Alfonso Gallegos OAR, el obispo de los "low-riders".

El obispo Alfonso Gallegos (1931-1991) realizó la mayor parte de su ministerio en las calles. No le gustaba estar detrás de un escritorio; su prioridad era estar cerca de su gente, pasar tiempo entre ellos, escucharlos y alentarlos. En 2016 fue declarado venerable por el papa Francisco

Gallegos se acercaba y hablaba con todos. Estaba cerca de los que están en “la periferia” de la sociedad -como dice el papa Francisco-, los que son marginados o se encuentran en los márgenes de la aceptación social. Uno de esos grupos eran los low-riders.

Low-rider es una persona que conduce un automóvil personalizado con una carrocería baja o un automóvil bajo. Estos vehículos personalizados generalmente se pintan individualmente con diseños intrincados y coloridos. También están equipados con sistemas hidráulicos que permiten una suspensión regulable en altura, por lo que el vehículo se sube o se baja a voluntad del propietario.

En la década de 1980, en Sacramento, California, los funcionarios públicos y la policía tuvieron que enfrentarse con los low-riders cuando estos recorrían las calles de la ciudad, bloqueaban el tráfico e incluso, en ocasiones, eran violentos. Gallegos fue un mediador entre los funcionarios de la ciudad y los low-riders, ayudando a poner paz y establecer el orden en la ciudad de Sacramento.

Gallegos era optimista, siempre viendo la bondad en las circunstancias de la vida y de otras personas. Procuraba sacar a relucir las virtudes de las personas, como en el caso de los low-riders, en los que vio su potencial y reconoció el talento mecánico-pintor que poseían para personalizar sus autos. Entabló amistad con los low-riders, hablando con ellos sobre sus autos, asistiendo a sus exhibiciones, bendiciendo sus vehículos y, a menudo, paseando con los low-riders en Franklin Boulevard, en Sacramento. Los animó a hacer un buen uso de su energía positiva y de sus talentos.

En una revista de Sacramento Gallegos expresó su opinión con respecto a los low-riders:

“No quiero decir que este sea el pasatiempo óptimo, pero tienen energía y al menos la están usando de alguna manera. Me gustaría captar sus ide0as y usarlas para su propio futuro. Pero tiene que haber algún tipo de dirección. Definitivamente, continuaré visitando a los low-riders. Creo que la presencia de cualquier sacerdote o clérigo es importante allí. Siento que nos necesitan”.

Los low-riders tenían un gran amor y aprecio por el obispo Gallegos, que murió en un accidente de tráfico el 6 de octubre de 1991. En su cortejo fúnebre, el 11 de octubre, más de 300 low-riders de todo el norte de California participaron en un “cruise” dedicado a la memoria del obispo Alfonso Gallegos. Se le conocía como el “Obispo low-rider”, debido a su continuo apoyo a los clubes locales de automóviles y camionetas. Más allá de eso, a lo largo de su vida mostró un sincero interés y preocupación por los jóvenes, los trabajadores del campo y los pobres.

El obispo Gallegos dijo una vez:

“Creo que la belleza de ser sacerdote, y espero, obispo, es la oportunidad de identificarse con la gente”.

Gallegos pudo identificarse con los low-riders, recorriendo las calles de Sacramento con ellos, haciéndolos sentirse valorados y apreciados.