El pasado 21 de octubre, en una tarde lluviosa, la capilla del seminario San Ezequiel Moreno en Pozos de Santa Ana (San José, Costa Rica) se vistió de fiesta para la celebración, según el ritual, de la emisión de las promesas de doce hermanos después de un año de formación en la FSAR San Ezequiel Moreno, que tiene su sede en dicho seminario.
La ceremonia fue presidida por el asesor espiritual de la fraternidad fray Víctor González, a quien los doce hermanos pidieron el ingreso como seglares a formar parte de la Familia Agustino-Recoleta.
Los nuevos hermanos -Julieta Aguilar Urbina, Mónica Alfaro Zárate, Ana Isabel Arroyo Carvajal, María del Carmen Arroyo Carvajal, Gilberth Barrantes Campos, Nidia Charpentier Mora, José Alcides Chávez Murillo, Elizabeth Conejo Borrantes, Jakeline Cordero Naranjo, Leda Corrales Barboza, Janet Ulate Bolaños y Damaris Zeledon Alvarado-, hicieron su entrada en la capilla en procesión con un corazón ardiente. Fueron llamados uno tras otro y renovaron sus votos del bautismo y el compromiso como cristianos de fidelidad al evangelio de acuerdo con la Regla de vida de los seglares agustinos recoletos.
La comunidad, sus familiares acompañantes y la fraternidad los fue acogiendo con un abrazo muy sentido.
Las palabras de fray Víctor recorrieron la vida de santa Magdalena de Nagasaki, patrona de las FSAR, y los motivó a seguir su ejemplo en las cuatro características que enarboló en su corta vida y que fueron comentadas en un mensaje a las fraternidades por el prior general de los Agustinos Recoletos Miguel Ángel Hernández: Mujer valiente, mujer creyente, mujer servidora y mujer orante.
Los integrantes del Consejo Nacional hicieron entrega de la medalla de las fraternidades seglares como símbolo de adhesión a la fraternidad y símbolo de peregrinación.
La presidenta de la fraternidad, María Eugenia Gutiérrez, les dirigió un saludo de acogida a los nuevos fraternos en nombre de todos los hermanos y destacó el significado de ser peregrinos: un caminar donde se mueve el deseo y la voluntad, la ilusión y la constancia, la esperanza y el esfuerzo. Dejarse transformar por Dios en un camino de conversión.
Se invitó a los asistentes a dirigir unas palabras y se destacó las de Adrian Villegas, miembro del Consejo, quien compartió su sentimiento de alegría de ver cómo la semilla germina en Mónica Alfaro, una del grupo que había emitido las promesas, hija de un fraterno, que ya descansó en la paz de Dios y que fue, junto con él, de la primera generación de fraternos de Costa Rica.
Al finalizar vino el compartir en un ambiente muy familiar de acogida. Se sirvieron colaciones y, cerrando con broche de oro, una pantomima de la artista Xinia Herrera, muy motivadora con su música y gesticulaciones de un mimo, apropiadas para el momento.