
El Hogar Santa Mónica, proyecto que protege y permite a niñas y adolescentes brasileñas superar la violencia, abuso, explotación o agresión que han sufrido, aprovecha las actividades de ocio y diversión durante las vacaciones festivas para unir lo lúdico, lo educativo y lo terapéutico.
Durante el mes de julio, el sistema educativo brasileño ofrece unos días de asueto a profesores y alumnos durante unas semanas. El calendario interno del Hogar Santa Mónica de los Agustinos Recoletos en Fortaleza (Ceará, Brasil) se rige en buena medida por el calendario escolar, puesto que una de las premisas principales para la sanación emocional y física de las beneficiarias es su plena inmersión escolar.
El grupo de niñas y adolescentes ha disfrutado durante todo el mes de julio de diversas excursiones que, en diversos casos, han incluido actividades culturales. Así, en el Teatro São Luiz asistieron al cine; en el Club Itapark disfrutaron de piscinas y toboganes; en el Parque Zoológico Municipal Sargento Prata observaron de cerca de muchos animales y se les habló sobre el cuidado de la Naturaleza.
Además, el grupo ha visitado el Teatro Celina Queiroz, ha participado de espectáculos musicales en el SESC Teatro, ha realizado paseos en barco y han disfrutado de la Playa del Futuro, una de las principales y más bonitas de la ciudad de Fortaleza.
Todas estas actividades estimulan a las pequeñas en sus habilidades culturales, al tiempo que con las salidas practican una cierta autonomía, conocen espacios hasta entonces extraños o ajenos a su vida cotidiana, se conectan con la Naturaleza y descubren juntas tantas cosas que, inevitablemente, comparten en un ambiente de alegría y diversión los sentimientos que tienen ante esta salida de la rutina por espacios, lugares y actividades completamente novedosos.
Los conceptos de vacaciones, de ocio cultural o de paseos turísticos no estaban en sus mentes ni eran algo común en su entorno de procedencia, que normalmente se reducía geográficamente a unas pocas calles en un ambiente de gran pobreza material y cultural.
Estas oportunidades de esparcimiento y de enriquecimiento cultural aumentan su bienestar y calidad de vida, les permiten canalizar las energías junto con otros elementos que se realizan con mayor dedicación de tiempo dentro de las propias instalaciones del Hogar Santa Mónica, como es el deporte.
Ahora, en agosto, han vuelto los tiempos de rutina, de asistencia a la escuela reglada y a las aulas de reforzo y estudio en el Hogar, de actividades que requieren más concentración y esfuerzo pero que se llevan a cabo de una manera más fácil después de haber pasado unas “vacaciones” tan completas.