Apenas han pasado dos meses de 2023, y el calendario está lleno de actividades realizadas y un alto número por llevar a cabo en los meses siguientes. La Prelatura de Lábrea, con su obispo Santiago Sánchez al frente, no deja de programar y organizar actividades para llevar a cabo la evangelización del pueblo labreense.
Enero de 2023 se despierta
Iniciamos el día 1 de enero con los fuegos artificiales del cambio de año aún sin apagar y con una celebración solemne en la comunidad urbana de San José para confirmar y dar la primera comunión a un grupo numeroso de adolescentes y jóvenes. Celebración encuadrada en el proceso de iniciación a la vida cristiana (IVC) que poco a poco se va implantando en la Prelatura.
Hay una resistencia a implantar este nuevo método debido a la arraigada tradición de vivir y recibir los sacramento como costumbres añejas del “siempre ha sido así”, “nos van a quitar la fe si son tan exigentes”; “por eso se convierten en evangélicos, porque son más acogedores y comprensivos”… Y es bueno y oportuno constatar que este grupo siguió el proceso, siendo ejemplo para la comunidad y la Parroquia.
Pocos días después, el sábado 7 de enero, fue en la comunidad de Santa Mónica donde tres jóvenes recibieron la primera comunión; un grupo mucho menor, pero también siguiendo los pasos de este “nuevo” modo de ser Iglesia.
Transcurrió el mes de enero con bastante actividad, ya que varios frailes estaban de vacaciones. Hay que resaltar que recibimos la visita de P. Kléber, sacerdote de Ponta Grossa, compañero del P. Osvaldo, párroco de Canutama, para conocer de cerca la misión, y que celebramos la clausura de los 75 años de la Congregación de las Misioneras Agustinas Recoletas. Tuvimos formaciones on-line y presenciales para preparar la Asamblea de la Prelatura, y celebramos la fiesta de san Sebastián, santo muy popular en la Prelatura, en la ciudad y varias comunidades, destacando la Parroquia de San Francisco y San Sebastián de la cual es co-patrón.
XIV Asamblea de la Prelatura de Lábrea
Momento fuerte en la Prelatura fue la XIV asamblea general y electiva que acontece cada tres años, aunque esta vez fueron cuatro, debido a la pandemia. Se celebró en Tapauá y llevábamos más de dos años de preparación estudiando los temas sinodalmente como quiere el papa Francisco.
El día 20 de enero salieron de Pauiní en el barco “Génesis” los asambleístas más lejanos; el día 22 nos sumamos los de Lábrea y los que llegaron del área misionera del Km 70. El día 23 se sumaron los de Canutama, Belo Monte y Foz de Tapauá, según íbamos pasando por cada lugar. Cada vez más apretados en el barco, pero cada vez más comunidad fraterna. Teníamos la misa diaria, unas veces en el barco, otras en tierra; se preparaban las intervenciones, celebraciones… ultimando el calendario de lo que iba a suceder.
Llegamos a Tapauá el día 25 donde fuimos acogidos por un pueblo hospitalario y una lluvia generosa. Y a las 5 de la tarde fue la apertura de la Asamblea y a las 19.00 horas la misa inaugural.
Los trabajos de la Asamblea se sucedieron según la programación hecha por fray Luis Antonio Fernández Aguado y el P. Éder Carvalho. El primer tema fue la aplicación del Sínodo de Amazonas, con una video conferencia con el cardenal dom Leonardo Ulrich, arzobispo de Manaos, que, por motivos de logística, no pudo hacerse presente. Luego reunión por grupos para elaborar las propuestas teniendo como guía el documento de trabajo.
El segundo tema fue la Iniciación a la Vida Cristiana (IVC), asesorado por el laico Ireneo Castro, venido de Manaos para este propósito. Siguieron también los grupos de trabajo y reuniones plenarias para dar forma definitiva a los documentos y directrices de la Asamblea.
El tercer tema fue la Sinodalidad, tema coordinado por fray Luis Antonio Fernández Aguado con la misma dinámica.
Momentos fuertes de espiritualidad, oración y Eucaristías enmarcaban los trabajos, con celebraciones en la sala de trabajo, en las comunidades urbanas, en la capilla fluctuante… Una Misa amazónica con celebración, parte en la plaza y parte en el templo… y la Misa de clausura el domingo en la matriz con lectura y aprobación del acta que luego sería registrada jurídicamente.
Antes de embarcar para el regreso tuvimos un acto cultural para homenajear a los misioneros más veteranos: los agustinos recoletos monseñor Jesús Moraza, Miguel Ángel Peralta y Henrique Giera. El pueblo de Tapauá aprovechó el momento para despedir al que en los últimos años ha sido su párroco, fray Luis Antonio Fernández Aguado, que, al terminar la asamblea, se trasladó a Lábrea, su nuevo destino.
La Asamblea fue una experiencia y vivencia de sinodalidad práctica. El pueblo católico de Tapauá se volcó literalmente en todos los sentidos para que pudiera realizarse este evento histórico. Gracias a todos: familias acogedoras, personal de la cocina, equipos de liturgia, de animación, de logística, de canto, de decoración, de preparación de detalles y recuerdos, de secretaría… Abrazo y bendición para todos…
En la madrugada del día 30, con el barco lleno de pasajeros, emprendimos el viaje de regreso, quedando cada vez más holgados hasta llegar a Lábrea. Aún los religiosos agustinos recoletos de Pauiní tuvieron que esperar unos días antes de partir. Llegaron a su destino el día 7 de febrero.
Asamblea de la Delegación de Brasil de la Provincia de San Nicolás
El mismo día que llegamos a Lábrea llegaba el prior provincial Carlos González y los recoletos de Guaraciaba, Fortaleza y Manaos para la Asamblea de la Delegación de Brasil de nuestra Provincia de San Nicolás de Tolentino. Tras un encuentro fraterno iniciamos los trabajos el día 3 de febrero. La dinámica fue de trabajo por la mañana para estudiar las prioridades y ordenaciones del último Capítulo Provincial, y por la tarde trabajo compartido de la situación y particularidades de cada comunidad.
Como obispo de la Prelatura tuve mi tiempo y oportunidad de hablar: Reconozco el trabajo y dedicación de los religiosos que aquí están, pero los veo sobrecargados porque no se cumplen las determinaciones de los Capítulos General y Provincial de que sean cuatro los miembros de cada comunidad. El prior provincial dice que no tiene a quien mandar, que los que quieren tienen sus cargos y los que podrían venir no quieren.
Hablé que tuve la tentación de mandar una carta a los Consejos General y Provincial exponiendo la situación y pidiendo voluntarios con varios objetivos: animar el espíritu misionero y recoleto, invitar a mirar a la misión como nuestra mejor imagen como Iglesia, infundir más coraje para ser más agustinianos yendo donde la Iglesia nos necesita de verdad y a ser intrépidos recoletos, como los primeros, que salieron a las misiones siendo pocos y novatos, pero guiados por el ansia de entrega a Dios y a su Iglesia… No escribí esa carta, sólo comparto aquí cuál era mi intención…, pero no renuncio a hacerlo un día.
Fueron días fraternos los vividos en la Asamblea, nos animamos y fortalecimos con las formaciones, el compartir, dialogar, rezar… Fue óptimo encontrarnos de nuevo los frailes.
El día 9 de febrero viajaron casi todos, y poco después todos estábamos de nuevo en la vida normal; algunos, estrenando un nuevo destino. Fue momento de renovar el contrato entre la Provincia y la Prelatura. Espero voluntarios para hacer efectivo ese contrato.
Viaje a Guajará-Mirim
Poco después, el día 13, viajaba de nuevo. Salí de Lábrea e hice escala en el área misionera del kilómetro 70 cerca de la ciudad de Porto Velho. Casi visita canónica en que, en reunión con el equipo misionero: P. Silvio, diácono Metodio y su esposa Vera, de la Diócesis de Ponta Grosa de Paraná, se aceptó la propuesta de que el P. Silvio viniese a Lábrea para reforzar algunas pastorales y celebraciones ante la falta de sacerdotes. Con sus 86 años recién cumplidos (celebramos su cumpleaños ese mismo día). Aceptó entusiasmado y en el momento de escribir esta crónica ya está entre nosotros.
Al día siguiente el diácono me llevó a Porto Velho donde esperaban al obispo de Humaitá, dom Antonio Fontinele; al obispo de Ji-Paraná, dom Norberto Christoph, y al obispo de Porto Velho, dom Roque Paloski; y los cuatro emprendimos viaje a Guajará-Mirim para celebrar el Consejo Regional de Obispos (CONSER). Allí estaba el obispo anfitrión dom Benedito Araújo y llegó el de Cruzeiro del Sur dom Flavio Governalle; sólo faltó por enfermedad nuestro dom Joaquín Pertíñez, agustino recoleto.
Días intensos, con un elenco de temas apretado y abundante de los que fuimos dando cuenta al hilo de la coyuntura social e histórica de nuestro regional extenso, pobre, explotado, ignorado, con falta de clero y vocaciones, enfrentado políticamente, no respetado en sus indígenas y ribereños… con todos los problemas colaterales que afectan a la Iglesia en su tarea evangelizadora y misionera.
Entramos también en el análisis de nuestra andadura y proyectos de futuro para presentarlo en el mes de abril en la Plenaria de la Conferencia Episcopal Brasileña, que este año además es electiva. El día 18 por la madrugada estaba de vuelta en Lábrea donde me esperaban en casa don Jesús Moraza, el padre Éder Carvalho y el seminarista Thiago Mendes.
Ordenación diaconal de Thiago Mendes
Sí, ellos ya estaban en casa preparando y preparándose para la ordenación diaconal de Thiago. Acontecimiento histórico porque es el primer diácono originario de la Prelatura y para la Prelatura. Tuvimos un triduo preparatorio en varias de las parroquias de la Prelatura y aquí en Lábrea en las comunidades. Llegaron algunos compañeros de Thiago neo-sacerdotes y seminaristas; un barco de convidados de Canutama, su ciudad, y de Porto Velho, donde estudió la filosofía y teología e hizo su experiencia pastoral. Fue muy importante la presencia de su madre, pues es hijo único, y fue protagonista con él en la celebración. La ceremonia fue austera y emotiva, dejando que la liturgia hablara por sí misma, pues para la mayoría de los asistentes era la primera vez que asistían a una celebración de este tipo.
En las palabras finales, Thiago expresó sus sentimientos vocacionales en un recorrido histórico desde su infancia, y su disponibilidad al servicio de su iglesia particular de la Prelatura. Terminamos el día con una cena popular acompañada de músicas y danzas que no pueden faltar en estas tierras amazonenses.
Cuaresma
En medio de estas celebraciones iniciamos la Cuaresma con el miércoles de ceniza y, tras varias conversaciones con el consejo presbiteral, hemos destinado al nuevo diácono a la parroquia de Lábrea hasta septiembre y, a partir de ahí hasta su ordenación presbiteral en Canutama.
Y seguimos celebrando este año vocacional en Brasil, aprovechando este evento para motivar y crear esa cultura vocacional a la espera de no tener que pasar otros 98 años para que en la Prelatura surja otro diácono.