
Los días 1 y 2 de abril los colaboradores de CARDI (Centro de Acompañamiento y Recuperación para el Desarrollo Integral) se reunieron en la Casa de la Recolección, en Ahuatepec, Morelos para reforzar sus lazos y mantener la calidez y calidad de su atención a los beneficiarios de la institución socio-sanitaria dirigida por los Agustinos Recoletos, ubicada en Ciudad de México.
Refugio González, agustino recoleto director ejecutivo de CARDI, y Sergio Sánchez, agustino recoleto encargado de formación de la Provincia agustino-recoleta de San Nicolás de Tolentino, fueron los organizadores y animadores del encuentro, que estaba encaminado a crear y consolidar los lazos entre los colaboradores y a avivar el sentimiento de equipo entre ellos.
Se inició la jornada muy de mañana con un ejercicio para compartir y reconocerse entre todos los asistentes al encuentro y se prosiguió con un ejercicio de calidad de comunicación entre todos, para descubrir las áreas de oportunidad y así mejorar las relaciones como familia y la acogida mutua, primero como equipo de colaboradores; en segundo lugar, en la acogida de los beneficiarios que acuden a CARDI.
Adentrada la tarde, se compartió la película “Un amigo extraordinario” y se invitó a ver de qué forma se enlaza la película con el servicio que se presta en CARDI. Sergio Sánchez dirigió la reflexión sobre la película y animó a que cada colaborador se reconociera en la situación del protagonista. Comentó que cada experiencia personal influye en el ánimo y calidad del servicio como equipo de colaboradores, y dejó para la reflexión personal la pregunta: ¿Qué necesitamos del grupo? Recordó que no solo se es equipo de trabajo, sino una familia en donde encontrar reposo, apoyo, escucha, amor… No deberíamos perder el sentido y la necesidad de acompañamiento entre nosotros, ser más empáticos entre nosotros. El primer servicio debe prestarse dentro de la comunidad de colaboradores, y trabajar por ser familia, comentó Sánchez.
Durante la oración de la noche, estando todos juntos, Sergio Sánchez continuó el trabajo de fortalecer los lazos de familia entre los colaboradores, desde una visión evangélica: ser luz del mundo, y se preguntaba: ¿Cómo alumbramos la vida a los compañeros en la misión de CARDI? Acompañados del canto “Enciende una luz”, los colaboradores reconocieron el trigo que encuentran en sus compañeros y dieron gracias a cada miembro por su aportación para llevar a cabo la misión de la institución. Con la oración nocturna se cerró el primer día de trabajo.
El domingo 2 de abril, segúndo día del encuentro, el agustino recoleto Refugio González dirigió el trabajo de la jornada. Continuó con el tema de ser atentos y comprensivos con los compañeros, e invitó a ser una familia con lazos cada vez más estrechos entre todos, empezando por reconocer que somos miembros de la familia CARDI, que tiene una rica historia; hemos de sentirnos agradecidos a todas las personas, que con lo que han hecho han posibilitado que seamos las personas que somos hoy. Somos parte de una organización de seres humanos, cada cual con su experiencia, sus logros, su saber… Compartirlo es una riqueza que se ofrece a otros y que debe repercutir en beneficio de la misión de CARDI. Cada uno está construyendo CARDI con su presencia y su entrega.
Como clausura de este enriquecedor encuentro, los colaboradores participaron en la misa de Domingo de Ramoscomo una familia unida. Refugio González celebró la Eucaristía y en su homilía, desde la imagen del Cristo Roto, invitó a los participantes a no buscar ser completos sino a tratar de ser ese brazo que falta, ese oído que falta, ser lo que el otro necesita. “Debemos estar dispuestos a ser la mano, el pie, el oído o lo que necesite el compañero”.
No hay que cerrarse a ser cireneo ni pedir ayuda a otros cireneos, los compañeros. Jesús necesitó también de la ayuda del Cireneo camino de la cruz. “Cuando nos descubramos acompañantes y acompañados, comentó Refugio, podremos prestar un mejor acompañamiento a los beneficiarios del CARDI”.