
El proyecto de los Agustinos Recoletos que acoge niñas y adolescentes que han sufrido en sus ambientes de procedencia abuso, explotación, abandono o desescolarización ha llevado a sus beneficiarias al bello mundo rural de las sierras interiores de Ceará.
En Baturité (Ceará, Brasil) existe un monasterio de los Jesuitas rodeado de montañas, valles frondosos e increíbles vistas sobre la inmensa planicie del semiárido brasileño, además de unas temperaturas mucho más moderadas debido a la altitud.
Las beneficiarias del Hogar Santa Mónica, el proyecto socioeducativo de la Familia Agustino-Recoleta en Fortaleza (Ceará, Brasil) que acoge a las niñas y adolescentes que las autoridades competentes han decidido sacar de unos ambientes de procedencia dañinos para ellas, no suelen tener en su mente la idea de unas vacaciones que incluyan turismo y viajes para conocer nuevas realidades o espacios naturales.
Así que aprovechando unos días de vacaciones lectivas, los gestores del proyecto decidieron salir de la rutina cotidiana de las instalaciones del proyecto, donde estas pequeñas viven y reciben todos los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades, y llevarlas hasta lugares para ellas desconocidos.
Estos viajes tienen una serie de ventajas indiscutibles para quienes viven fuera de sus familias en una institución de acogida: el hecho de conocer lugares diferentes y de mantener un contacto con la Naturaleza elimina el estrés cotidiano, proporciona ambientes de convivencia donde descubrir otras facetas de las personas, abre la mentalidad a nuevos mundos y favorece el equilibrio emocional y relacional.
Además del bello monasterio de los jesuitas, también se desplazaron hasta Redenção, a 55 kilómetros de la capital del Estado, el primer municipio de Brasil que liberó a sus esclavos el 1 de enero de 1883 y se convirtió en capital promotora del abolicionismo. Aún se conserva y se puede visitar el ingenio de azúcar, que guarda recuerdos del tiempo de la esclavitud como un testimonio de un hecho histórico que jamás debería volver a repetirse.
Las beneficiarias disfrutaron un momento de alegría y juegos en la Cascada de Paracupeba, un espacio turístico de referencia en todo el estado de Ceará y que es uno de los paisajes más pintorescos en época de lluvias.
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El 12 de octubre, que se celebra el día del niño en Brasil, el Condominio Espiritual Uirapurú, donde se sitúa el Hogar Santa Mónica, organizó un evento infantil para las instituciones que trabajan con niños y adolescentes en este espacio de la Iglesia Católica cearense destinado a proyectos sociales. También hubo una comida especial para todos ellos.
Las beneficiarias del Hogar Santa Mónica acceden así a celebraciones, espacios y vivencias que nunca habían tenido oportunidad previamente de experimentar. Esto aumenta su capacidad de aprendizaje, de asombro, de curiosidad y su conciencia de querer la Casa Común y cuidarla lo más posible para preservar sus bellezas.