Is 22,19-23: Colgaré de su hombro la llave del palacio de David. Sal 137,1-2a.2bc-3.6.8bc: Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. Rm 11,33-36: Él es origen, guía y meta del universo. Mt 16,13-20: Tú eres Pedro y te daré las llaves del reino de los cielos.
Por Rafael Mediavilla, agustino recoleto. Valladolid, España.
“¿Quién dice la gente…?” Una pregunta como esta podría ser también “¿Cuál es la opinión de los que son activos en las redes sociales …?” Hagamos encuestas, consultemos los comentarios para tener en cuenta los que son mayoría, los más frecuentes ¿Será un buen criterio para descubrir la verdad sobre Jesús? ¡Cuántos asesores de imagen le habrían aconsejado que callase muchos de sus discursos, que evitase hacer tal o cual gesto, o tener tal o cual comportamiento, o ser más acorde con lo socialmente correcto! ¡Cuántos discípulos perdidos!
“Y vosotros quien decís que soy yo?” Vosotros: los que estáis cerca, los que convivís a todas horas conmigo, los que veis mis gestos ordinarios de cada día además de los extraordinarios, los que me escucháis reprocharos vuestra poca fe, los que habéis sido testigos de cómo rezo…
“Pedro tomó la palabra: Tú eres el Hijo de Dios” Ni siquiera era suficiente esa cercanía con Jesús para descubrir la verdad sobre Él; era necesario dejar opiniones y pareceres y entrar en la inteligencia de Dios, del Padre que revela. Con esa experiencia Pedro se puede convertir en el maestro que dispone de la sabiduría celeste, tiene la llave para conocer la verdad de Jesús y su mensaje.
La pregunta sobre Jesús se continua con la pregunta sobre la iglesia. Como en el caso de tantas otras realidades no solo reafirmamos el derecho de opinar sobre ella, sino que buscamos personas que manifiesten lo mismo que pensamos para que se imponga como verdad nuestra opinión.
El texto del evangelio de hoy es una buena invitación para preguntarnos también de donde nace nuestra sabiduría ¿de los que son de carne y hueso o del Padre del cielo?
La sabiduría de Pedro todavía tendrá que pasar la prueba del discernimiento más radical. El relato de ese momento vivido por Pedro lo escucharemos el próximo domingo, ahora Jesús les invita a callar. Solamente la apertura del que se deja sorprender por Jesús cuando invita a desprenderse de la propia opinión, aun de la que creemos más segura, es la continuación del camino de la sabiduría del Padre.


