Para cerrar con broche de oro su estadía por Europa para participar en la V Jornada Mundial de las Juventudes Agustino-Recoletas (JMJAR) en Salamanca y la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Lisboa (Portugal), siete miembros de las JAR de México organizaron una visita fraterna de 10 días, del 07 al 17 de agosto, a modo de peregrinación, por algunas de las comunidades que los agustinos recoletos tienen en España.
Los jóvenes visitantes, liderados por Héber Hermosillo, miembro del equipo de JAR Internacional fueron: Luisa Fernanda Rubio, Andrea Arredondo, Diana Mendoza, Mariana Sánchez, Nancy Cervantes y Carlos Estrada. Estos dos últimos, cantautores del Himno de la V JMJAR, “Quienes aman, caminan”.
La idea de la “Ruta Recoleta” surgió del interés de los jóvenes por conocer algunos de los lugares que son muy significativos para los agustinos recoletos, y así acrecentar más el amor por el carisma que han recibido a través de las Juventudes Agustino-Recoletas, de las que hacen parte desde hace varios años.
Santa Rita, Madrid
La ruta comenzó por Madrid, con una breve pero interesante visita por la Parroquia de Santa Rita, donde fray Marciano Santervás, miembro de la comunidad, ofreció un recorrido guiado por esta artística parroquia, demostrando que cada espacio ha sido artística y espiritualmente planeado. Así mismo, esta primera parada sirvió como estación de resguardo a fin de que los viajantes fueran ligeros de equipaje.
Valladolid
La segunda parada fue el Colegio San Agustín y la Residencia San Ezequiel Moreno de Valladolid; lugares que reflejan la integralidad del apostolado del acompañamiento de los agustinos recoletos, ya que aquí se atiende desde infantes de unos cuantos meses de nacidos hasta frailes de muy avanzada edad y con necesidades de asistencia médica. Los jóvenes manifestaron la alegría de poder integrarse a algunos actos de la comunidad, como la oración y eucaristía matinal, así como el poder visitar y platicar con algunos de los frailes asistidos, sobre todo con algunos que habían conocido por su paso por la Vicaría de México y Costa Rica. No está de más decir, que el almuerzo y la sobremesa fueron sumamente agradables por los conocimientos y anécdotas de los religiosos Rafael Mediavilla, José Manuel Bengoa, Miguel Ángel Tejada, Fernando Martín, José El Busto y Antonio Eraso, el mayor de la comunidad. Así mismo, “el joven” de la comunidad, Fernando, fue guía por los sitios más importantes del centro vallisoletano.
San Millán de la Cogolla, La Rioja
La siguiente parada fue el monasterio de San Millán de la Cogolla (La Rioja), el cual dejó sin palabras a los jóvenes, tanto por la belleza natural que lo circunda como por la relevancia histórica que tiene para todos los hablantes del castellano. Aquí fueron recibidos por fray José Ramón Pérez y fray Mario Arévalo, prior y párroco respectivamente, quienes se encargaron también de mostrar todos los rincones del centenario monasterio y de hacerlos entrar en clima de recogimiento y oración propios del lugar.
Marcilla, Navarra
El siguiente destino fue el convento de Marcilla, en la provincia de Navarra. Un sitio que generaba también mucho interés entre los jóvenes por las anécdotas que muchos frailes les habían contado de su época de estudiantes de teología. El recibimiento no fue menos alegre en este sitio, ni por el prior de la comunidad fray Pablo Panedas, que ya estaba “avisado” de las andanzas de estos miembros de las JAR, ni por el resto de los religiosos de la comunidad, en especial de algunos que habían conocido a estos jóvenes en su paso por las parroquias de procedencia de los mismos, como fray José Luis Jiménez y fray Rafael Gutiérrez. En este lugar coincidieron además con los religiosos de votos simples de las provincias de Santo Tomás de Villanueva, Nuestra Señora de la Candelaria y San Nicolás de Tolentino, que se encontraban ahí participando de las jornadas de formación propia previas al inicio del nuevo ciclo académico. Algo que también marcó la estancia de los jóvenes aquí fue la visita guiada por el museo misionero y el archivo histórico de la Provincia de San Nicolás de Tolentino, acompañados por el prior y por fray Javier Lizarraga; ambos con conocimientos eminentes de la historia de la Orden.
Monteagudo, Navarra
La siguiente parada, y una de las que más emocionó a los peregrinos fue el convento noviciado de Monteagudo, Navarra. Alguno de ellos comentaba la sensación de sentir el carisma agustino recoleto con todos sus sentidos, ya que no había un solo lugar ni una sola persona donde no se percibieran intensamente la alegría, la interioridad, el servicio y la comunidad. Aquí fueron recibidos por fray Santiago García, viceprior de la comunidad y por fray Carlito Gomes, maestro de novicios, quienes se encargaron de mostrar las partes más representativas del convento como son la iglesia de Nuestra Señora del Camino, el museo, la habitación y la capilla donde reposan los restos de San Ezequiel Moreno. Mención aparte merecen los anfitriones culinarios Amelia Martínez, cocinera del convento desde hace más de 20 años, y el incomparable y querido fray Paco, toda una institución con sus casi 60 años de servicio fiel en este convento. No está de más decir que fray Paco mimó a los visitantes preparando su famosa “sopa celestial”. Los jóvenes manifestaron también la alegría de convivir con los novicios y de ser con ellos “novicios por un día”.
Zaragoza
La sexta parada, bajando un poco más hacia el sureste de España fue el Colegio Romareda en la ciudad de Zaragoza, donde fueron recibidos por fray Héctor Molina, responsable de las JAR de la Provincia de San Nicolás de Tolentino, y a quien ya conocían bien al haber convivido con él las semanas anteriores en la JMJAR y la JMJ y fray Jesús Rada, miembro de la comunidad y profesor en este colegio desde sus inicios a finales de los 70´s. Aquí, además de conocer otra perspectiva de la pastoral educativa de los agustinos recoletos, los jóvenes pudieron conocer también el casco histórico de la bimilenaria ciudad, y por supuesto, la majestuosa Basílica de Nuestra Señora del Pilar en las márgenes del río Ebro. Los jóvenes hicieron, finalmente, una breve visita a la Parroquia de Santa Mónica, administrada también por los agustinos recoletos.
Barcelona
La penúltima parada, que era “obligatoria” por su relevancia cultural y turística, aunque sin presencia de comunidades agustino-recoletas, fue la ciudad de Barcelona, y más específicamente, la Basílica de la Sagrada Familia. El deseo de los jóvenes no sólo era “tomarse la foto” en este lugar para compartirla en redes sociales, sino sobre todo poder participar en la celebración eucarística en el imponente templo diseñado por Gaudí. Robándole horas al sueño, los jóvenes pudieron visitar los lugares y cumplir su deseo al participar en la única misa dominical que se celebra en el recinto mayor del Templo.
Las Rozas, Madrid
La última parada, y después de un viaje de 6 horas en coche, fue la Casa de Formación San Agustín en el madrileño municipio de Las Rozas(Madrid). Aunque los formandos se encontraban todavía por Marcilla, los jóvenes fueron recibidos por el resto de la comunidad compuesta por el prior fray Juan Ramírez Sixtos, y los religiosos Alberto Eraña, Javier Legarra, Agustín Martínez, Julio César Hernández, Pablo Meng Yu Cheng y Bernardo Contreras. La inmejorable hospitalidad de esta comunidad fue un energizante para los jóvenes, que ya empezaban a sentir el cansancio por los kilómetros recorridos. Ya con un ritmo más sereno, pero con intención de facilitar que los jóvenes aprovecharan hasta los últimos momentos su estancia por España, la comunidad de religiosos les organizó un par de paseos por las ciudades de Segovia y Toledo y por el colosal Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial. Sin duda, un cierre por lo alto, para unos días que serán inolvidables y de gran crecimiento para los jóvenes, tal como nos comentan cuatro de ellos en estos breves testimonios con los que concluimos esta crónica.
“Estoy agradecida con todos los frailes; por el amor, la paciencia, la hospitalidad y el gran carisma que tienen. Gracias a ellos puedo decir que este viaje será inolvidable y lleno de enseñanzas que podré compartir con la comunidad” – Andrea Arredondo
“Fue una experiencia llena de amor, fraternidad, respuestas, conocimientos y entrega. Agradezco el apoyo y la hospitalidad de los frailes; siempre nos sentimos como en casa.” – Luisa Fernanda Rubio
“La ruta recoleta sin duda ha sido una de las experiencias más acogedoras y fraternas que he tenido. Estar en un lugar donde hay agustinos recoletos es como tener una familia amorosa que espera gustosa tu llegada; se siente como estar en casa. La hospitalidad de los frailes y cocineras de cada lugar que visitamos es el fiel retrato de nuestro pilar comunitario.
No puedo más que sentirme agradecida y muy bendecida de tener esta segunda familia, de poder compartir la alegría, los testimonios y la mesa, porque, por cierto, que bien se come ¡eh!, creo que hasta subimos de peso. Me inspira y me llena el corazón que nos compartieran con tanto amor y entusiasmo la riqueza que tiene nuestra Orden. Gracias por estar siempre en misión.” – Mariana Isabel Sánchez
“Estoy asombrado. Fue una experiencia única que me permitió conocer con mayor detalle la historia de nuestra Orden. Una de las cosas que más me impactó fue estar en el lugar donde vivió, sirvió y murió San Ezequiel Moreno; sentí una paz que hasta ese momento no había experimentado. Estar en lugares tan significativos para los agustinos recoletos, y sentirme parte de ellos me llenó el alma.” – Carlos Estrada