Semana Vocacional • Carina pertenece a las Juventudes Agustino-Recoletas (JAR), el movimiento donde los jóvenes pueden vivir, sentir, celebrar y compartir el carisma agustino-recoleto con otros jóvenes de manera orante, comunitaria, misionera, mariana y agustiniana.
Me llamo Carina y soy una joven que sueña con lograr muchas metas, con el deseo de poder ayudar a otras personas y de ser una persona que crece, diferente en cada etapa. Me siento una mujer joven, feliz, llena de alegría, de amor y de fe.
En la Familia Agustino-Recoleta, presente en mi Parroquia de Nuestra Señora de los Placeres de Guaraciaba del Norte (Ceará, Brasil) he aprendido a ser una persona misericordiosa y compasiva. No solo con los demás sino, especialmente y primero, conmigo misma.
El carisma agustino recoleto está presente en el entorno de mi comunidad eclesial desde hace casi 25 años, desde 1999. Primero los religiosos agustinos recoletos, después vinieron las monjas contemplativas, después la Fraternidad Seglar y las Juventudes Agustino-Recoletas.
El carisma de san Agustín se ha ido implantando de una manera sencilla, fraterna, y también a través del amor a los más desfavorecidos, de la caridad.
En cuanto a mí, formar parte de las Juventudes Agustino-Recoletas me ha supuesto personalmente una experiencia única y me ha ayudado a empoderarme de mi propia vida interna, de mi vida espiritual, y también de mis relaciones humanas y comunitarias.
Agustín de Hipona me ha enseñado, entre otras cosas, a conocerme y aceptarme, a experimentar la verdadera intimidad con Dios, a ser parte de una comunidad.
Confieso que al principio me costó un poco adaptarme, entender cómo iba a vivir esta espiritualidad siendo una persona joven, activa, a quien se le presentan tantas ofertas, posibilidades, alegrías, algunas muy fáciles e instantáneas…
Sin embargo, con la ayuda de la comunidad y desde el valor de la fraternidad, todo se hizo más suave, más lleno de luz. El grupo JAR, nuestro asesor, las dos comunidades religiosas (masculina y femenina), los miembros de la Fraternidad Seglar, nos apoyamos. Notamos la intercesión de san Agustín por cada uno de nosotros.
El santo de Hipona dejó un mensaje para nosotros, los jóvenes, que considero muy importante: que sigamos a Jesús y seamos testigos de su amor, como forma de cumplir su mandamiento del amor de diferentes maneras. Así, podemos hacerlo ayudando a los que más lo necesitan, amando a los que les cuesta amar, y recordando siempre a todos la alegría de ser fieles discípulos de Jesucristo.