico, después de invocar el auxilio del Espíritu Santo, con autoridad infalible declaró, proclamó y definió solemnemente que
«ha sido revelada por Dios y, por lo tanto, debe ser creída con fe firme y constante por todos los fieles la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, desde el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios Todopoderoso, fue preservada inmune de cualquier mancha del pecado original, en virtud de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano» (Bula «Ineffabilis«, año 1854).
Y este mismo Sumo Pontífice Pío IX, queriendo bendecir una imagen de la Purísima y colocarla en un lugar importante de Roma, como recuerdo perenne de tan feliz acontecimiento, se presentó en el palacio del embajador español y le dijo:
«Vengo con íntima satisfacción a visitar esta Embajada Española y a bendecir el monumento de la Virgen Inmaculada en esta Plaza de España y declaro que vuestra gloriosa nación tiene hoy muy merecido derecho a esta distinción, porque fue España la nación que por sus reyes y por sus teólogos trabajó más fervorosamente para que amaneciera el día de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción».
Los reyes Felipe III y Felipe IV enviaron diversas embajadas a Roma, solicitando de los Sumos Pontífices la definición solemne. A ruegos de Felipe IV el papa Inocencio X convirtió el día 8 de diciembre en día festivo y obligatorio para el Reino de España. Carlos III obtuvo de Clemente XIII que nombrase a María, en su Inmaculada Concepción, Patrona de las Españas.
Y ¿qué nos dice el saludo tan español en calles, plazas y casas y en el confesonario, oído a toda clase personas: «Ave María Purísima. Sin pecado concebida«? Si los vecinos de Betulia decían a Judit «Tú eres el honor de nuestro pueblo», con mayor razón podemos decir nosotros a María Santísima, nuestra Madre y Reina: «Tú eres el honor de nuestro pueblo»».
«Nosotros, al ver que la santa Iglesia celebra el día de hoy con gran esplendor, santo regocijo y religiosa piedad en todo el mundo la festividad de la Concepción Purísima de la Virgen María, unámonos con santo fervor a celebrar esta solemnidad, a fin de glorificar a Dios, nuestro Señor, y honrar en la medida de nuestras fuerzas a la Emperatriz de cielos y tierra, a la excelsa Madre de Dios.»
+ Venerable Mariano Gazpio, agustino recoleto
Poema a la Inmaculada
Al servicio de madre
fuiste llamada
y en oficio tan grande
santificada
para en alma y en cuerpo
llena de gracia
ofrecer a tu Dueño
digna morada.
Al comienzo del tiempo
fuiste pensada,
en amores mecida
Inmaculada;
como flor de lucero
canto de Aurora
de la Luz y la Gracia
anunciadora.
Sobre luna de nácar
posas Señora,
y en fulgor de esmeraldas
ciñes corona.
A la antigua serpiente
vil y traidora,
atenazas de muerte
con tu victoria.
A violetas y acacia
huelen tus ropas
y a la fiesta del Reino
vas como Esposa:
al Señor, Hijo tuyo,
ruega piadosa
que conceda a los suyos
vida gloriosa.
José Antonio Ciordia, agustino recoleto