“¿Aspiras a lo grande? Comienza por lo más pequeño”. Esta frase pronunciada por san Agustín en uno de sus sermones (69, 1, 2) es el lema pedagógico y pastoral para todos los ministerios de la Familia Agustino-Recoleta en el curso lectivo 2023-2024 (año lectivo 2024 en el ecuador y hemisferio sur).
Los colegios y las parroquias en el hemisferio norte acaban de comenzar un nuevo curso lectivo, adelantándose unos pocos meses a los países del ecuador y hemisferio sur en los que coincide con el año natural. Y cada año, la Familia Agustino-Recoleta escoge un lema motivador que recoge un valor agustiniano y que permite a toda la comunidad educativa crecer de manera integral.
En esta ocasión se trataría de profundizar y valorar las cosas pequeñas, las cosas del día a día, lo más cotidiano, que sin grandes aspavientos, espectáculos ni fuegos artificiales afectan directamente la vida de la persona, esas llamadas “cosas de andar por casa”: ¿Aspiras a lo grande? Comienza por lo más pequeño.
Las relaciones cotidianas están basadas la mayor parte del tiempo en actitudes pequeñas, entre las que se incluyen la tolerancia necesaria para cualquier convivencia, la aceptación del otro, el respeto, la cordialidad, el buen humor, la generosidad, la responsabilidad, la honestidad, la sinceridad, la paciencia…
Estas actitudes para y por la empatía permiten que cada jornada, en la que queriendo o no estaremos rodeados de otras personas, se desarrolle satisfactoriamente. Además, a estas actitudes el creyente añade otras que tienen una motivación de fe pero consecuencias sociales: la caridad, la humildad, el perdón, la abnegación…
Dios es lo suficientemente paciente para aguantar “siglos de días pequeños”. Su Reino, que un día cubrirá la tierra, no comienza siendo grande. La Palabra de Dios está llena de ejemplos. Así, el Reinado de Dios crece a partir de un hombre anciano y su esposa estéril (Is 51, 2), del más pequeño de todos los pueblos (Dt 7, 7), de una semilla de mostaza y un poco de levadura (Mt 13, 31-33), de un embrión en el vientre de una virgen(Is 9,6-7), de doce hombres analfabetos (Hch 1, 8). Y cuando Jesús hace la propuesta del camino a la salvación nunca habla de cosas grandes, sino de cosas pequeñas (Mc. 10,45; Mt 13,31-33; 18,1-10; 25,21; Lc 10,21; 16,10; Jn 13; Fl. 2, 6-11).
El Papa Francisco propone cambiar el mundo con las pequeñas cosas de cada día, porque la salvación no viene de los poderes ni de algo majestuoso, sino de lo pequeño, de la simplicidad de las cosas de Dios. Después de todo, si no podemos cuidar de los pequeños detalles, ¿cómo van a contar con nosotros en las cuestiones importantes?
La interioridad, valor agustiniano del año
No quieras dispersarte fuera, entra dentro de ti mismo, porque en el hombre interior habita la verdad; y si encuentras que tu naturaleza es mudable, trasciéndete a ti mismo. Estas palabras de san Agustín (Sobre la verdadera religión 39,72) propone una actitud fundamental: acceder al propio interior de cada uno a través del silencio, la reflexión, el recogimiento y el realismo.
Una vivencia rica e intensa de la interioridad permite, a su vez, fortalecer la responsabilidad personal y la perseverancia. En la vida del estudiante, el compromiso con las pequeñas tareas de cada día es clave para alcanzar las metas a largo plazo, al final del año.
También un conocimiento profundo de sí mismo mediante esa vivencia apasionada de la interioridad permite potenciar la cultura del buen trato, tratando a los demás con la dignidad que merecen como personas. Y se fomenta el espíritu de servicio en esas tareas pequeñas y cotidianas de impacto significativo en la vida del hogar y del colegio, en las aulas y en los patios, en el deporte y en el ocio.
Por último, poner atención en las cosas pequeñas y en el interior de la persona es un perfecto caldo de cultivo para la creatividad, pensar de manera innovadora para resolver problemas, por pequeños que sean, y encontrar las soluciones, a veces sumamente simples.
Dado el incremento ascendente del uso de herramientas de inteligencia artificial en el ámbito escolar y fuera de él, también se propone este año ofrecer pautas en la comunidad educativa para su uso correcto, con criterios de discernimiento sobre lo real, lo verdadero y lo justo.
Un barco de papel
El cartel de la propuesta pastoral 2023-2024 representa unos barcos de papel impulsados por las olas de esas pequeñas virtudes de la vida cotidiana.
Hacer un barco de papel es sencillo, está al alcance de todos con un poco de dedicación. Del mismo modo, cada día, cuando alguien se compromete con los pequeños detalles es capaz de transformar vidas, la propia y las del entorno. Mucha gente sencilla, haciendo tan solo lo cotidiano, pero con las actitudes correctas, sí puede cambiar el mundo y la historia.






