Las comunidades de Agustinas Recoletas de los monasterios de la Federación de México fueron convocadas para participar en el Taller-Encuentro de promotoras vocacionales realizado del 19 al 23 de octubre en el monasterio San José en Tlaxcala, que impartieron David Molina Olvera e Isaac Almaraz Pinal, agustinos recoletos, encargados de la Pastoral Juvenil y de la Pastoral Vocacional, respectivamente, en la Vicaría de México-Costa Rica.
En el encuentro participaron 23 hermanas de los monasterios de la República Mexicana de manera presencial y de forma telemática, las comunidades de Colombia, Puebla y Tepeyahualco.
La temática de estos días, considerada desde el punto de vista teórico, dependió de David Molina; de la práctica respondió Isaac Almaraz, que tiene una experiencia consolidada en el trabajo vocacional. Ambos compaginaron acertadamente las charlas de ambos tipos.
Se inició desde la realidad en la que se encuentra la juventud de hoy y la situación de las comunidades, junto con los materiales y herramientas con las que una promotora vocacional cuenta para un acompañamiento. Según estos dos ponentes, habrá que tener presentes en el acompañamiento al menos cinco temas para trabajarlos: conocimiento sexual, afectividad, salud corporal, inteligencia emocional e inteligencia espiritual; temas que la promotora también tiene que tener trabajadas o en proceso de trabajo, para poder dar el acompañamiento que hoy en día es necesario para ayudar a discernir el camino vocacional de la joven.
En el taller se dio opción a compartir la experiencia de trabajo en el acompañamiento y se percibió la necesidad de trazar las líneas de acción a partir de la situación en que se encuentra cada monasterio y en coordinación con la vida consagrada diocesana.
David e Isaac remarcaron la importancia de tomar conciencia de que hoy en día es el tiempo de sembrar y arar y, “quizás no nos toque cosechar como lo esperamos, pero no hay que perder la esperanza de que más adelante vendrán los frutos”.
Se tomó conciencia de la neceesidad de trabajar con los laicos y de una apertura para compartir nuestra espiritualidad formando las Fraternidades Seglares Agustino-Recoletas (FSAR) y las Juventudes Agustino-Recoletas (JAR), y de esta manera promover también la difusión del carisma agustino recoleto para que siga teniendo vida en la iglesia.
Un rasgo inolvidable de la «cultura vocacional» bien entendida: las vocaciones son para la Iglesia, y el Espíritu se les da a los que quiere y como quiere, más allá de un simple proselitismo vocacional. La cultura vocacional se va abriendo paso, y el paso siguiente consiste en pasar de la figura del animador vocacional a la comunidad vocacional, pues todos recibimos personalmente la llamada en la comunidad. Por esta razón es importante repasar el propio estilo de vida a la luz de la espiritualidad vocacional, de modo que las comunidades recoletas se dispongan a ser comunidades vocacionales. A su vez, esto favorece que todos los miembros de la comunidad se impliquen en la tarea de la animación vocacional.
Además del conocimiento obtenido en este Taller-Encuentro de promotoras, uno de los fines también importantes de la formación fue la convivencia fraterna que se vivió durante estos cinco días.