Carlos González (Capilla de Guadalupe, Jalisco, México, 1964) es el prior provincial de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de los Agustinos Recoletos. Ha dedicado los últimos cinco meses reunir el equipo humano y preparar las estrategias para que se cumpla el Proyecto de Vida y Misión 2022-2026. Sobre ellos hablamos con él. Primera parte.
¿Es difícil el oficio de prior provincial?
Más que enfocarme en la dificultad o facilidad del servicio, prefiero fijarme en los desafíos. Percibo que en el oficio de prior provincial es central la relación con los religiosos que nutren la Provincia y promover un servicio hecho con calidad, calidez y creatividad a favor de los muchos cientos de personas que acuden a nuestros ministerios.
Entre los desafíos que tengo está el valor de la escucha consciente, atenta y fascinada de cada uno de mis hermanos religiosos y de todos los laicos que trabajan junto con nosotros; la importancia de ejercer para los religiosos y laicos comprometidos un liderazgo que anime, inspire y mueva a la esperanza; y la necesidad de responder juntos, de manera creativa y valiente, a los retos que se nos presentan en nuestros ministerios.
¿Le llega el tiempo para tamaña tarea?
Prefiero que el tiempo sea mi aliado, no mi enemigo. Por eso evoco una frase que le escuché unea vez a fray Carlos Abajos y que me parece sana y realista: “hago lo que puedo dentro de lo que cabe”.
En estos cinco meses como prior provincial, ¿qué imagen general e impresión ha sacado de la Provincia en la que presta este servicio?
Aún no he podido dialogar con todos los religiosos ni visitar todas las comunidades. Con este comentario quiero decir que mi impresión es todavía parcial, aunque suficiente.
Tengo una buena impresión: somos una familia grande, con mucha vitalidad, integrada por cerca de trescientos religiosos y varios cientos de laicos que nutren las Fraternidades Seglares y los grupos juveniles; y con importantes lazos de comunión y/o de acción conjunta con las monjas contemplativas Agustinas Recoletas, con las Misioneras Agustinas Recoletas, con las Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús y con las Hermanas Agustinas Recoletas de Filipinas.
Entre todos formamos una gran familia y tenemos el reto de compartir el carisma que el Espíritu Santo nos regaló. Tenemos mucha riqueza para compartir. He constatado la buena voluntad, la calidad de vida y el trabajo comprometido de muchos de los miembros de nuestra familia. También he sido testigo de la enfermedad de otro grupo de hermanos, que necesitan cariño y ayuda.
¿Qué elementos de mayor énfasis tiene el Proyecto de Vida y Misión (PVM) 2022-2026 de la Provincia de San Nicolás de Tolentino?
El PVM de la Provincia secunda el de la Orden con sus dos grandes apuestas: primero, que los religiosos nos dejemos acompañar y acompañemos y le demos un especial lugar a la formación permanente para que de esta manera podamos realizar servicios en los que los valores cristianos y carismáticos resplandezcan.
Además, el Capítulo Provincial ha puesto un gran énfasis en todas las iniciativas de comunión y trabajo en equipo; por eso tiene mucho sentido la palabra “juntos”.
Las Decisiones del PVM 2022-2026 proponen que trabajemos más con los laicos, que tengamos reuniones frecuentes en todos los secretariados, equipos y comisiones y que colaboremos entre todos; que se fortalezca la Red Educar, que seamos más solidarios con los proyectos sociales y los pobres, que tengamos un corazón cercano y afectivo con los más vulnerables, que propiciemos encuentros interparroquiales…
¿Qué acciones para compartir el carisma con los laicos, tal como nos ha pedido el papa Francisco a los Agustinos Recoletos, se arbitrarán en la Provincia?
Los grupos de las Juventudes Agustino-Recoletas (JAR) y de la Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta (FSAR) son colaboradores extraordinarios en la tarea de compartir nuestro carisma. Ellos nos ayudan a profundizar en la misma vivencia y conocimiento del carisma y a tener una conciencia más clara de que es muy válido para nuestro mundo actual.
En la medida que trabajamos juntos, religiosos y laicos nos enriquecemos y enriquecemos a muchas personas. Esto quiere decir que es fundamental fortalecer estos grupos JAR y FSAR. Al mismo tiempo, buscamos fortalecer y extender los Centros de Espiritualidad Agustino-Recoleta (CEAR), organismos creados precisamente para compartir nuestro carisma y ponerlo a disposición de la sociedad.
Finalmente, seguiremos trabajando para que desde nuestros ministerios educativos, misionales o parroquiales se realice la tarea evangelizadora con el claro matiz de nuestro carisma y espiritualidad agustino-recoleta.
¿Cómo va a concretarse en la práctica la participación de los laicos en los organismos de la Provincia, tal como ha pedido el Capítulo?
Los equipos coordinadores de los organismos de la Orden están ahora mismo en la fase de configuración de sus equipos, de revisión de sus Estatutos y de diseño de su Plan de acción.
Hay una conciencia clara de la importancia de apoyarnos más en los laicos, de confiar más en ellos y de realizar un auténtico trabajo en equipo. Tenemos como reto definir mejor su participación en el Capítulo Provincial, en las asambleas y en los propios organismos.
Hemos avanzado mucho en el trabajo conjunto con los laicos especialmente en los campos de la educación, de las obras sociales, de los CEAR y de las comunicaciones. También es cierto que nos queda mucho camino por recorrer.
La Orden cuenta para el sexenio 2022-2028 con 21 organismos de consulta y servicio, con sus equipos, funciones y metas. ¿Es cada vez más compleja la organización de la Orden y de sus Provincias?
Existen muchas escuelas psicológicas, cada una con su teoría de la personalidad y su experiencia de acompañamiento. ¿Cuál de ellas es la mejor? Los especialistas nos dicen que este no es el enfoque adecuado, ya que cada escuela tiene su particular riqueza. El enfoque adecuado está en acercarse a aquellos psicólogos o terapeutas más sabios, empáticos y hábiles para acompañar. Y estos pueden ser miembros de cualquiera de esas escuelas psicológicas.
Esto me proporciona un símil o comparación para esta cuestión de los organismos en la Orden, en la Provincia o en cualquier demarcación. En los últimos sexenios se han reorganizado los organismos de la Orden y las Provincias, su nombre y número, buscando más eficacia.
¿Es mejor que sean muchos o pocos? ¿Los equipos tienen que estar nutridos por muchos miembros o por pocos? Las fórmulas de organización que aparecen en cada período son búsquedas honestas que quieren los mejores resultados para la Familia Agustino-Recoleta.
Sin embargo, desde mi punto de vista, la clave no está en un mayor o menor número de organismos, o en que sean más pequeños o más grandes, o con más o menos tareas… la clave está en las personas que integran esos organismos.
Han de ser personas que tengan el tiempo suficiente para realizar su servicio, que dialoguen y trabajen en equipo, que tengan habilidades de liderazgo, que elaboren programas de trabajo claros, realistas y evaluables, que trabajen con pasión…
La cuestión importante está en nutrir a los organismos con los religiosos y laicos competentes, suficientes y con la dedicación necesaria para llevar adelante sus planes de trabajo.