Fiestas de la Beata Inés de Benigànim 2023.

Por vez primera ha salido de Beingànim la imagen procesional de la monja agustina para dirigirse hasta uno de los más importantes centros espirituales de la Comunidad Valenciana, donde visitó a la Virgen de los Desamparados, en el contexto de las celebraciones de la fiesta de la beata y del Jubileo de la Coronación de la Virgen.

Josefa Teresa Albiñana Gomar nació en Benigànim el 9 de febrero de 1625. A los 18 años solicitó formar parte de la comunidad monástica de las Agustinas Descalzas de su localidad, fundada en 1597 por san Juan de Ribera.

Josefa Teresa hizo su profesión monástica el 27 de agosto de 1645 con el nombre de Josefa María de Santa Inés. Las dos virtudes por las que ha sido identificada, admirada y buscada fueron su humildad y su bondad hacia cualquier persona que tuviese algún tipo de necesidad.

Incluso en la lengua valenciana ha quedado un refrán popular: “Beata Inés, on et criden ves”, que significa, “Beata Inés, donde te llamen ve”. Esta solicitud continua por los demás le llevó a conocer no solo a gente pobre y menesterosa, sino también a gobernadores y teólogos que buscaron sus consejos y sabiduría. Y todo ello sin salir jamás del monasterio.

Murió el 21 de enero de 1696, con 71 años. Fue beatificada en 1888 por el papa León XIII. En su pueblo natal y lugar de residencia, la Beata Inés continúa atrayendo multitudes cada 21 de enero, cuando la Iglesia, en especial la Familia Agustiniana, la celebra en su santoral.

Una santa que atrae por su consejo

Han pasado 327 años desde su fallecimiento, pero la humildad, sencillez y consejo de la beata Inés siguen generando un fenómeno de masas, religioso y social, en la localidad valenciana de Benigànim, hoy con alrededor de 5.700 habitantes.

El edificio actual del monasterio data de 1611 y lleva el nombre de la Purísima Concepción, San José y la Beata Inés de Benigànim. En realidad dos de sus monjas han llegado a ser beatificadas: la propia Josefa María de Santa Inés y también Josefa de la Purificación.

El convento consta de dos claustros y de un gran huerto con una ermita. Se fundó sobre un colegio para moriscos edificado por Eugenio Tudela, canónigo de la catedral de Valencia. Hoy es además un monasterio accesible in Internet a través de Facebook.

Ya en vida, la beata Inés de Benigànim recibía multitudes de visitas, atraídas por su sencillez y su consejo, sin salir de la clausura. Tras su muerte, grandes intelectuales escribieron sobre ella, los mejores pintores le hicieron retratos y su referencia espiritual ha permanecido durante los siglos.

Así, cada 12 de enero el pueblo comienza a vibrar con la novena; el día 20 se quema una monumental hoguera ante la iglesia del monasterio y el día 21 comienza temprano con las coplas de la despertà de la Aurora, aún de madrugada, y después con la despertà de cohetes a ritmo del pasodoble “Benigànim es glorioso”. Son muchos los himnos, coplas, pasodobles y marchas procesionales que madres y abuelas han puesto en los labios de los niños durante años para celebrar a su Beata Inés.

El sábado 21 de enero, una vez más, la afluencia de visitantes fue continuada. Hubo misas de siete y ocho de la mañana y la principal se celebró a las once y media, presidida por el obispo de Valencia, Enrique Benavent.

Por la tarde, a las cinco, comenzó la procesión. Hay siete recorridos establecidos, y cada año se hace uno de ellos. Esta procesión ocurre desde 1955, cuando se estrenó la imagen procesional obra del artista valenciano Carmelo Vicent que representa a la Beata con un ángel a su espalda.

Los vecinos adornan las calles y se llevan a cabo escenificaciones de escenas de la vida de la beata, conocidas como “Els miracres”. Es espectacular la entrada de la imagen adornada rodeada de vítores, cánticos y fuegos artificiales.

Este año, además, una semana después de la fiesta en Benigànim, tuvo lugar un acto novedoso y lleno de significado y emoción para los valencianos: la visita, el 28 de enero, de la Beata Inés a la Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia.

La imagen procesional que el 21 recorrió las calles del pueblo se fue hasta la capital acompañada de múltiples devotos para agradecer la visita de la imagen de la Peregrina el 13 de julio pasado a Benigànim y al monasterio de las Agustinas Descalzas con motivo del año jubilar del centenario de su Coronación.

Ha sido la primera vez que la imagen de la beata ha salido del convento para un acto que no fuese la procesión anual. Acompañada de centenares de devotos, la Beata Inés entró a las cinco de la tarde en la Basílica de la patrona de Valencia ciudad y de la Comunidad Valenciana entre vítores y aplausos. Luego se celebró una Eucaristía.

Casualmente el mismo escultor de la escultura procesional de la Beata Inés, Carmelo Vicent, fue el que elaboró en 1946 la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados que visitó Benigànim en julio.